30 marzo, 2018

Menos dolor por la Virgen... - Manuel Gerena



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Menos dolor por la Virgen
menos amor al Rocío
y más mantas y más panes
           compañero mío de la tierra
pa los del hambre y el frío.

Manuel Gerena

25 marzo, 2018

LA REPRESIÓN QUE NO CESA: CATALUÑA Y MURCIA


Anoche ante la Delegación del Gobierno en Barcelona



Cruce de Santiago El Mayor, Murcia



   



La Coordinadora Anti Represión de la Región de Murcia se solidariza con el pueblo catalán en su legítima aspiración y anhelo democrático de construir una república y en contra de la deriva autoritaria del Estado español. Éste no ceja en su empeño de subyugar a todos los pueblos actualmente integrados en un régimen monárquico decadente, heredero del franquismo y cimentado sobre la base de una operación de marketing político falsamente llamada “transición a la democracia” como artificio indispensable para engañar a la población, domesticar sus ansias de libertad y arrebatarle su soberanía. Durante estos 40 años de falsa democracia vendida a bombo y platillo por sus medios de desinformación de masas hemos presenciado y sufrido un proceso de degradación social, laboral y económica de la mayoría en favor de las élites económicas y políticas que continúa en la actualidad y genera conflictos sociales.

Los grandes poderes económicos no respetan la voluntad popular ni la democracia participativa. Por esta razón el Estado y sus fuerzas represivas acuden al auxilio de dichos intereses ocultos que nos gobiernan en la sombra. Por tanto, ilegalizan consultas democráticas, criminalizan ideas, partidos y organizaciones, intervienen autonomías, procesan, multan y encarcelan.

Tanto en Cataluña como en Murcia, el Estado reacciona de la única manera que sabe y que es inherente a su propia existencia y sentido de ser; para seguir protegiendo los intereses económicos de los grandes capitales recurren a la represión generalizada: ayer encarcelaron miserable y vengativamente a líderes políticos elegidos soberanamente por el pueblo catalán mediante un auto de prisión incondicional y sin fianza que no se sostiene jurídicamente, sino únicamente gracias a la prevaricación amparada por un régimen político decadente en el cual no existe separación de poderes puesto que todos ellos están instrumentalizados y confluyen para proteger, apuntalar y sostener a políticos corruptos al servicio de las oligarquías que hacen de nuestro país su cortijo particular en el que conducen sus negocios multimillonarios en detrimento de la calidad de vida y la dignidad de sus habitantes.

Los Mossos d’Esquadra dispararon salvas y golpearon con las porras a las decenas de miles de personas concentradas, provocando al menos 35 heridos

Duras cargas policiales ante la Delegación del Gobierno de Barcelona


Por esta misma razón el asedio policial intolerable continúa en el barrio murciano de Santiago El Mayor donde pretenden instalar cámaras de vigilancia por los barrios adyacentes, y se intensifica la represión hacia los vecinos que luchan por un futuro mejor respecto del proyectado erráticamente por nuestros caciques locales y nacionales, con su infame Delegado del Gobierno a la cabeza que no cesa en proferir amenazas de forma pública y ejecutarlas a través de sus fuerzas represivas desplegadas de manera permanente en contra de los intereses de la ciudadanía. En la movilización feminista del 8-M se produjeron cargas policiales reiteradas. A día de hoy, continúan las multas y las detenciones de compañeras en la lucha. El hostigamiento policial persigue aplastar las movilizaciones y ejecutar la infamia de marginar de por vida a más de 100.000 habitantes de los humildes barrios del Sur, por culpa de un muro infranqueable y de un innecesario despilfarro multimillonario para inaugurar un chapucero AVE a Murcia por Alicante, como reclamo publicitario que oculta el verdadero proyecto desarrollista del Corredor del Mediterráneo, que significará que miles de toneladas de mercancías incluidas las peligrosas atraviesen nuestra ciudad. Es precisamente por esto último por lo que no pueden soterrar su maldito AVE y por lo que imponen a la fuerza la llegada en superficie tanto del AVE como del Corredor Mediterráneo. Mientras tanto seguirán difundiendo la mentira oficial de un inexistente soterramiento exigido por el vecindario gracias a la colaboración vergonzosa de los medios de comunicación al servicio del poder.

Por todo lo anterior hacemos un llamamiento a la autoorganización, la movilización y la solidaridad en contra de la represión tanto al pueblo catalán como al murciano para denunciar la represión sistemática ejercida por el Estado en contra de las legítimas aspiraciones de los diversos pueblos expresadas libre y democráticamente.

SI TOCAN A UNX, NOS TOCAN A TODXS
MURCIA CON CATALUÑA, CATALUÑA CON MURCIA
DELEGADO DEL GOBIERNO, DIMISIÓN
LA SOLIDARIDAD ES LA TERNURA DE LOS PUEBLOS

LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO




24 marzo, 2018

Aquí les espero – Silvia Delgado






Llévenme entre rejas, elijan de esta lista, la acusación que quieran:
Ni creo en dios ni falta que me hace, ni respeto a la virgen ni a los obispos.
Odio a la monarquía y más odio a los mamporreros que les besan las manos y les reverencian.
Soy independentista vasca y catalana por simpatía.
Denuncio la situación de los presos políticos, la dispersión, sus arbitrariedades, denuncio que los jóvenes de Altsasu están en la trena porque les da la gana, denuncio el estado de excepción en Cataluña, las condenas a los que cantan, escriben, informan, pelean.
La persecución a los inmigrantes, a los anarquistas, a los rebeldes.
En mi casa hay banderas, en mi casa hay un ordenador, en mi casa se escucha a Valtonic y a Hasel. Me informo gracias a Boro, sigo a Willy Toledo.
Estoy de acuerdo con todo lo que dicen y si no estaba de acuerdo con ellos ahora les apoyo en lo que quieran.
En mi casa hay libros.
En mi casa hay documentales.
En mi casa llamamos a los fachas por su nombre.
Deténganme por lo que quieran, por decir que la justicia hoy es una maza que golpea los cráneos de los que no aceptan sus reglas.
Por decir que la impunidad es la marca de los corruptos que nos gobiernan.
Por decir que en este país todo se va a la mierda.
Aquí les espero.
Vengan cuando quieran.

23 marzo, 2018

"Si España fuera realmente una nación..." - Carlo Frabetti



Irrealidad y violencia  Carlo Frabetti


Si España fuera realmente una nación –como lo son Catalunya o Euskal Herria– no necesitaría defender su unidad a sangre y fuego. Como viene haciendo desde hace más de quinientos años. Y, por otra parte, no es casual que los genocidas que impusieron la falsa identidad española masacrando, expoliando y expulsando a los diferentes, pasaran a la historia como los Reyes Católicos, ni que fueran ellos los inspiradores del franquismo, que adoptó sin reservas su heráldica, sus lemas y sus símbolos. La admisión de lo falso y lo irreal solo se puede llevar a cabo desde el delirio y solo se puede imponer con la violencia extrema. Los hechos objetivos acaban imponiéndose por sí mismos –por más que algunos se empeñen en negarlos–, pero las mentiras hay que repetirlas miles de veces, como decía Goebbels, para que los necios se las crean; y a quienes no se las creen hay que amordazarlos.

A primera vista, resulta sorprendente que entelequias como la supuesta virginidad de María o la doble naturaleza de su hijo hayan sido defendidas a lo largo de los siglos con la mayor brutalidad; pero la tradicional alianza de la Iglesia Católica con los poderes establecidos hace de la quema de herejes –la defensa a ultranza de los dogmas– una necesidad de supervivencia, tanto para la primera como para los segundos. Y aunque ya no se puede quemar vivos a herejes, apóstatas y blasfemos, se puede seguir criminalizándolos, y el nacionalcatolicismo actual necesita continuar haciéndolo tanto como sus antecesores, los Reyes Católicos y Franco.

Puede que los exabruptos de Willy Toledo o de la Hermandad del Sagrado Coño Insumiso sean de mal gusto y ofendan algunas sensibilidades; pero parece ser que, si no se agita ese trapo rojo ante el hocico de la bestia nacionalcatólica, mucha gente no se da cuenta de su tamaño y su ferocidad. Ni de su composición concreta, que incluye a organizaciones tan casposas y profundamente reaccionarias como la Conferencia Episcopal, el Opus Dei, los Legionarios de Cristo, Yunque, Hazte Oír o la Asociación de Abogados Cristianos, sin las cuales el PP no estaría en el Gobierno.


Gracias, Willy, una vez más, por renunciar a tus privilegios de actor de éxito para convertirte en francotirador del antifascismo; gracias, mujeres de la Hermandad del Coño Insumiso; gracias, Cassandra, Hasel, Valtonyc, Drag Sethlas… Gracias por vuestro “mal gusto” necesario, por vuestra irreverencia liberadora. Gracias por poner en evidencia que quienes quieren imponer la espuria autoridad moral de la Iglesia, a menudo son los mismos que imponen por la fuerza la unidad de la inexistente España, dos irrealidades sinérgicas que solo la represión más brutal y las falacias más burdas pueden seguir manteniendo. Y no por mucho tiempo.
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22 marzo, 2018

Siria y el periodismo mercenario






Por Octubre -  7/3/2018

Estos días —al menos eso nos cuentan los expertos de la comunicación corporativa—, se conmemora el inicio de la “guerra civil” siria. Como si nada hubiera ocurrido estos 7 años, como si no hubiésemos descubierto ya su juego, muchos medios han sacado a flote a su plantel de analistas y ONGs de cabecera para repetir el mismo argumentario con el que encendieron la mecha de la agresión occidental contra el pueblo y el gobierno de Damasco. Que si régimen, que si genocidio de civiles, que si Assad mató a Manolete, que si barriles explosivos, rebeldes moderados, que si los cascos blancos son héroes, blablabla… les da absolutamente igual, su mantra ya está escrito desde hace mucho y no por ellos, precisamente. Como dijo alguien de infausto recuerdo, el guion lo redactaron allende los mares, más allá de montañas lejanas.

No vamos a entrar nuevamente en desmentir la sarta de falacias con que justificaron y justifican las matanzas de nuestros hermanos y hermanas sirias, lo hemos hecho en numerosas ocasiones. Sólo hablaremos de la efemérides que celebran medios como RNE y la mayoría de las tertulias de salón, que lo mismo abordan el peinado de Anna Gabriel, que explotan como buitres el asesinato de un niño, o se permiten interpretar lo que sucede en Siria usando como fuente a los propios promotores de la guerra y sus sicarios.

Toda la Falsimedia anda desatada inyectando su veneno belicista sobre nuestros ya saturados cerebros. Están de celebración, sí, repito, de celebración de una guerra que siempre apoyaron con sus comandos desinformativos. Porque la cohorte de propagandistas que puebla la mediosfera otanista, incitando a nuevas intervenciones occidentales bajo pretextos supuestamente humanitarios, es tan corresponsable de las muertes de civiles sirios como los que disparan las bombas.

Ya está bien de impunidad. Ellos sí que hacen a diario, desde sus cómodos púlpitos, verdadero enaltecimiento del terrorismo, sí que incitan al odio. Pero no en abstracto, no con grupos terroristas inexistentes ni con ningún tipo de influencia sobre los hechos futuros, hablamos de ISIS, de Al Qaeda, del yihadismo que también azota nuestras sociedades. Tampoco es un error, la Falsimedia no se equivoca, sabe perfectamente lo que hace. Las brigadas mediáticas allanan el camino a los bombardeos, como la aviación hace con la infantería. Nadie plantea una nueva guerra sin que antes actúen los ejércitos de la propaganda. Son absolutamente corresponsables de lo que sucede hoy en Siria, en Yemen, en Iraq, en Bahrein… en Palestina; y como tal deben ser tratados, como voceros del terrorismo.

No se trata de cercenar la libertad de expresión de nadie. Pero ya conocemos cómo actúan los ejércitos de la propaganda, sabemos quién les paga, cómo les pagan, a quienes obedecen. Hay papeles desclasificados de la CIA de cómo han comprado a “intelectuales” para concitar apoyos públicos a su agenda hegemónica global, cómo los han cooptado, tenemos confesiones de periodistas comprados por el Pentágono en todo el mundo en fechas más recientes con el modus operandi al completo. Conocemos la composición de los consejos de administración de los medios, sabemos cómo ha volado el dinero de las monarquías feudales del Golfo Pérsico —esas que son parte de la guerra— a nuestros periódicos y cadenas de TV, cómo lo han hecho también algunos fondos de inversión del omnipresente Soros. No es conspiranoia, sólo son fríos y verificables datos. Son ellos los que conspiran contra nosotros y nosotras entre bambalinas desde hace decenas de años para que apoyemos sus sanguinarios planes.

Por eso no son simplemente unos descerebrados sin más, gentes de pocas luces que se dejan llevar por el mainstream que arrastra todo a su paso, son mercenarios de las teclas, criminales de guerra que deberían ser juzgados como tales en los tribunales internacionales, si es que existiera la justicia universal y esta fuera independiente. Quizá con códigos deontológicos potentes, con regulaciones sobre el uso de la mentira con fines espurios, con prisión permanente —eso si, revisable— para los instigadores de guerras… sería posible rescatar al periodismo de la lenta agonía que sufre a manos de la censura y, lo que es peor por íntima y oscura, la autocensura. Probablemente buena parte de la prensa actual no pasaría de una mínima prueba de profesionalidad, pero seguro que hay miles de jóvenes con ganas de recuperar lo que antaño fue una digna profesión, hoy convertida en un problema de insalubridad pública contagiosa.

Parafraseando a Castro cuando describía a los trotskistas, nuestros periodistas quizá estuvieran equivocados en un principio, pero hoy sólo son agentes del imperio…

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20 marzo, 2018

AIMÉ CÉSAIRE - DISCURSO SOBRE EL COLONIALISMO (1955) / (fragmentos)



“Señores, no estén tan contentos con la derrota [de Hitler]. Porque aunque el mundo se haya puesto en pie y haya detenido al Bastardo, la Puta que lo parió está caliente de nuevo.” Bertolt Brecht


Aimé Césaire (1913-2008) poeta antillano, nacido en Basse Pointe, Martinica. En 1955 escribe un alegato contra el colonialismo que titula Discurso sobre el colonialismo, del cual traemos aquí unos fragmentos.


Una civilización que se muestra incapaz de resolver los problemas que su funcionamiento suscita es una civilización decadente. Una civilización que decide cerrar los ojos a sus problemas cruciales es una civilización enferma. Una civilización que escamotea sus principios es una civilización moribunda. El hecho es que la civilización llamada “europea”, la civilización “occidental”, tal como la configuran dos siglos de régimen burgués, es incapaz de resolver dos de los mayores problemas a los que su existencia misma ha dado origen: el problema del proletariado y el problema colonial. Llamada a comparecer ante el tribunal de la “razón” o el de la “conciencia”, esta Europa se revela impotente para justificarse, y a medida que pasa el tiempo, se refugia en una hipocresía tanto más odiosa cuanto menos posibilidades tiene de engañar a nadie
[...] 
Hoy día, ocurre que no son solo las propias masas europeas las que la incriminan, sino que, a escala mundial, esta misma acusación es proferida por decenas y decenas de millones de hombres que desde lo más profundo de la esclavitud se erigen en jueces. Pueden asesinar en Indochina, torturar en Madagascar, encarcelar en el África Negra y arrasar en las Antillas. En adelante, los colonizados sabrán que tienen por sobre los colonialistas una ventaja: saber que sus “amos circunstanciales mienten.
[...]
¿Qué es en principio la colonización? En primer lugar, pongámonos de acuerdo en lo que NO es: no es evangelización, ni empresa filantrópica, ni voluntad de hacer retroceder las fronteras de la ignorancia, ni las de la enfermedad, ni las de tiranía, ni es la propagación de la religión, ni es difusión del Derecho. Hay que admitir de una vez y por todas y sin tratar de evadir las consecuencias, que aquí la última palabra la dicen el capital, la codicia y la fuerza, seguidos de la sombra amenazadora y nefasta de una forma de civilización que en un momento de su historia se descubre intrínsecamente obligada a globalizar la competencia de sus propias economías antagónicas.
[...]
Colonización y civilización son términos contrapuestos. De todas las expediciones coloniales acumuladas, de todos los estatutos coloniales elaborados, de todas las circulares ministeriales expedidas, no sale airoso ni un solo valor humano. Habría que estudiar cómo trabaja la colonización para, en primer lugar, incivilizar al propio colonizador, para embrutecerlo en el sentido literal de la palabra, para degradarlo, para despertarlo a sus más recónditos instintos a la codicia, a la violencia, al odio racial, al relativismo moral y demostrar que, cada vez que en Vietnam cortan una cabeza y en Francia se acepta, cada vez que violan a una muchacha y en Francia se acepta, cada vez que sacrifican a un malgache(1) y en Francia se acepta, un logro de la civilización cae con todo su peso muerto. Una regresión universal se opera, una gangrena se instala, un foco de infección se extiende, y al final de todos esos tratados violados, de todas esas mentiras propagadas, de todas esas expediciones punitivas toleradas, de todos esos prisioneros encadenados y torturados, al final de ese orgullo racial enardecido, al final de esa prepotencia desplegada, está el veneno inoculado en las venas de Europa y el progreso lento, pero seguro, del embrutecimiento del continente.

Y entonces, un buen día, una formidable sacudida despierta a la burguesía: atareadas gestapos, prisiones repletas, torturadores que inventan, refinan y discuten los métodos de represión y tortura. Uno se extraña, se indigna y dice: “¡Qué raro! ¡Es el nazismo!... Pero, bah, ya pasará”. Y uno aguarda, y uno espera que... Y uno se oculta a sí mismo la verdad: que se trata de una barbarie, pero de la barbarie suprema, la que corona, la que resume la cotidianeidad de las barbaries, que es el nazismo, sí, pero que antes de ser víctima se ha sido cómplice; que a ese nazismo se le ha soportado antes de sufrirlo, que se le ha absuelto, que se han cerrado los ojos frente a él, que se le ha justificado, porque, hasta ese momento, solo había actuado contra pueblos no europeos; que ese nazismo ha sido cultivado, que uno es el responsable, y que, antes de engullirlo todo en sus sangrientas aguas, se filtra, penetra, gotea, por las rendijas de la cristiana civilización occidental.

Sí, valdría la pena estudiar, clínicamente, en detalle, los pasos dados por Hitler y el hitlerismo, e informar al muy distinguido burgués del siglo XX de que lleva dentro de sí a un Hitler ignorado, que Hitler lo habita, que Hitler es su demonio, que si él, burgués, lo vitupera, no es más que por falta de lógica, y que, en el fondo, lo que no perdona a Hitler no es el crimen en sí, el crimen contra el hombre, no es la humillación del hombre en sí, sino el crimen contra el hombre blanco, la humillación del hombre blanco, y el haber aplicado a Europa procedimientos colonialistas contra los que se alzaban hasta ahora solo los árabes de Argelia, los culíes de la India y los negros de África.

Y es ese el gran reproche que hago al seudohumanismo: el de haber aminorado por demasiado tiempo los derechos del hombre, el haber mantenido y mantener aún sobre ellos un criterio estrecho y parcelario, parcializado y parcial y, a fin de cuentas, sórdidamente racista.



He hablado mucho de Hitler. Es que él se lo merece: él permite ver claro y entender que, la sociedad capitalista, en su estado actual, es tan incapaz de fundamentar uno solo de los derechos de la gente, como impotente se declara de fundamentar una moral individual. Quiérase o no, al final de ese callejón sin salida que es Europa –es decir, la Europa de Adenauer, de Schuman, Bidault y otros–, está Hitler. Al final del capitalismo, ansioso de sobrevivirse, está Hitler. Al final del humanismo formal y del renunciamiento filosófico, está Hitler.

Pero, hablemos de los colonizados. Sé muy bien qué es lo que la colonización ha destruido: las admirables civilizaciones indias, y que ni Deterding, ni la Royal Dutch, ni la Standard Oil Company me consolarán por los aztecas ni por los incas. Sé muy bien de aquellas –condenadas a muerte– en las que esa misma colonización ha introducido el principio de la ruina: Oceanía, Nigeria, Niasa. Sé menos de lo que dicha colonización ha aportado. ¿Seguridad? ¿Cultura? ¿Justicia? Mientras tanto, observo y veo, donde quiera que se encuentran frente a frente colonizadores y colonizados, la fuerza, la brutalidad, la crueldad, el sadismo, el choque y, como parodia de formación cultural, la fabricación en serie de unos cuantos miles de funcionarios subalternos, sirvientes, artesanos, empleados de comercio e intérpretes, necesarios para la buena marcha de los negocios
[...]
Entre colonizador y colonizado no hay lugar sino para la servidumbre, la intimidación, la presión, la policía, el impuesto, el robo, la violación, la cultura impuesta, el menosprecio, la desconfianza, la altanería, la suficiencia, la grosería de élites descerebradas y masas envilecidas. Ningún contacto humano, sino relaciones de dominación y de sumisión que transforman al hombre colonizador en vigilante, en mercenario, en patrón, en azote, y al colonizado en instrumento de producción.
[...]
Colonización = cosificación. Oigo venir la tormenta. Me hablan de progreso, de “realizaciones”, de enfermedades curadas, de elevados niveles de vida...

Yo hablo de sociedades vaciadas de sí mismas, de cul­turas pisoteadas, de instituciones carcomidas, de tierras con­fiscadas, de culturas ultimadas, de magnificencias artísticas aniquiladas, de extraordinarias posibilidades truncadas. 

Me bombardean con hechos, estadísticas, kilómetros y kilómetros de carreteras, de canales y de vías férreas...

Yo hablo de millares de hombres sacrificados en la Congo Ocean. Hablo de los que, en el momento en que escribo, están cavando a mano el puerto de Abidjan. Hablo de los millares de hombres arrancados de sus propias creencias, de sus tierras, de sus costumbres, de la vida, del baile, de la sapiencia. Hablo de millares de hombres en los que hábilmente se ha inculcado el miedo, el complejo de inferioridad, el temblor, el arrodillamiento, la desesperación, el lacayismo. 

Me ofrecen el dato exacto de toneladas de algodón, de café o de cacao exportadas, de hectáreas de olivos o de viñas plantadas...

Yo hablo de economías naturales, armoniosas y viables, de economías a la medida del hombre indígena, ahora desorganizadas, de necesarias siembras destruidas, de sub-alimentación impuesta, de desarrollo agrícola orientado al exclusivo beneficio de las metrópolis, del saqueo de productos, del saqueo de materias primas.

Yo hablo también de abusos, pero para decir que a los de antes –muy reales– se han superpuesto otros –muy detestables–. Me hablan de tiranos locales, pero yo compruevo que, en general, se las entienden muy bien con los nuevos y que, entre estos y los de antes se establece, en detrimento de los pueblos, un circuito de buenos oficios y de complicidad. Me hablan de civilización, y yo hablo de proletarización y de mistificación.
[...]
Cada día que pasa, cada juicio ignorado, cada paliza policíaca, cada reclamación obrera ahogada en sangre, cada escándalo sofocado, cada incursión punitiva, cada furgón de la Compañía Republicana de Seguridad, cada policía y cada soldado, nos hacen pagar al precio de nuestras viejas sociedades.

Eran sociedades no solo ante-capitalistas, como se ha dicho, sino también anti-capitalistas. 
Eran sociedades comunitarias, no de todos para unos cuantos.
Eran, también, sociedades democráticas.
Eran sociedades cooperativas, fraternales. Hago la apología sistemática de las sociedades destruidas por el imperialismo. Ellas no eran, a pesar de sus defectos, ni odiosas ni condenables. 
[...]
Por otro lado, juzgando la acción colonizadora, agregué que Europa ha sabido sacar muy buen partido de todos los feudales nativos que aceptaban ponerse a su servicio, urdir con ellos una viciosa complicidad, hacer más efectivas y eficaces sus tiranías, y que su acción ha tendido ni más ni menos que a prolongar artificialmente la supervivencia de los pasados locales en lo que de más pernicioso estos tenían. Dije que la Europa colonizadora ha injertado abuso moderno en la antigua injusticia y odioso racismo en la vieja desigualdad. 
[...]
En la actualidad, la barbarie de Europa occidental solo es sobrepasada, y ampliamente, por otra: la norteamericana. Y no hablo de Hitler, ni del patrón, ni del aventurero, sino del “buena gente” de al lado; ni hablo del SS, ni del gángster, sino del cumplido burgués. El cándido León Bloy se indignaba antaño porque estafadores, perjuros, falsificadores, ladrones y proxenetas fueran los encargados de “llevar a las Indias el ejemplo de la virtud cristiana”.

El progreso radica en que, hoy, es el poseedor de la “virtud cristiana” quien se agencia –y con mucha maña– el honor de administrar en ultramar según los procedimientos de esbirros falsificadores. Señal de que la crueldad, la mentira, la corrupción y la bajeza han prendido maravillosamente en el alma de la burguesía europea.





Repito que no hablo de Hitler, ni de los SS, ni del progrom, ni de la ejecución sumaria. Sino de la reacción "sorprendida", del conformismo generalizado, del cinismo tolerado. 
[...]
¡Imagínense!, ¡noventa mil muertos en Madagascar!, Indochina pisoteada, triturada, asesinada a fuerza de torturas sacadas del fondo de la Edad Media!
[...]
¡Inolvidable, señores! Con bellas frases, solemnes y frías cual desfiles militares, amarran a nuestro malgache. Con algunas otras ya convenidas nos lo apuñalan. En lo que tarda enjugarse el gaznate nos lo destripan. ¡Lindo trabajo! 
[...]
Dato curioso: no se pudren por la cabeza las civilizaciones. Primero se les pudre el corazón
[...]
¡Ah! El racismo de esos señores ya no me veja. Ya no me indigna. Tan solo lo reconozco. Lo verifico, eso es todo. Casi estoy reconocido de que se exprese y salga a la luz su signo. Signo de que a la intrépida clase que se lanzó antaño a tomar las Bastillas se le aflojaron las piernas. Signo de que se siente mortal. Signo de que se siente cadáver.
[...]
El filtro no deja pasar sino aquello que sirve para cebar la buena conciencia burguesa. Los vietnamitas, antes de la llegada de los franceses a su país, eran gente de cultura vieja, exquisita y refinada. Ese recuerdo hace sentirse indispuesto al Banco de Indochina. ¡Conecten el olvidador! ¿Que esos malgaches, hoy torturados, eran hace menos de un siglo poetas, artistas y administradores?... ¡Chist! ¡Cállense la boca! ¡Y el silencio se hace profundo como una caja fuerte! 



Notas:
(1) Viene de malagasy, idioma del pueblo de Madagascar, donde el francés es la lengua principal en los medios escritos y en la educación. Por extensión, los fran­ceses llaman malgache a todo habitante de ese país.

`Disidente´ propone que la OTAN bombardee Cuba: ¿le aplicamos el Código Penal español?


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¿Qué le ocurriría a un ciudadano español, que propusiera, en la televisión de Rusia, por ejemplo, que ese país bombardeara Madrid? Impresiona ¿verdad? Pues es la escena de un reciente programa de la televisión de Miami, sobre los “métodos para salir del castrismo” en Cuba.


15 marzo, 2018

17- M (no sólo por las pensiones)






"El franquismo arrasó la inteligencia y el pensamiento en España" 
Cristina Fallarás
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Enlace relacionado:
Las víctimas del franquismo no están solo en las cunetas

14 marzo, 2018

No podemos y no debemos olvidar.


El Estado español es el segundo país del mundo en personas enterradas en fosas comunes, sólo por detrás de Camboya. Según la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, 114.226 hombres y mujeres asesinados/as por el franquismo permanecen en 2.382 enterramientos irregulares con cuerpos sin identificar.



Esta foto pertenece a la reapertura en 2008 de una fosa en Murillo de Gállegos, Zaragoza, de donde se recuperaron los restos de nueve fusilados en 1936. No podemos olvidar que las cunetas de nuestras carreteras esconden los cuerpos de una generación que luchó y dio su vida por la libertad.


12 marzo, 2018

Justicia lenta, represión rápida. Una fórmula que privilegia a las clases dominantes / Las condiciones laborales de los mercenarios




Justicia lenta, represión rápida. Una fórmula que privilegia a las clases dominantes y torna inane el artículo que proclama la soberanía popular. No basta combatir las instituciones que dichas clases se han dado a sí mismas para perpetuar su propio dominio, dichas instituciones son sus zarpas, pero no la cabeza del monstruo, la cabeza es el sistema mismo y hay que demolerlo desde sus más profundos y arraigados cimientos sociales. El planeta entero es hoy una colonia del sistema capitalista que, a través de las instituciones estatales, impone su orden depredador, inhumano, injusto e inmoral. Allí donde el neoliberalismo, más o menos democrático, ha impuesto su orden, gobiernos, partidos, presidentes, ministros y diputados se suceden uno tras otro sin cuestionar jamás los medios ni los fines de un sistema globalizado de explotación que, ese sí, permanece apoyado y reforzado por los estados. Recuerdo haberle oído decir a un recién nombrado ministro –tal vez intentando paliar su incoherencia ideológica– que, “a partir de este instante he pasado a ser propiedad del Estado”. Le faltó añadir, “y fiel siervo del capital”. “Todos los Estados nacionales se definen, histórica y constantemente, a través de su relación con la totalidad de las relaciones sociales capitalistas” (John Holloway).

“En tanto el capitalismo es un modo específico de organización social de la producción, que tiene requisitos históricos y formas de desarrollo definidos, el Estado tiene un papel esencial en garantizarlos, por lo que su estructura institucional y sus formas de intervención se transforman a medida que el capitalismo cambia y se desarrolla” (Las paradojas de una contradicción, Mabel Thwaites Rey)

Dónde queda, pues, la legitimidad constitucional de las instituciones y cargos que, disponiendo de su monopolio, emplean la fuerza como medio de dominio y coerción sobre quienes dicen servir. Vuelve a cobrar renovada vigencia la voz del poeta:


"Las palabras entonces no sirven, son palabras".

Loam




Mertzenarioen Lan Baldintzak / Las condiciones laborales de los mercenarios



Zuek ez zarete langileak, legearen eta komunikabideen aterpean langileok erreprimitzen gaituzuen mertzenarioak baizik.

Bost axola zer ordutan esnatzen zareten, zer nolako turnoak dituzuen edo zer ariketa fisiko egiten duzuen. Ejerzitoek egoera iraultzaileetan betetzen duten papera betetzen duzue langileok kontzentzia nazionala zein klase kontzientzia apalago dugun garaiotan. Produkzioaren zein prokzio medioen pribatutasun esklusiboa mantentzea. Hauen pilaketa defendatzea eta esplotazioa erregulatzea. Burgesien barne armada zarete eta haien interesak defendatzea zuen lana.

Komunikabideak, gure lanaren soldata, drogak, konsumismo aseezina… azenarioak lirake langileok tiraka daramagun gurdian. Zuek, guzti honek gu itsutzea lortzen ez duenean datorren makila. Edo bisturia. Edo elektrodoak, multak, poltsa, irainak, pistola aluan, hiztegi sendoa buruan kolpeka… eta orain inoiz baino gehiago, gure pentsamenduen eta adierazpenen zentsore inkisitorialak ere.

Zoazte pikutara zuek eta zuen baldintza laboralak! Herritarron aldarrikapenak erreprimitzea eta dirudunen interesak defendatzea ogibide duzuen bitartean, ez duzue lekurik izango langileon artean. Herriaren etsaiak zarete, eta aurrez aurre izango gaituzue.

…………………………..

Vosotros no sois trabajadores, sino mercenarios que nos reprimís a las trabajadoras bajo el amparo de la legalidad y los medios de comunicación masivos.

Nada nos importa a qué hora os despertéis, qué turnos tengáis ni los entrenamientos que realicéis. Cumplís hoy el papel que cumplirían los ejércitos en tiempos de importante riesgo revolucionario. Tiempos que volverán en algún momento, junto al auge popular de la conciencia nacional y de clase. Mantenéis la exclusividad de la propiedad privada y los grandes patrimonios en manos de unos pocos. Defendéis por la fuerza la acumulación de los mismos al tiempo que reguláis y ordenáis la explotación. Sois la armada interna de las burguesías y vuestro deber no es otro que el de defender sus intereses.

Los medios masivos de comunicación, el salario de nuestro trabajo, las drogas, el insaciable consumismo… serían las zanahorias en el carro que tiramos las trabajadoras. Vosotros seríais el palo. O el bisturí. O los electrodos, las multas, la bolsa, los insultos, la pistola en la vagina, el grueso diccionario que golpea la cabeza sin cesar… y ahora más que nunca, sois también los censores inquisitoriales de nuestros pensamientos y expresiones.

¡No os queremos ni a vosotros ni a vuestras condiciones de trabajo! Mientras vuestro oficio sea el de reprimir al pueblo y el de defender a sangre y fuego los intereses de los peces gordos no tendréis lugar alguno entre las trabajadoras. Sois los enemigos del pueblo y nos tendréis frente a frente.



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