10 septiembre, 2021

No, la “guerra más larga” de la historia de EEUU no ha terminado — Brian Terrell

 

                          (foto: @Los Angeles Times)


Information Clearing House – 09/09/2021

Traducción del inglés: Arrezafe


Lo que Estados Unidos ha hecho a Afganistán y a su gente no es consecuencia de una serie de errores involuntarios, sino de crímenes intencionados. Y todavía no se vislumbra un final.


El 31 de agosto, en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden mintió al pueblo de Estados Unidos y al mundo: "Anoche en Kabul, Estados Unidos puso fin a 20 años de guerra en Afganistán, la guerra más larga en la historia de Estados Unidos". La guerra de Estados Unidos contra Afganistán no terminó, solo se ha adaptado a los avances tecnológicos y se ha transformado en una guerra políticamente más sostenible, encubierta y fácil de exportar.


Como admitió el presidente, "Mantendremos la lucha contra el terrorismo en Afganistán y en otros países. Simplemente no necesitamos una guerra terrestre para hacerlo. Tenemos lo que se llama capacidades sobre el horizonte, lo que significa que podemos atacar a terroristas y objetivos sin tropas sobre el terreno o muy pocos, si fuese necesario".


Cinco días antes, en la noche del jueves 26 de agosto, horas después de que una bomba suicida fuera detonada en la puerta del aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul, matando e hiriendo a decenas de afganos que intentaban huir de su país y a 18 soldados estadounidenses, el presidente Biden dijo sentirse "indignado y desconsolado". Muchos de quienes escuchamos su discurso, pronunciado antes de que se supiera el número de víctimas y con los escombros aún esparcidos, no encontramos consuelo ni esperanza en sus palabras, por el contrario nuestra angustia e indignación fueron a más cuando Joe Biden aprovechó la tragedia para anunciar más guerra.


"Para aquellos que llevaron a cabo este ataque, así como para cualquiera que desee dañar a Estados Unidos, sepan esto: no perdonaremos. No olvidaremos. Os perseguiremos y os haremos pagar”, amenazó. "También he ordenado a mis comandantes que desarrollen planes operativos para atacar a los medios, dirigentes e instalaciones de ISIS-K. Responderemos con fuerza y precisión en su momento, en el lugar que elijamos y en el momento que elijamos".


El "momento de nuestra elección" con que amenazó el presidente se produjo un día después, el viernes 27 de agosto, cuando el ejército estadounidense llevó a cabo un ataque con drones contra lo que dijo era un "operativo" de ISIS-K en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán. La posterior declaración del ejército estadounidense afirmando no tener conocimiento de "víctimas civiles" tras dicho ataque se contradice con los informes sobre el terreno.


"Rickshaws* ardiendo"


"Vimos rickshaws ardiendo", dijo un testigo afgano. "Niños y mujeres resultaron heridos y un hombre, un niño y una mujer murieron en el acto". El miedo a un contraataque de ISIS-K obstaculizó aún más los esfuerzos de evacuación y la embajada de Estados Unidos advirtió a los ciudadanos estadounidenses que abandonaran el aeropuerto. "Este ataque no ha sido el último", dijo Biden amenazante. El 29 de agosto, otro ataque con aviones no tripulados de Estados Unidos mató a 10 personas de una misma familia en Kabul.


El primer ataque letal de la historia mediante un dron tuvo lugar en Afganistán el 7 de octubre de 2001, cuando la CIA identificó al líder talibán Mullah Omar, "con un 98% de probabilidad de que fuera él", pero el misil Hellfire lanzado por un dron Predator mató a dos hombres no identificados y Mullah Omar escapó.


Estos dos ataques recientes de "fuerza y precisión" ordenados por Biden 20 años después han marcado el presunto final de la invasión de Afganistán tal y como había comenzado. El historial no ha mejorado y, de hecho, los documentos expuestos por el denunciante Daniel Hale demuestran que el gobierno de los Estados Unidos es consciente de que el 90 por ciento de las víctimas de los ataques con drones no forman parte de los objetivos previstos.


Zemari Ahmadi, quien murió en el ataque con aviones no tripulados del 29 de agosto en Kabul junto con nueve miembros de su familia, siete de ellos niños pequeños, había sido empleado de una organización humanitaria con sede en California y había solicitado una visa para ir a Estados Unidos, al igual que el sobrino de Ahmadi, Nasser, asesinado también en el mismo ataque. Nasser había trabajado con las Fuerzas Especiales de EEUU en la ciudad afgana de Herat, habiendo servido también como guardia del consulado de EEUU en dicha ciudad.


Cualquier afinidad que los miembros sobrevivientes de la familia y amigos de Ahmadi pudieran haber tenido con Estados Unidos se esfumó ese día. "Estados Unidos es el asesino de musulmanes en todo lugar y en todo momento", dijo un familiar que asistió al funeral, "espero que todos los países islámicos se unan contra el criminal Estados Unidos". Otro doliente, un colega de Ahmadi, dijo: "Ahora tememos mucho más a los drones que a los talibanes".


El hecho de que asesinatos como los perpetrados en Afganistán y otros lugares desde 2001 hasta el presente sean contrarios a los declarados objetivos de derrotar al terrorismo, estabilizar la región y conquistar las simpatías de la población es algo que, por lo menos desde 2009, saben muy bien los arquitectos de la “guerra contra el terrorismo”.


Documentos de la CIA


Gracias a WikiLeaks, tenemos acceso a un documento de la CIA de ese mismo año: "Making High-Value Targeting Operations an Effective Counterinsurgency Tool.". Entre los "hallazgos clave" del informe de la CIA, los analistas advierten sobre las consecuencias negativas de asesinar a los llamados objetivos de alto nivel (por sus siglas en inglés HLT). "El posible efecto negativo de las operaciones de HLT incluye el aumento del nivel de apoyo a la insurgencia..., el fortalecimiento de los vínculos del grupo armado con la población, la radicalización de los líderes de los demás grupos insurgentes, la creación de un vacío en el que grupos más radicales aún entren en escena y la escalada o intensificando del conflicto de forma favorable a la insurgencia".


* Un rickshaw es un vehículo ligero de dos ruedas que se desplaza por tracción humana, bien a pie o a pedales.


Un dron de EEUU mata por error a cuarenta jornaleros en Afganistán.

MÁS MUERTES ANÓNIMAS POR DRONES EN AFGANISTÁN

Más de 33.000 niños fueron asesinados y mutilados en Afganistán durante intervención de EEUU


3 comentarios :

  1. En las guerras convencionales, el miedo equilibra en cierta manera la sensación jubilosa de que "puedo hacer lo que quiera sin tener que responder por ello". En estas "guerras sin miedo" ya no hay límites a la vesania.

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    1. Y el control remoto, que diluye la responsabilidad en las abstractas consolas de la muerte.

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  2. Estoy de acuerdo con el título, la guerra no ha terminado. Se han replegado para seguir con sus tácticas de otros modos. Yo creo que quien dice que USA ha perdido la guerra no conoce ni los fines ni los medios de dicha guerra. USA está justo en el sitio que quieren los que mandan en USA, que inusualmente no coincide estrictamente con el interés nacional, pero si logra unos objeticos: control del medio oriente, de las rutas petroleras y mantener bajos los niveles civilizatorios para mantener el máximo beneficio. Igual que hizo UK.
    Salud!

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