31 agosto, 2023

"Puede que Ucrania no esté interesada en una guerra de desgaste, pero el desgaste ciertamente está interesado en Ucrania" — Big Serge

 

Escapar del desgaste: Ucrania lanza los dados

Zaporizhia: éxito taquillero del verano


BIG SERGE – 29/08/2023

   Fragmento traducido del inglés por Arrezafe


La icónica imagen de la ofensiva de verano de Ucrania


Ha pasado un tiempo desde que publiqué algo extenso sobre la guerra ruso-ucraniana en curso, y confieso que escribir este artículo no ha entrañado especial dificultad. La tan esperada gran contraofensiva de verano de Ucrania lleva ya unos ochenta días en marcha y ha obtenido escasos resultados. Durante el verano se han producido feroces combates en diversos sectores (que se enumeran a continuación), pero la línea de contacto apenas se ha movido. Me he mostrado reacio a debatir sobre la campaña ucraniana simplemente porque aún disponen de fuerzas en reserva, y no quería publicar un comentario prematuro que viera la luz justo antes de que los ucranianos mostraran algún nuevo truco o revelaran un as oculto bajo la manga. Efectivamente, escribí la mayor parte de este artículo la semana pasada.


En estos momentos, sin embargo, la aparición de algunas de las principales brigadas restantes de Ucrania, que anteriormente se habían mantenido en reserva, confirma que los ejes del ataque de Ucrania están concretados. Sólo el tiempo dirá si estas preciosas reservas logran abrir una brecha en las líneas rusas, pero ha transcurrido el suficiente tiempo como para que podamos esbozar qué exactamente ha estado tratando de hacer Ucrania y por qué ha fracasado hasta este punto.


Parte del problema al narrar la guerra en Ucrania es su naturaleza de desgaste y posición de los combates. La gente sigue buscando audaces maniobras operativas para romper el punto muerto, pero la realidad parece ser que, por ahora, una combinación de capacidad y resistencia ha convertido esta guerra en una lucha de tricheras con un ritmo ofensivo lento, mucho más parecido a la Primera Guerra Mundial.


Ucrania aspiraba a romper este abrasador frente y reabrir las operaciones móviles –escapando de la lucha de desgaste y dirigiéndose hacia objetivos operacionalmente significativos–, pero por el momento estos esfuerzos han fracasado. A pesar de todos los alardes de haber demostrado una habilidad superior de maniobra, Ucrania aún se encuentra atrapada y asediada, tratando dolorosamente de romper sin éxito las pétreas defensas rusas.


Puede que Ucrania no esté interesada en una guerra de desgaste, pero el desgaste ciertamente está interesado en Ucrania.


El paradigma estratégico de Ucrania


Para aquellos que han seguido la guerra de cerca, lo que sigue probablemente no será novedad informativa, pero creo que vale la pena pensar de manera integral sobre la guerra de Ucrania y los factores que impulsan su toma de decisiones estratégicas.


Para Ucrania, la conducción de la guerra está determinada por una variedad de inquietantes asimetrías estratégicas.


Algunas de dichas asimetrías son obvias: como una población mucho mayor y la capacidad industrial militar de Rusia y el hecho de que la economía de guerra de Rusia sea autóctona, mientras que Ucrania depende enteramente del avituallamiento occidental de equipos y municiones. Rusia puede aumentar de forma autónoma la producción de armamento y hay abundantes señales en el campo de batalla de que la economía de guerra rusa está empezando a encontrar su ritmo, con nuevos sistemas como el Lancet, presentes en abundancia cada vez mayor, algo que corroboran fuentes occidentales, que ahora admiten que Rusia ha alcanzado con éxito la fabricación doméstica de la versión del dron iraní Shahed. Además, Rusia tiene la capacidad asimétrica de atacar áreas de retaguardia ucranianas, hasta tal punto que Ucrania no puede responder, incluso si se les entregan los temidos ATACM (que le proporcionarán a Ucrania el alcance necesario para atacar objetivos operacionales profundos en el teatro de operaciones, pero que no pueden alcanzar instalaciones en Moscú y Tula del mismo modo que los misiles rusos pueden atacar cualquier lugar de Ucrania).



Medvedev inspecciona la producción de tanques


Con importantes asimetrías favorables a Rusia, demográficas, industriales, balísticas y –seamos claros– de soberanía en la toma de decisiones, una guerra de desgaste es matemáticamente mala para Ucrania, y sin embargo, ese es precisamente el tipo de guerra en la que Ucrania ha quedado atrapada.


Lo importante, sin embargo, es entender que la asimetría estratégica va más allá de capacidades físicas como la población, la capacidad industrial y la tecnología balística, la asimetría se extiende al ámbito de los objetivos y cronogramas estratégicos.


Rusia ha enfocado esta guerra de manera muy clara, vinculándola en gran medida a la “desmilitarización” de Ucrania. De hecho, los objetivos territoriales de Rusia siguen siendo un tanto confusos, más allá de los cuatro oblasts anexados (aunque no sería aventurado pensar que a Moscú le gustaría agregar más territorios a los mencionados). Dicho lo cuál, el gobierno de Putin ha circunscrito deliberadamente la guerra a una empresa técnico-militar cuyo objetivo es destruir las fuerzas armadas ucranianas, y ha demostrado ser perfectamente libre de ceder territorio en nombre de la prudencia operativa.


Por el contrario, Ucrania tiene objetivos maximalistas de naturaleza explícitamente territorial. El gobierno de Zelensky ha sido muy claro sobre el hecho de que su objetivo –por muy fantasioso que ello pueda suponer– es restaurar la totalidad territorial de 1991, incluyendo no sólo las cuatro provincias continentales, sino también Crimea.


La confluencia de estos dos factores –el maximalismo territorial ucraniano, combinado con las ventajas asimétricas rusas en una lucha de desgaste– obliga a Ucrania a buscar una manera de abrir el frente y restaurar un estado de fluidez operativa. Permanecer atrapado en una lucha de trincheras es inviable para Kiev, en parte porque las ventajas materiales de Rusia saldrán inevitablemente a relucir (en una pelea entre dos tipos que se golpean con grandes bates, apueste por el tipo más grande con el bate más grande), y en parte porque una guerra de trincheras (que equivale esencialmente a un asedio masivo) simplemente no es la manera eficiente de retomar territorio.


Esto deja a Ucrania sin otra opción que descongelar el frente e intentar restablecer las operaciones móviles, con miras a crear cierta asimetría propia. La única forma viable de lograrlo es lanzar una ofensiva destinada a cortar líneas críticas de comunicación y suministro rusas. Contrariamente a algunas sugerencias que fueron populares esta primavera, una gran ofensiva ucraniana contra Bakhmut o Donetsk simplemente no cumplía los requisitos.


Francamente, sólo hay dos objetivos operativos adecuados para Ucrania. Uno de ellos es Starobils'k, corazón palpitante en el centro del frente ruso de Lugansk. Capturar o controlar Svatove y luego Starobils'k crearía una auténtica catástrofe operativa para Rusia en el norte, con efectos en cascada hasta Bakhmut. El segundo objetivo posible sería el puente terrestre de Crimea, que podría ser cortado mediante un avance a través del bajo Zaporizhia hacia la costa de Azov.


Probablemente era inevitable que Ucrania eligiera la opción de Azov, por varias razones. El puente terrestre hacia Crimea es un espacio de batalla más aislado: una ofensiva en Lugansk se produciría bajo la sombra de las regiones rusas de Belgorod y Voronezh, lo que haría relativamente más difícil dejar sin suministro a importantes contingentes de las fuerzas rusas. Sin embargo, tal vez más significativa aún sea la empecinada obsesión de Kiev respecto a Crimea y el puente de Kerch, objetivos que ejercen una influencia hipnótica de una manera que Starobils'k nunca ejerció.


Una vez más, esto puede parecer una reseña bastante intuitiva, pero vale la pena contemplar cómo y por qué Ucrania terminó lanzando una ofensiva que fue ampliamente anunciada y esperada. No hubo sorpresa estratégica alguna: un vídeo, definitivamente real, del jefe del GUR, un Budanov sonriente que no logró engañar a nadie. Ciertamente, no a las fuerzas armadas rusas, que estuvieron meses saturando el frente de minas, trincheras, puestos de tiro y obstáculos. Todo el mundo sabía que Ucrania iba a atacar hacia la costa de Azov, concretamente a través de Tokmak y Melitopol, y eso es exactamente lo que hicieron. Generalmente, un ataque frontal contra una defensa bien pertrechada y sin el elemento sorpresa se considera una mala elección, pero he aquí a Ucrania no sólo intentando tal ataque, sino incluso lanzándolo en un contexto de celebración global y expectativas fantasmagóricas.


La infantil súplica publicitaria de Ucrania en favor de la “contraofensiva”


Es imposible encontrarle sentido a todo esto sin comprender hasta qué punto Ucrania está encadenada por una particular interpretación de la guerra. Ucrania y sus partidarios señalan dos éxitos en 2022, en los que Ucrania pudo recuperar una franja sustancial de territorio en las provincias de Jarkov y Jersón. El problema es que ninguna de estas situaciones se pueden extrapolar a Zaporizhia.


En el caso de la ofensiva de Jarkov, Ucrania detectó un sector del frente, previamente abandonado por los rusos y defendido sólo por una reducida fuerza, pudiendo organizar un ataque sorpresa y logrando cierta victoria estratégica debido a la espesura de los bosques y a la escasez general de inteligencia rusa en el territorio. Con lo cual no se pretende minusvalorar la magnitud del éxito de Ucrania. Sin duda, fue un uso acertado de las fuerzas disponibles ucranianas que supieron explotar un sector débil del frente. Tal éxito apenas tiene relevancia en las actuales circunstancias del sur; la movilización ha mejorado sustancialmente el problema de la escasez de tropas rusas, de modo que ahora ya no tienen que tomar decisiones difíciles sobre qué sector defender, y la línea del frente de Zaporizhia, fuertemente fortificada, no se parece en nada al frente de Jarkov, entonces escasamente controlado.


El segundo caso estudiado –la contraofensiva de Kherson– es aún menos pertinente. En este caso, los dirigentes ucranianos están reescribiendo la historia en un tiempo récord. Durante el verano y el otoño del año pasado, en Kherson, las fuerzas armadas ucranianas se estuvieron golpearon la cabeza contra las defensas rusas durante meses, sufriendo pérdidas atroces. Una agrupación completa de brigadas ucranianas fue mutilada en Kherson sin lograr avances significativos, y esto incluso con las fuerzas rusas en una disposición operativa excepcionalmente difícil, al hallarse de espaldas a un río. Kherson fue abandonada meses después debido a la preocupación de que la presa de Kakhovka pudiera fallar o ser saboteada (como de hecho sucedió), y debido a la necesidad de Rusia en ese momento de economizar sus fuerzas.


Una vez más, esto podría fácilmente malinterpretarse argumentando de que la retirada rusa de Kherson careció de importancia. Obviamente, abandonar una cabeza de puente ganada con tanto esfuerzo es un gran revés, y retomar la ribera occidental de Kherson fue una bendición para Kiev. Pero debemos ser honestos acerca de las causas, y hay que señalar claramente que no sucedió debido a la contraofensiva de verano de Ucrania. Para subrayar esto, recordemos que entonces los funcionarios ucranianos se preguntaron abiertamente si la retirada rusa obedecía a un truco o una trampa. La pregunta es simplemente si la ofensiva ucraniana en Kherson predice el éxito futuro de la misma. La respuesta es: no.


Así, tenemos por un lado a Ucrania, que detectó un sector del frente escasamente defendido y lo atravesó, y por el otro a las tropas rusas, que abandonaron una cabeza de puente debido a problemas logísticos y de distribución de sus fuerzas. Ambos casos no son particularmente relevantes para la situación en la costa de Azov y, de hecho, una honesta reflexión de las fuerzas armadas ucranianas acerca la Contraofensiva de Kherson podría haber propiciado que Ucrania se pensara dos veces un asalto frontal a las robustas defensas rusas.


Por el contrario, Jarkov y Kherson se han esgrimido como prueba positiva de que Ucrania puede destruir las defensas rusas en una lucha directa; de hecho, todavía no tenemos ejemplos de que en esta guerra las FFAA ucranianas hayan derrotado posiciones rusas fuertemente sostenidas, particularmente tras la movilización, cuando Rusia finalmente comenzó a resolver sus deficiencias de personal. Pero Ucrania está atrapada en las garras de su particular narrativa sobre esta guerra, narrativa que le ha procurado una inmerecida confianza en su capacidad para llevar a cabo operaciones ofensivas. Trágicamente para los Mykolas ucranianos movilizados, esto ha coincidido con una segunda producción mitológica de arrogancia.


Un destacado argumento para la venta de la contraofensiva ucraniana ha sido la evaluada superioridad de las cuantiosas donaciones a las FFAA de Ucrania procedentes del oeste, principalmente tanques y vehículos de combate de infantería. Desde que se anunciaron las primeras entregas, no han faltado los alardes de las muchas y superiores cualidades de los modelos occidentales, como el Leopard y el Challenger. Básicamente, la sugestión ha consistido en que los expertos tanquistas ucranianos sólo esperaban ponerse al volante de estas superlativas máquinas occidentales para lanzarse. Mi consigna favorita es esa tan esgrimida consistente en desdeñar los tanques rusos como “de la era soviética”, sin tener en cuenta que el Abrams (diseñado en 1975) y el Leopard 2 (1979) también son modelos de la Guerra Fría.



Un Leopard achicharrado en Siria


Hay que decir, una vez más, que los tanques occidentales no tienen nada de malo. El Abrams y el Leopard son buenos vehículos, pero la extrema confianza en sus capacidades innovadoras surge de una suposición errónea sobre el papel del blindaje. Hay que tener en cuenta que los tanques siempre han sido y serán artículos de gran consumo. Los tanques explotan. Se estropean. Fallan y son capturados. Los tanques se desgastan mucho más rápido de lo que la gente piensa. Dado que las brigadas preparadas para el asalto de Ucrania a la línea Zapo tenían un número de vehículos significativamente insuficiente, era simplemente irracional esperar que tuvieran un impacto descomunal. Esto no quiere decir que los tanques no sean importantes (el blindado sigue siendo fundamental para el combate moderno), pero en un conflicto entre pares siempre se debe esperar perder blindados a un ritmo constante, especialmente cuando el enemigo conserva la superioridad en el fuego.


Podemos ver, entonces, cómo una decisión basada en la arrogancia, alimentada por una saludable dosis de desesperación y necesidad estratégica, puede fácilmente infiltrarse en el pensamiento ucraniano. Partiendo de una interpretación distorsionada de sus éxitos en Jarkov y Kherson, envalentonados por sus nuevos y brillantes juguetes y guiados por una animadversión estratégica predominante que les exige desbloquear el frente de alguna manera, la idea de un ataque frontal sin sorpresa estratégica contra una defensa realmente preparada podría parecer una buena idea. Agréguese el viejo tropo sobre la incompetencia y el desorden rusos y tendremos todas las recetas para una imprudente tirada de dados por parte de Ucrania.


Fallo del arranque


Ahora abordamos los detalles operativos. Por diversas razones, Ucrania ha optado por intentar un asalto frontal al frente fortificado de Zaporizhia en Rusia, con la intención de abrir una brecha hacia el mar de Azov. ¿Cómo se puede lograr esto?


Tuvimos algunas pistas desde el principio, provenientes de una variedad de características geográficas y supuestas filtraciones de inteligencia. En mayo, el Informe Dreizin publicó lo que supuestamente era una síntesis rusa de la OPORD (Orden Operacional) de Ucrania. Un OPORD funciona como un amplio esbozo de la progresión prevista de una operación, y el documento compartido por Dreizin fue anunciado como un resumen de las expectativas de Rusia respecto a la ofensiva de Ucrania (es decir, no se trata de una filtración de los documentos de planificación interna de Ucrania, sino de una filtración de las suposiciones de Rusia sobre los planes de Ucrania.).


En cualquier caso, nadie sabía si el OPORD de Dreizin era auténtico, pero posteriormente pudimos comprobarlo. Esto se debe a la otra filtración, aún más infame, de principios de esta primavera, que incluía el plan de dotación de poder de combate del Pentágono para Ucrania.


Muy generosa ella, la OTAN generó para Ucrania un paquete de ataque mecanizado desde cero. Sin embargo, debido a que esta fuerza mecanizada fue improvisada con una variedad de sistemas diferentes, provenientes de todos los rincones del Universo Cinematográfico de la OTAN, las formaciones de Ucrania son singularmente identificables por su peculiar combinación de vehículos y equipos. Así, por ejemplo, la presencia de Strykers, Marders y Challengers indica la presencia de la 82.ª Brigada en el campo, y así sucesivamente.


Por lo tanto, a pesar de las pretensiones ucranianas de seguridad operativa, en realidad ha sido trivialmente fácil para los observadores saber qué formaciones ucranianas se hayan en el campo. Ha habido algunas desviaciones del guión: por ejemplo, se suponía que la 47.ª Brigada desplegaría los tanques eslovenos M55 Frankenstein, pero al final se tomó la decisión de enviar los M55 de baja potencia al frente norte y la 47.ª se desplegó con un contingente de tanques Leopard originalmente operados por la 33ª Brigada. Pero estos son detalles menores y, en general, hemos tenido una adecuada idea de cuándo y dónde entran al campo formaciones específicas de las FFAAU.


Basado en unidades identificables, el Informe Dreizin OPORD se parece mucho a lo que realmente vimos al inicio de la ofensiva ucraniana. El Dreizin OPORD pidió un asalto de las Brigadas 47 y 65 en las líneas rusas al sur de Orikhiv, en el sector delimitado por Nesterianka y Novoprokopivka. Directamente en el medio de este sector se encuentra la ciudad de Robotyne y, efectivamente, allí fue donde se produjo el primer gran asalto de las FFAAU, durante la noche del 7 al 8 de junio, encabezado por la 47.ª Brigada .


Ahora bien, a partir de este punto resulta difícil evaluar el Dreizin OPORD simplemente porque el ataque de Ucrania se descarriló instantáneamente, pero una cosa que podemos decir, y es que la fuente de Dreizin tenía razón sobre el orden en que las unidades ucranianas serían introducidas en la batalla. Basándonos en esto, podemos desarrollar el OPORD y sentirnos bastante seguros apostando a que esto es lo que los ucranianos esperaban lograr:


El sueño de Ucrania: el camino hacia el mar


La intención parece haber sido forzar una brecha en la línea rusa utilizando un asalto blindado concentrado por parte de las Brigadas 47 y 65, después de lo cual una fuerza de seguimiento de las 116, 117 y 118 comenzaría la fase de expansión, dirigiéndose hacia la costa de Azov y las localidades de Mikhailivka y Vesele, al oeste. Claramente, el objetivo no era empantanarse en combates urbanos intentando capturar lugares como Tokmak, Berdyansk o Melitopol, sino rodearlos y aislarlos tomando posiciones de bloqueo en las carreteras principales.


Simultáneamente, un empuje menor –pero no menos crítico– saldría del área de Gulyaipole y avanzaría a lo largo del eje Bilmak. Esto tendría el efecto de proteger el avance principal hacia el oeste y abrir el frente ruso, fragmentando la integridad de las fuerzas rusas atrapadas en medio. En general, se trata de un plan bastante sensato, aunque ambicioso y poco creativo. En muchos sentidos, ésta era realmente la única opción.


Entonces, ¿qué salió mal? Bueno, conceptualmente es fácil. No hubo brecha. El grueso del plan de las maniobras está dedicado a la expansión: alcanzar tal o cual línea, tomar esta posición de bloqueo, enmascarar esa ciudad, etc. ¿Pero qué sucede cuando no hay ninguna brecha? ¿Cómo pudo ocurrir tal catástrofe y cómo se puede salvar la operación si fracasa en su fase inicial?


De hecho, esto es precisamente lo que ha sucedido. Ucrania se encuentra atrapada en el borde más extremo de la línea de la línea de defensa rusa, dilapidando recursos sustanciales tratando de capturar la pequeña aldea de Robotyne y/o evitarla hacia el este, infiltrándose en la brecha entre dicha aldea y la vecina Verbove. Pero en lugar de esa rápida maniobra de avance y giro hacia Melitopol, obtenemos algo como esto:


Contraofensiva ucraniana y líneas defensivas rusas (trazadas en rojo)


Podríamos ser generosos y decir que Robotyne es el último pueblo antes de que el ataque ucraniano alcance el principal cinturón defensivo ruso, pero mentiríamos: también tendrán que despejar la ciudad más grande de Novoprokopivka, dos kilómetros al sur. Sólo como referencia, echemos un vistazo más cercano a las defensas rusas trazadas en el espacio de batalla, mapa basado en el excelente trabajo de Brady Africk .


Defensas rusas en el sector Robotyne


La discusión sobre estos emplazamientos puede volverse un tanto confusa, simplemente porque no siempre está claro qué se entiende por esa popular frase "primera línea de defensa". Claramente existen algunas obras defensivas alrededor y dentro de Robotyne, y los rusos eligieron luchar por la aldea, por lo que en cierto sentido Robotyne es parte de la "primera línea", pero es más apropiado hablar de ello como parte de lo que denominaríamos una "línea de detección". La primera línea de fortificaciones continuas a lo largo del frente está varios kilómetros más al sur, y este es el cinturón que Ucrania aún no ha logrado alcanzar, y mucho menos romper.


En este momento, parece ser que las tropas rusas han perdido el control total de Robotyne, pero aún controlan la mitad sur de la aldea, mientras que las tropas ucranianas situadas en la mitad norte de la aldea siguen sujetas a intensos bombardeos rusos . Probablemente en este punto deberíamos considerar que la aldea está en continua disputa, lo cual es una característica de la denominada zona gris.


Robotyne, en todo su esplendor


Ahora, una breve nota sobre Robotyne y por qué ambas partes están tan decididas a luchar por ella. Parece bastante extraño, dado que la preferencia rusa en 2022 era realizar retiradas tácticas bajo su paraguas de fuego. Esta vez, sin embargo, están contraatacando ferozmente para disputarse Robotyne. El valor del pueblo no sólo reside en su ubicación en la carretera T-0408, sino también en su excelente posición en lo alto de una colina. Tanto Robotyne como Novoprokopivka se encuentran en un alto de terreno que se eleva 70 metros por encima de la llanura baja del este.


Lo que ello significa es bastante simple; Si las FFAAU siguen adelante en sus intentos de eludir la posición de Robotyne-Novoprokopivka empujando hacia la brecha entre Robotyne y Verbove, serán vulnerables al fuego en los flancos (particularmente por ATGM) por parte de las tropas rusas situadas en terreno elevado. Ya hemos visto imágenes de vehículos ucranianos atacados por el flanco por fuego de Robotyne. Soy muy escéptico de que Ucrania pueda siquiera intentar un asalto serio al primer cinturón defensivo mientras no haya capturado tanto Robotyne como Novoprokopivka.


Incluso en circunstancias ideales, esto sería un hueso duro de roer, con toda una variedad de problemas de ingeniería que salvar, obstáculos diseñados para canalizar al atacante hacia líneas de fuego, trincheras perpendiculares para permitir el fuego cruzado contra las columnas ucranianas que avanzan y defensas sólidas en todas las principales zonas y carreteras. Pero éstas no son circunstancias ideales. Se trata de una fuerza cansada que ha agotado gran parte de su poder de combate y que está intentando organizar el ataque utilizando unos débiles e inconsistentes medios de asalto.


Varios factores conspiraron contra la ofensiva ucraniana y, de forma sinérgica, han creado una auténtica catástrofe militar para Kiev. Los enumeramos.


Problema 1: la capa defensiva oculta


Llegados a este punto, debemos reconocer algo que todo el mundo pasó por alto acerca de la defensa de Rusia. Anteriormente expresé mi firme convicción de que las fuerzas de Ucrania serían incapaces de traspasar las defensas rusas, pero creí erróneamente que la defensa rusa funcionaría de acuerdo con los principios clásicos soviéticos de defensa en profundidad (aclarados con gran detalle en los escritos de David Glantz, por ejemplo).


Defensa en profundidad por una brigada de fusileros motorizados


Dicha defensa, en pocas palabras, contempla la idea de que el enemigo traspase la primera o incluso la segunda línea de defensa. El propósito de la defensa de múltiples capas (o “escalonada”, en la terminología clásica) es asegurar que la fuerza enemiga quede estancada mientras intenta abrirse paso. Puede penetrar la primera capa, pero a medida que avanza es continuamente masticada por las cinturones siguientes. El ejemplo clásico es la batalla de Kursk, donde poderosos panzers alemanes irrumpieron en los cinturones defensivos soviéticos, pero posteriormente quedaron atascados y fueron aniquilados. Se podría decir que esto es algo análogo o similar a un chaleco de Kevlar, que utiliza una red de fibras para detener los proyectiles: en lugar de rebotar, la bala es atrapada y su energía es absorbida y disipada por las capas de fibra.


En realidad, yo estaba bastante abierto a la idea de que Ucrania lograría cierta penetración, pero anticipé que se quedarían atrapados en los cinturones siguientes y expulsados.


Lo que faltaba en este panorama –y esto es mérito de la planificación rusa– era un cinturón defensivo invisible delante de las propias trincheras y fortificaciones. Este cinturón avanzado está formado por campos minados extremadamente densos y posiciones fuertemente defendidas a lo largo de la línea de protección, por las que evidentemente los rusos tenían la intención de luchar ferozmente. En lugar de atravesar el primer cinturón y quedar atrapados en las zonas intersticiales, los ucranianos han sido diezmados repetidamente en la zona de seguridad, y si logran afianzarse, los rusos contraatacan constantemente para rechazarlos.fianzarse.


En otras palabras, si bien esperábamos que Rusia ejerciera una defensa en profundidad que absorbiera las puntas de lanza ucranianas y las destrozara en el corazón de la defensa, los rusos en realidad han mostrado una fuerte voluntad de defender sus posiciones más avanzadas, de las cuales Robotyne es la más famosa.


Sobre el papel, se esperaba que Robotyne funcionara como parte de la llamada “zona de deformación” o “zona de seguridad”, una especie de barrera ligeramente controlada que somete al enemigo a fuego pre-registrado antes de que choque con el primer cinturón de fuego sostenido e inexpugnables defensas. De hecho, una variedad de estudios aéreos y satelitales de la zona, realizados antes de que Ucrania lanzara su ataque, mostraron que Robotyne se encontraba a mucha distancia del primer fortificado y continuo cinturón ruso.


Al parecer, lo que se pasó por alto fue hasta qué punto los defensores rusos habían minado las áreas en el acceso a Robotyne y cuán comprometidos estaban en defender el interior de la zona de seguridad. La abrumadora escala de minería ciertamente parece haber sorprendido a los ucranianos y ha creado tensión en las limitadas capacidades de ingeniería de combate de Ucrania. Aún más importante, la densidad de las minas ha creado vías de aproximación predecibles de las fuerzas ucranianas, obligadas a afrontar repetidamente la amenaza del armamento y fuego rusos.


Problema 2: supresión insuficiente


La imagen distintiva de los primeros grandes asaltos a la Línea Zapo han sido columnas y medios maniobrando sin apoyo, azotados por fuego ruso, tanto desde tierra (cohetes, ATGM y artillería de tubos) como desde medios aéreos, como el helicóptero de ataque Ka-52 Alligator. Uno de los aspectos más sorprendentes de este escenario fue la forma en que las fuerzas ucranianas fueron objeto de intenso fuego mientras aún formaban en columnas de marcha, sufriendo pérdidas incluso antes de desplegarse ante las líneas de fuego para comenzar el asalto propiamente dicho.


Hay innumerables razones para esto. Una es la ahora indiferente cuestión de la escasez de municiones en Ucrania. Consideremos los siguientes elementos de interés. En el período previo a la contraofensiva de Ucrania, Rusia emprendió una intensa campaña aérea de contra-preparación que destruyó grandes depósitos de municiones de las FFAAU. Los ataques iniciales de Ucrania colapsan ante los intensos y no interceptados bombardeos rusos. Estados Unidos decide transferir munición de racimo a Ucrania porque, en palabras del presidente, “se están quedando sin municiones”. Si a esto le sumamos la degradación de la defensa aérea ucraniana, que permite a los helicópteros rusos operar con gran efecto a lo largo de la línea de contacto, tenemos la receta para el desastre. Al carecer de tubos para neutralizar el fuego ruso o de defensa aérea para ahuyentar a sus aviones, las FFAAU desplegaron su ofensiva empujando desastrosamente hacia adelante sus tropas carentes de apoyo en medio de una nutrida lluvia de fuego.


Problema 3: Armas rusas de enfrentamiento


Es crucial comprender que la caja de herramientas rusa es fundamentalmente diferente de lo que era el año pasado durante la batalla de Kherson, debido a la producción y rápida expansión de una variedad de armas de combate rusas, en particular el Lancet y las modificaciones del UMPK para bombas de gravedad.


El Lancet, en particular, ha tenido un desempeño estelar (hay quienes afirman que esta pequeña y confiable munición merodeadora es responsable de casi la mitad de las muertes por artillería rusa) y ha llenado una brecha crucial que circunstancialmente perturbó al ejército ruso durante el primer año de la guerra. Contrariamente a algunas evaluaciones occidentales de que Rusia simplemente no podía fabricar drones en cantidades suficientes, la producción del Lancet se ha incrementado con éxito en un corto período de tiempo, y también está iniciándose la producción en masa de otros sistemas como el Geran.


Zala Lancet


La proliferación del Lancet y sistemas similares significa, en pocas palabras, que nada dentro de un radio de 30 kilómetros de la línea de contacto es seguro, y esto a su vez impide el despliegue por parte de las AFU de efectivos de apoyo críticos, como la defensa aérea y la ingeniería, ampliando su previa vulnerabilidad a las minas y bombardeos rusos. De hecho, debido a la amenaza que los Lancet suponen para la misma, hemos visto una progresiva disminución del uso de la artillería ucraniana en el área de Robotyne (parecen estar transfiriendo sus cohetes a otros frentes en favor del uso de HIMARS como sistema defensivo).


Problema 4: Líneas de enfoque repetitivas


Debido a que las FFAAU no lograron traspasar el sector Robotyne en su primer intento, se vieron obligadas a movilizar continuamente unidades y recursos adicionales para avanzar. Esto tiene particulares implicaciones, tanto en el sentido de que las fuerzas de las FFAAU deben atravesar continuamente las mismas líneas de aproximación al contacto, como en el hecho de que están utilizando la misma zona de retaguardia para reunir y organizar sus fuerzas de asalto.


Lo cual permite que la tarea del departamento ruso de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento resulte significativamente más fácil, ya que las FFAAU no tienen una forma efectiva de dispersar u ocultar la actividad requerida para el asalto. Las fuerzas y el material ucranianos preparados para el asalto han sido reiteradamente escondidos en las aldeas situadas inmediatamente detrás de Orikhiv, como Tavriiske y Omeln'yk, y Rusia puede atacar la infraestructura de la retaguardia, como los depósitos de municiones, porque –dicho de manera simple– hay un número limitado de lugares donde las tropas se pueden organizar cuando se ataca repetidamente el mismo sector en un frente de 20 km de ancho.


Recientemente tuvimos a la viceministra ucraniana de Defensa, Hanna Malair, quejándose de que la 82.ª Brigada, recientemente desplegada en el sector de Orikhiv, había sido alcanzada por una serie de ataques aéreos rusos en sus campos de preparación. Según ella, esto se debió a que el pobre OPSEC reveló la ubicación de la brigada a los rusos. Algo que realmente tiene muy poco sentido; toda la zona de operaciones alrededor de Orikhiv quizás tenga unos 25 kilómetros de profundidad (de Kopani a Tavriiske) y 20 kilómetros de ancho (de Kopani a Verbove). Se trata de una zona pequeña que ha experimentado una gran cantidad de tráfico militar por las mismas carreteras durante todo el verano. La idea de que Rusia necesita información privilegiada para saber qué debe vigilar y qué objetivos atacar en esta zona es absurda.


Problema 5: Brigadas frágiles


En realidad, "destruir" una unidad plenamente operativa requiere infligir mucho menos daño de lo que la gente piensa. Una unidad puede convertirse en “desechable” para el combate con un 30% de pérdidas (con algunas variaciones dependiendo de cómo se asignen). Ello se debe a que la gente asocia el término “destrucción” a pérdidas totales. A menudo es así es como se usa el término en conversaciones coloquiales, pero lo importante para los oficiales que intentan gestionar una operación es si una formación es capaz o no de combatir y realizar las tareas que se le asignan, y esa capacidad puede desaparecer mucho más rápidamente de lo que la gente cree.


Este es, particularmente y por diversas razones, el caso del conjunto mecánico ucraniano. Por un lado, como comentamos en artículos anteriores, estas brigadas comenzaron la lucha con muy pocas fuerzas (recordemos, por ejemplo, que la 82.ª Brigada ucraniana tiene sólo 90 AFV Stryker, mientras que se supone que una Brigada Strkyer estadounidense tiene 300). Además, la naturaleza improvisada de estas brigadas –y la falta total de sistemas de autóctonos, como reparación y mantenimiento– significa que los ucranianos tienen que canibalizar estos vehículos. Ya han comenzado a designar como "donantes" a vehículos amortizados, cuyas piezas se aprovechan tras ser desmontados. Las brigadas mecanizadas de Ucrania carecen de vehículos suficientes, y por tanto la tasa de recuperación es tremendamente pobre, una carencia oculta debido a la canibalización.


Lo que esto significa es que, cuando a mediados de julio admitieron que Ucrania ya había perdido el 20% de su parque móvil, ello supuso una asociada y catastrófica disminución de su capacidad de combate. Las brigadas líderes, que devoraron el 50% o más de sus vehículos, ya no pueden asumir las tareas de combate propias de una brigada, y los ucranianos se ven obligados a alimentarse de sus unidades de retaguardia prematuramente.


En este punto, se han desplegado elementos parciales de al menos diez brigadas diferentes en el sector Robotyne, y es probable que la 82.ª se una a ellos pronto. Dado que el plan de desarrollo del poder de combate de la OTAN sólo incluía 9 brigadas entrenadas por la misma, además de algunas formaciones ucranianas reconstituidas, es seguro afirmar que desangrarlas a todas durante un combate de 71 días, tan sólo para penetrar en la línea del frente, no estaba en el plan.


Mirando al abismo


Últimamente he visto toda una variedad de analistas y escritores argumentar que la inserción de unidades ucranianas adicionales en el sector Robotyne marca la siguiente fase de la operación.


Un sinsentido. Ucrania sigue estancada en la primera fase. Lo que ha sucedido, en cambio, es que el desgaste de sus brigadas en el primer escalón los ha obligado a comprometer su segunda (y tercera) oleada para completar las tareas propias de la fase inicial. El ataque inicial, dirigido por la 47.ª Brigada, tenía como objetivo crear una brecha en la línea de control rusa, alrededor de Robotyne, y avanzar hacia el principal cinturón ruso situado más al sur. Fracasaron, y las brigadas adicionales destinadas a la expansión (la 116.ª, 117.ª, 118.ª, 82.ª, 33.ª y más) ahora están siendo sistemáticamente incorporadas para mantener la presión.


Por supuesto, estas brigadas no han sido destruidas por la simple razón de que no están siendo enviadas en su totalidad, sino parcialmente, como subunidades. Sin embargo, llegados a este punto, las pérdidas ucranianas constituyen la mayor parte de toda una brigada distribuida en un paquete más amplio, y se han eliminado más de 300 vehículos (tanques, IFV, APC, etc.).


Necesitamos decir esto claramente. Ucrania no ha pasado a la siguiente fase de su operación. Está estancada en la primera fase. Se han visto obligados a comprometer prematuramente partes de la segunda fase, que estaban destinadas a acciones posteriores. Están quemando, lenta pero inexorablemente, todo el grupo operativo, y hasta ahora no han traspasado la línea de control de Rusia. La gran contraofensiva se está convirtiendo en una catástrofe militar.



¿Enviará Estados Unidos el grueso de sus tropas a Ucrania?




1 comentario :

  1. El análisis táctico es muy interesante, pero el estratégico queda escaso. Porque la estrategia no la marca Ucrania, sino EEUU.
    EEUU no quiere, nuca ha querido, que Ucrania ganase nada. EEUU, lo que está haciendo, es dar a los ucros las armas suficientes como para mantener el combate tanto como puedan sin que Rusia escale el conflicto. Porque el objetivo declarado, de EEUU desde el inicio del conflicto, es desgastar a Rusia lo más que pueda y hacer que concentre la mayor parte de esfuerzos en el frente, sin capacidad de respuesta en otros frentes. Se quiere neutralizar al principal socio militar de China. Así que, a pesar del coraje ucro, la destrucción de este país, bajo la perspectiva yanki es necesaria, porque es el cebo que pone a Rusia para que no escale el conflicto, una guerra cómoda pero insidiosa.
    Pero va más allá, porque cuando acaben con Ucrania, quedará inservible para Rusia, una victoria pírrica, y se activará otro foco bélico del "Collar de la Pitón' que ya en sus tiempos planteó Inglaterra en torno a Rusia. Esto es, Bielorrusia, Georgia o Kazajistán. El propósito será entonces el mismo, pelear hasta el último georgiano para debilitar a Rusia. ¿Lo conseguirán? Esto está solo empezando. Salud!

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