09 mayo, 2024

"Estados Unidos, eres el desastre de un tren estrellándose contra un contenedor de basura en llamas" — Shahid Bolsen

 



[Transcripción: Arrezafe]


Dije que a los israelíes, y específicamente a Netanyahu, no les quedaban cartas que jugar ni fichas que negociar excepto la amenaza del asalto a Rafah. Todo el mundo les advirtió que no lo hicieran: Estados Unidos, la UE, Alemania, el Reino Unido, la ONU, todos al parecer se oponían a dicho asalto. Las negociaciones han tenido lugar, en gran medida, fuera de la jurisdicción estadounidense. Egipto, Qatar y Hamas negociando sobre el alto el fuego y el intercambio de rehenes. Los estadounidenses y los israelíes presentaron la semana pasada una ridícula propuesta de alto el fuego de 40 días que todos simplemente ignoraron. No obstante, Hamas aceptó el lunes una propuesta de alto el fuego que habría asegurado la liberación de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, logrado la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y el comienzo de la reconstrucción, todo ello en tres etapas. Cada una de dichas etapas de aproximadamente 42 días, es decir, un total de aproximadamente cuatro meses, una propuesta que al parecer habría incluido un cese de hostilidades por parte de los hutíes, de las milicias en Irak y de Hezbolá. Esta ha sido, de momento, la propuesta más seria y más realista, e incluso Estados Unidos dio señales de estar a favor de la misma. Sin embargo, casi inmediatamente después de que Hamás anunciara aceptar este plan, Israel lanzó un ataque contra Rafah, tomando el control del llamado corredor de Filadelfia y del puesto fronterizo, en el que incluso izó la bandera israelí.


Todo esto, en mi opinión, se debe esencialmente al berrinche de los sionistas debido a que ya no pueden imponer sus condiciones en Oriente Medio y a que lo único que les queda es la violencia como manera relevante de imponerse, amenazando con ejercerla o ejerciéndola, aunque al hacerlo lo único que consiguen es agravar las razones por las que están siendo marginados y tornándose obsoletos. Imagínate, la única razón de su presencia en la mesa de negociaciones es su amenaza de que matarán a todos. Eso es como obligar a la gente a reírse de tus chistes a punta de pistola, lo que no te convierte en gracioso, sino en un tipo patético y peligroso, y el hecho de ser peligroso no otorga ninguna credibilidad.


Nos encontramos ante una situación en la que Israel básicamente viene a decir; "tenéis que dejar de acusarnos de cometer genocidio o de lo contrario seguiremos cometiendo genocidio, actuaremos como lunáticos psicópatas hasta que nos declaréis cuerdos y razonables". Pues bien, nadie quiere tratar con alguien así, todo el mundo, incluidos sus amigos, empezarán a urdir la manera de neutralizarle. Creo que eso es lo que está pasando y que los sionistas lo saben, lo perciben, pero disponen de un conjunto muy limitado de herramientas con las que actuar, su única capacidad fue siempre la de desestabilizar, sembrar el caos y derramar sangre. El sionismo, que durante muchas décadas fue una baza muy ventajosa y útil para la estructura del poder colonialista occidental, se ha vuelto un inconveniente. A mi entender, su reacción al acuerdo de alto el fuego muestra que realmente los sionistas carecen de ideas, ya no saben cómo hacerse importantes, cómo demostrar que aún siguen siendo de alguna utilidad. Vaticiné que si Netanyahu invadía Rafah, si iniciaba un ataque a gran escala contra Rafah, se dispararía a sí mismo en la cabeza, y que el  propio sionismo se suicidaría en ese ataque. Ese arma está amartillada y en este momento apunta directamente a sus cabezas. Si aprietan el gatillo, todo habrá terminado.


Netanyahu está teniendo el febril sueño  de que pueden volver a ocupar Gaza, controlar la frontera de Rafah y socavar a Hamas distribuyendo ayuda en la Franja de Gaza, ellos mismos o a través de Fatah, para que los palestinos den la espalda a Hamas. Como si se pudiera simplemente reproducir la historia y repetir los días posteriores a los Acuerdos de Oslo, cuando la Autoridad Palestina actuó como administradora y ejecutora policial de Israel en Gaza.


En su pretensión de invadir Rafah, Israel intenta recuperar el control del proceso, pero no va a funcionar. En mi opinión no va a funcionar. Aunque se podría decir que nadie quiere que Hamas sobreviva. Egipto no quiere, Arabia Saudita tampoco, el CCG en general tampoco y posiblemente tampoco los BRICS. Creo que a los principales actores les gustaría ver a Hamás eliminado o al menos disminuido hasta el punto de la irrelevancia, pero eso es algo que en todo caso no va a suceder a manos de Israel. Cualquier cosa que Israel haga para tratar de socavar a Hamás sólo lo fortalecerá, no se puede repetir Oslo, no se puede volver a ese programa y que nadie se percate de lo que se estaría urdiendo.


Probablemente el plan sea que Hamás y Fatah formen algún tipo de gobierno de unidad en Gaza, y que en dicha coalición sólo la facción de Fatah  tenga realmente poder e influencia, pero dudo que eso vaya a ser posible bajo el liderazgo de alguien como Abu Mazin, porque será marginado. El caso es que nada de todo esto está ya en manos de Israel y ni siquiera de Estados Unidos. He oído que las negociaciones en curso, en El Cairo, ahora incluyen oficialmente a funcionarios de la CIA y están planteando la idea de que sea una compañía de seguridad privada estadounidense la que administre la frontera de Rafah con Egipto. Esto, en mi opinión, es absurdo. En Estados Unidos hay facciones, concretamente los neoconservadores, que todavía no se han adaptado a la nueva realidad emergente respecto a los asuntos internacionales, por ello piensan que Israel y Estados Unidos todavía pueden confiar en la violencia para dictar cómo y por dónde han de discurrir los acontecimientos. Piensan que las acciones de Israel en Rafah han cambiado de alguna manera el curso de los acontecimientos, pero no lo han hecho, al menos no en la forma que ellos creen. Han cambiado el curso sólo para hacerlo aún peor para Israel y para Estados Unidos. Todo cuanto ambos hacen hoy en día solamente los conduce a un mayor aislamiento.


Al parecer, Estados Unidos tiene intención de sancionar a funcionarios de la Corte Penal Internacional. Miembros del Congreso quieren castigarlos preventivamente por emitir órdenes de arresto contra Netanyahu y altos funcionarios de su gabinete, aunque en realidad aún no se ha emitido ninguna orden de arresto. Así que, Estados Unidos, este país del orden internacional basado en reglas y estado de derecho, quiere presionar e influenciar ilegalmente, ejerciendo su coerción sobre la Corte Penal Internacional para evitar posibles cargos contra criminales genocidas que todo el mundo quiere ver arrestados. Criminales genocidas que han rechazado una oferta de alto el fuego y han respondido a la misma atacando y asesinando a personas inocentes en Rafah. Es como si, llegados a este punto, Estados Unidos odiara lo que pueda quedar de su propia credibilidad. Les gustaba decir de los palestinos que nunca pierden una oportunidad de perder una oportunidad. Pues bien, ese es hoy Estados Unidos, que durante los últimos siete meses ha tenido oportunidad tras oportunidad de hacer lo correcto. 


Si EEUU estuviera realmente a la altura de su letanía de discursos y predicados sobre la justicia y los derechos humanos –toda esa indignación mediática imaginaria sobre víctimas civiles en Ucrania, ataques a hospitales, a infraestructuras y todo eso–, podría haberlos aplicado respecto a Gaza. Por no mencionar su profusa cháchara sobre la democracia, la libertad, etc. Podría haber escuchado a los manifestantes, a su propia juventud, a su propio pueblo protestando en las calles y ahora en los campus universitarios, en lugar de golpearlos y arrestarlos, en lugar de prohibir TickTock por estar brindando a la población de todo el mundo información precisa y testimonios presenciales de lo que sucede en Gaza. Podría haber apoyado a TickTock como una plataforma valiosa para mantener informada a la población, una plataforma de la libertad de expresión. Pero no, quiere cerrarla. Podría haber exigido un alto el fuego en lugar de vetar persistentemente las propuestas que a tal fin se presentaron en las Naciones Unidas. De hecho, ni siquiera tendría que haber acudido a la ONU, podría, literalmente, haber ordenado a Netanyahu que se detuviera y, de no hacerlo, podría haber intervenido militarmente, como lo ha estado haciendo en cualquier otro lugar. Si Estados Unidos se pareciera en algo a lo que proclama ser, si realmente creyera en alguno de los valores en los que afirma creer, más de 35.000 palestinos no habrían sido asesinados.


La única razón por la que EEUU se opone a las órdenes de arresto contra israelíes es porque es cómplice necesario y porque todos los miembros de la Administración Biden deberían ser detenidos y llevados ante el tribunal de La Haya, y lo saben. Su problema es que la realidad está eclipsando la narrativa. El hedor del salvajismo sionista se está imponiendo sobre el perfume con el que Estados Unidos rocía su reputación para encubrir su propio hedor, la nociva peste del cebado cadáver de su supuesta sociedad democrática, muerta hace mucho tiempo, si es que alguna vez estuvo viva.


Ahora, EEUU está atado a Israel hasta el punto que no pueden liberarse. Así que ahora Israel lo está hundiendo. Israel y la patológica obsesión por la colonización que alimenta el pérfido romance mediante el cual el sionismo está incendiando la posición de Estados Unidos, tanto a nivel mundial como nacional. Toda esa falaz narrativa sobre sí mismo se está haciendo trizas, la Estatua de la Libertad ha sido despojada de su atuendo, como en esa escena de Juego de lágrimas, donde de repente todos se dan cuenta de que no eras quien decías ser. Estados Unidos sedujo al mundo haciéndole creer que era Marilyn Monroe, pero resultó ser Marilyn Manson. Ya nadie quiere seguirle el juego, nadie simpatiza con su diseñada atracción fatal, ya nadie la soporta.


Seguir adelante con el ataque a Rafah no ha conseguido más que exponer el hecho de que las opciones de Israel y Estados Unidos están completamente agotadas. He sabido que Biden ha pausado el envío de bombas a Israel, pero eso no significará nada para su electorado, es como si un marido infiel le dijera a su esposa que seguirá viendo a su amante, pero que ya no le enviará flores el día de San Valentín. Demasiado poco y demasiado tarde. Glen Close ha cocido el conejo mascota de sus hijos y aún intenta convencernos de su buen corazón.


Llegados a este punto, Estados Unidos sólo puede hacer una cosa para recuperar credibilidad en el escenario global, y es detener activa y agresivamente a Israel. Cortar lazos, simplemente cortar lazos, ya no será suficiente en este momento. Es necesario que imponga una zona de exclusión aérea sobre Gaza, más sanciones a Israel de las que impuso a Rusia, es necesario que exija a la OIEA inspecciones inmediatas de las instalaciones nucleares de Israel, es necesario que revoque la ciudadanía estadounidense a cada ciudadano israelí con doble nacionalidad, que confisque todos activos israelíes en América y Europa, que lleve a Netanyahu ante la CPI, que se sume a la denuncia de Sudáfrica ante la CIJ. Que prohíba los medios de comunicación sionistas, que trate la bandera israelí de la misma manera que se trata la esvástica, que clasifique a las FDI de organización terrorista y a Israel de ente patrocinador del terrorismo. Y si todo ello no funcionara, entonces será necesario que emprenda una campaña militar contra Israel de la misma manera que lo hizo contra Irak, de la misma manera que lo hizo contra Libia, Afganistán, etc., y bombardearlo hasta llevarlo a la Edad de Piedra. Porque, es eso lo que sueles hacer, ¿verdad? ¿No es ese supuestamente el estilo americano?


Sin embargo, todos sabemos que EEUU nunca hará nada de eso, y como todos sabemos que nunca lo hará, todos sabemos que siempre mintió sobre sus cacareados principios, y que, por eso, nadie volverá a escucharle. Lo único que podría hacer para salvarse es algo que todos sabemos que nunca hará, por eso ha quedado expuesto, su tapadera ha volado. La audiencia de todos esos discursos sobre la democracia, la libertad y los derechos humanos está saliendo del edificio, hemos apagado tu micrófono. Has atravesado el Rubicón de la hipocresía y a estas alturas ya no hay vuelta atrás. El mundo sigue sabiendo lo que sabe y por mucho que repitas tu narrativa, completamente fallida, no puedes hacer que desconozcamos lo que sabemos sobre ti. Estados Unidos, eres el desastre de un tren estrellándose contra un contenedor de basura en llamas tratando de apagar el fuego con petróleo y plutonio. Todos quieren distanciarse de ti lo más lejos posible.











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