27 mayo, 2024

La batalla de Jabalia: una lección palestina sobre la guerra de desgaste — Khalil Harb

 


Israel busca guerras rápidas y contundentes, mientras que sus oponentes buscan guerras de desgaste, irregulares y de ebullición lenta. Ahora, con el resurgimiento de las operaciones de resistencia en las zonas de Jabalia y Gaza, Israel ha perdido tanto el territorio como la guerra.


The Cradle.co 23/05/2024

   Traducción del inglés: Arrezafe


La situación terrestre en el campo de refugiados de Jabalia, al norte de la ciudad de Gaza, es más que un simple enfrentamiento militar entre una fuerza invasora y combatientes de la resistencia que libran una "guerra de guerrillas". La profunda implicación de las repentinas batallas que han surgido en el mayor campo de Gaza es que Israel está mucho más enredado de lo que quiere reconocer, reflejando la experiencia de Estados Unidos en su desastroso atolladero de Vietnam.


Sin embargo, a diferencia de la Ruta Ho Chi Minh en Vietnam, Gaza es una franja de tierra plana que carece de cruces, pasos de montaña o bosques en los que la resistencia pueda mover personal y armas con facilidad a través de franjas de terreno. Egipto, que comparte el cruce de Rafah con Gaza, se ha distanciado de la Franja y los habitantes de Gaza no comparten otras fronteras con el mundo exterior.


Por lo tanto, el resurgimiento de la resistencia en Jabalia, las feroces batallas que han sorprendido al ejército israelí con la guardia baja, apunta a lo que algunos podrían llamar un "milagro".


Más que una guerra de guerrillas


En declaraciones a The Cradle, un líder de Hamás manifiesta que las declaraciones de Tel Aviv sobre controlar el norte y el centro de la Franja antes de centrarse en el sur siempre fueron falsas, y que la resistencia aún conserva su fuerza y liderazgo.


El portavoz de la Jihad Islámica Palestina (YIP), Mohammed al-Haj Moussa, que evalúa la situación de manera similar, manifestó a The Cradle: "Estamos listos para una larga batalla de desgaste", haciéndose eco de las palabras del portavoz de las Brigadas Qassam, Abu Obeida.


Sus comentarios de que el norte de Gaza no está bajo control israelí, como ha afirmado a menudo, quedan evidenciados por el resurgimiento de las batallas que hoy tiene lugar en el norte de la Franja.


Al inicio de la guerra, las fuerzas israelíes se movieron desde varias direcciones hacia la Franja, incluidas Al-Atatreh, Beit Lahiya, Beit Hanoun y Shujaiya en el norte y noreste, y desde ejes centrales como Juhr al-Dik y el barrio de Al-Zaytoun hacia Sheikh Ajlin, cerca de la costa, aparentemente para reforzar aún más su control sobre el norte de Gaza.




Sin embargo, en enero, Israel anunció el reposicionamiento de sus fuerzas, retirándose de la mayoría de las zonas del norte y estacionándose principalmente en el barrio de Al-Zaytoun, con la intención de avanzar hacia zonas donde continuaba la resistencia, principalmente al sur de la Franja.


La confianza de Tel Aviv en que las cosas se habían inclinado a su favor en Jabalia estaba fuera de lugar. Las pérdidas anunciadas hoy por el ejército de ocupación (tanto en soldados como en material) confirman que se está librando una lucha feroz en el campamento y sus alrededores.


Una fuente importante de Hamas informa a The Cradle que la estrategia de Israel de "segar la hierba", destinada a debilitar o paralizar periódicamente la resistencia de Gaza, no ha logrado el efecto deseado, incluso después de 225 días de guerra.


La verdadera guerra de desgaste


Fuentes de la resistencia palestina informan que incluso el barrio de Al-Zaytoun, un importante bastión de las fuerzas israelíes para contrarrestar al 'Viet Cong palestino' en el norte de Gaza, era inestable para los soldados israelíes. Los combatientes palestinos emergían periódicamente de los escombros y de la clandestinidad para librar una verdadera guerra de desgaste contra los miles de soldados estacionados allí.


Además, fuentes de la Resistencia dicen que se utilizó toda una variedad de armas explosivas en emboscadas y ataques: "bombas Al-Shuath" y "Tandem" para destruir tanques Merkava y otros vehículos blindados, proyectiles "Al-Yassin 105", bombas y trampas explosivas ubicadas en casas, utilizando cohetes y proyectiles israelíes que no explotaron durante ataques anteriores, que son detonados cuando los soldados se refugian en el interior.


A ello hay que añadir operaciones de francotiradores, bombardeos de mortero y enfrentamientos repentinos, cara a cara, con los soldados enemigos por parte de combatientes que emergen de túneles.


El mencionado líder de Hamas manifiesta a The Cradle que estas operaciones revelan "la pérdida de control de las FDI", y agrega:


El enemigo no está preparado para batallas largas y en múltiples frentes, y esto es lo que le hizo perder el equilibrio, al tiempo que comenzó a perder la teoría en la que se basaba, que es una política preventiva de operaciones de disuasión.


Un aspecto particularmente irónico es que el ejército israelí afirmó que había "desmantelado" 20 de los 24 batallones originales de Hamas, dando al Primer Ministro Benjamín Netanyahu una excusa para seguir adelante con su invasión de Rafah.


"No podemos dejarlos allí", dijo Netanyahu sobre los batallones intactos en una entrevista a principios de este mes. “Lo que están tratando de hacer es extorsionarnos [o] chantajearnos para que abandonemos Gaza. Deje a estos batallones y a sus líderes en su lugar, y tomarán Gaza una vez más”.


Una 'victoria' estancada


Pero los incansables esfuerzos de Netanyahu de asediar Gaza y declarar la "victoria" sobre la resistencia siguen chocando contra el muro del 'Viet Cong palestino' y su incesante muestra de nuevas tácticas: señuelos, trampas, emboscadas, sabotaje, espionaje, sacrificio y, lo más importante, paciencia estratégica.


Jabalia sirve como lección por excelencia de esta nueva y mejorada resistencia. Es una contundente bofetada al primer ministro y su gabinete de guerra, que socava a cada paso una "victoria" israelí. Expone la inutilidad de los planes propuestos –ya sean israelíes, estadounidenses o árabes– para ocupar, administrar o imponer autoridad sobre Gaza.


Haj Moussa, de la Jihad Islámica en Palestina, sostiene que las batallas militares en Jabalia y Rafah, donde las fuerzas de ocupación también están sufriendo mayores pérdidas, muestran que Israel "no ha podido, durante unos ocho meses, alcanzar ninguno de sus objetivos declarados en Gaza, ni a nivel de eliminar la resistencia ni de rescatar a los prisioneros sionistas".


A pesar del apoyo militar incondicional de Estados Unidos y de las bandas de seguridad occidentales, Tel Aviv no ha podido imponer definitivamente su control sobre Jabalia u otras áreas. El funcionario de la Yihad Islámica en Palestina enfatiza que las Brigadas Al-Quds, el ala militar de su movimiento, todavía están presentes en toda la Franja de Gaza, y no hay temor de que la resistencia se debilite.


Los analistas, incluidos algunos dentro de la administración Biden, coinciden en que Israel está lejos de lograr la victoria. No ha capturado territorio, ni ha liberado prisioneros, ni ha matado a altos líderes de la resistencia. Al carecer de un plan creíble para el "día siguiente" y ser incapaz de destruir el laberinto de túneles, Israel está perdido en los laberintos de la superficie, no sólo en los de las profundidades.


¿Qué pasó con los alardes de Tel Aviv de haber matado a 13.000 militantes de Hamás (de entre 30.000 y 40.000 combatientes), o su supuesta localización y destrucción de los "túneles de Hamás", o su "limpieza" de áreas enteras bajo control de la resistencia? ¿Qué pasó con las afirmaciones de Netanyahu de que sólo quedaban "cuatro batallones" de Hamás?


¿Cómo es que la resistencia palestina sigue luchando ferozmente en Shujaiya, Jabalia, Al-Zaytoun, Deir al-Balah, hasta llegar a Rafah en el sur de Gaza? ¿Cómo se están diezmando tan rápidamente los tanques y vehículos blindados israelíes, y cómo las fuerzas de ocupación están muriendo en mayor número que antes?


Si Netanyahu estaba apostando a que el sometimiento de Jabalia, Rafah y otras áreas clave facilitaría su capacidad para negociar la liberación de los prisioneros israelíes, debería reducir sus pérdidas pronto para evadir dos derrotas: una política de sus socios de coalición y una población soliviantada, y una militar en Gaza.


Sólo un alto el fuego en Gaza puede salvar al primer ministro israelí de una guerra de desgaste palestina, que erosionará la moral israelí, agotará su economía y frustrará a sus aliados occidentales.


Para Haj Moussa, "las declaraciones de Netanyahu y los líderes de la ocupación sobre la esperada victoria no son más que una ilusión, no son más que consignas que nada tienen que ver con la verdad".





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