«En aquellos tiempos, el mundo de los
espejos y el mundo de los hombres no estaban aislados entre sí.
Eran, además, muy diferentes: ni los seres, ni las formas, ni los
colores coincidían. Los dos reinos, el de los espejos y el humano,
vivían en paz. Se entraba y se salía de los espejos.
Una noche, la gente de los espejos
invadió la tierra. Su fuerza era grande, pero después de sangrantes
batallas, las artes mágicas del Emperador Amarillo prevalecieron.
Rechazó a los invasores, los aprisionó en los espejos y les impuso
la tarea de repetir, como en una especie de sueño, todas las
acciones de los hombres. Les privó de su fuerza y de su figura y los
redujo a simples reflejos serviles. Un día, sin embargo, se
liberarán de este letargo mágico... Las formas comenzarán a
despertarse. Diferirán poco a poco de nosotros, nos imitarán cada
vez menos. Romperán las barreras de cristal y de metal y esta vez no
serán vencidas.»
Borges, La fauna de los
espejos
El mundo de los espejos es aquel en el que vemos lo que queremos ver cuando sabemos que es una expresión de nuestros miedos. Una ilusión invasora para no afrontar o retrasar el afrontar nuestros problemas.
ResponderEliminarSalud!
Es cuestión de asumir una identidad y no de crear falsas imágenes. .... El mundo de la moda, las redes sociales, la competencia en el trabajo, el estatus social que pretendemos abarcar y dusimulamos de momento poseer, las falsas esperanzas de victoria por equipos, por partidos políticos, ....
ResponderEliminarEn fin. Un mundo ilusorio que cada vez nos absorbe con mayor fuerza a su interior ... acabaremos como imágenes estáticas inmóviles de fotografías que ya no disimulan nada sino la postursa que alguien pretenda que mostremos.
...o cuando la tecnología se nos va de las manos y nos supera haciéndonos dependientes de su dominio.
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