20 octubre, 2021

El príncipe colectivo que propone Gramsci

 



ZAPATEANDO - 19/10/2021

Hotel Abismo

Javier Hernández Alpízar

   A Alfredo López Austin, in memoriam


Apenas 500 años después, El príncipe de Nicolás Maquiavelo es un clásico, pero como buen clásico puede tener diferentes lecturas. Maurice Joly lo lee como el teórico de los tiranos, por eso pone en sus labios la descripción cínica de la política bonapartista, maquiavélica y dictatorial de Luis Bonaparte, en el Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu.


En la primera mitad del siglo XX, en un mundo en llamas por la segunda guerra mundial, Maquiavelo es leído, desde el poder, por el duce Benito Mussolini y, desde las mazmorras del fascismo, por el preso político Antonio Gramsci. Para el dictador, El Príncipe es un manual para tiranos, pero para el filósofo de la praxis, Maquiavelo escribió su clásico no para los hombres del poder, que ya lo conocen, incluso sin leerlo, porque lo practican de toda la vida y por generaciones, sino para el que no sabe, es decir: para el pueblo.


Las reflexiones de Antonio Gramsci sobre la política de Maquiavelo fueron escritas en sus Cuadernos de la Cárcel y publicadas también en volumen aparte, en títulos como La política y el Estado e incluso como Maquiavelo y Lenin. Las notas de Gramsci son una lectura creativa, propositiva, de Maquiavelo. Para el autor de los Cuadernos de la cárcel, El príncipe es un manifiesto, un libro que quiere motivar a la acción, como el Manifiesto comunista, el ¿Qué hacer? o, diremos nosotros, la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.


Nicolás Maquiavelo usa no solamente la lógica, sino la capacidad literaria (recordemos que es el autor de La mandrágora), dramática, para generar un mito (en el sentido de George Sorel, que escribió sobre el mito de la huelga general), es decir, una utopía movilizadora. Maquiavelo quiere movilizar pasiones, patriotismo, energía para luchar por la unidad italiana.


En su tiempo, Maquiavelo no lo logró. Pero la lógica capitalista burguesa necesitaba Estados-naciones y finalmente Italia fue una nación en el siglo XIX. Curiosamente, Luis Bonaparte fue protagonista en favor de la unidad italiana, desde Francia, y con su derrota, de la unidad alemana bajo la hegemonía prusiana.


Sin embargo, en el inicio caótico y violento del siglo XX, Antonio Gramsci piensa que el príncipe ya no puede ser un individuo, una persona, el príncipe moderno tiene que ser colectivo: una organización. En los términos del marxismo y el leninismo de su tiempo: el partido.


Sumando los saberes heredados de Maquiavelo, Marx, Lenin e incluso de autores que no son de izquierda como el idealista Benedetto Croce (con quien establece una relación análoga a la de Marx con Hegel) y George Sorel (Reflexiones sobre la violencia), Antonio Gramsci propone un príncipe colectivo.


El partido o, para decirlo de un modo más amplio: la organización tiene que ser capaz de revolucionar la sociedad, hacer una reforma intelectual que incida en un cambio en la economía, hacer que sus ideas e ideales se conviertan en un nuevo sentido común, una narrativa triunfante, una nueva hegemonía ideológica-política-social-moral-cultural-económica.


Para ello, el partido estará formado por un núcleo central generador de las ideas-fuerza, un círculo de revolucionarios capaces de movilizar pasiones alrededor de ese ideario revolucionario y una muy amplia masa de seguidores apasionados y movilizados por ese mito movilizador: la revolución.


Como Maquiavelo, como Marx, como Lenin, Antonio Gramsci no escribía desde la soledad del cubículo académico, sino desde la militancia, pues estaba preso por participar en la creación y organización de los consejos de fábrica, con los que los obreros italianos lucharon por el control del proceso de producción. Los consejos eran los soviets de los italianos. El fascismo de Benito Mussolini, como el nazismo en Alemania, el franquismo en España o el pinochetismo y las dictaduras militares en el Cono Sur, era la respuesta, la reacción contra el ascenso de la organización y la lucha obrera.


Gramsci aportó valiosas reflexiones (con conceptos originales como filosofía de la praxis, hegemonía y bloque histórico) sobre la organización, la lucha, no sólo con las ideas, sino con la pasión (pesimismo de la razón, optimismo de la voluntad) y el mito (la utopía, el mesianismo colectivo, ojo: colectivo).


De sus aportaciones, no es la menor apropiarse de Maquiavelo para la izquierda, para el pueblo, en defensa de un jacobinismo-leninismo que tenga la fuerza intelectual, pasional y fuerza a secas para cambiar a la sociedad. El príncipe no puede ser ya un hombre providencial, un individuo, una persona: tiene que ser un sujeto colectivo, un nosotros. Y el intelectual orgánico de ese príncipe colectivo tiene que ser también un intelectual colectivo: una organización que lee, piensa, debate, escribe, publica y vence, no sólo en el debate de ideas, sino en todos los órdenes.


La obra de Antonio Gramsci fue siendo publicada poco a poco después de su muerte, y más lentamente, introducida en castellano en Nuestra América. Ya Roque Dalton se burlaba de la falta de madurez del Partido Comunista salvadoreño para leer a Gramsci, con una canción de la italiana Gigliola Cinquetti: “No tengo edad, no tengo edad para amarte”… El optimismo de mi voluntad me dice que ya tenemos la edad suficiente, apenas 500 años después de Maquiavelo y menos de 100 años después de Gramsci.


Sería importante superar la retórica de la intransigencia que asegura que si nos organizamos, seremos presas de un centralismo autoritario, que nos hegemonice, homogenice y pasteurice. El reto es cómo lograr la solidez y fuerza de una organización, sin el autoritarismo, ni la rigidez ni la muerte del pensamiento que generan dictaduras y totalitarismos. Sin embargo, no organizarnos nos hace presas de la derecha capitalista, pues ella sí se organiza y hace uso de toda su fuerza.



13 comentarios :

  1. Me parece importante y muy necesario incorporar a Gramsci –su vida y su obra–, a los debates actuales que se dan en el seno de la izquierda revolucionaria. La ‘izquierda de pacotilla’ (Monereo, Fernández Liria, Rendueles, Monedero, Garzón…) hace tiempo que trata de hacer con Gramsci lo mismo que a lo largo de la historia han hecho todos ‘los intelectuales’ al servicio del Capital –ya sea de forma explicita o implícita– con los pensadores clásicos del marxismo: tergiversarlos aguándoles el vino hasta que deja de ser vino o falseándolos para poder estigmatizarlos como subversivos, totalitarios o terroristas ante la ‘opinión pública’. Y frente a esta desigual batalla, ya que ellos gozan del monopolio de los medios de desinformación –ya sean ‘oficiales’ o disfrazados de ‘alternativos’– y nosotros nos tenemos que conformar con nuestras modestas hondas y piedras. Pero mientras exista la posibilidad de acceder a las obras originales de Gramsci, tendremos en nuestras manos la oportunidad de
    vencer al gigante monopolista. En mi opinión, el bien intencionado artículo-reseña de Javier Hernández Alpízar, peca de superficiales y excesivas generalizaciones que en algunos casos (“…sin el autoritarismo, ni la rigidez ni la muerte del pensamiento que generan dictaduras y totalitarismos”) suponen una verdadera negación del propio pensamiento gramsciano. El marxismo (lo llamó, y no fue el primero, ‘filosofía de la praxis’ para salvar la censura carcelaria), según Gramsci, es un modo de filosofar más concreto e histórico que el precedente. De tal manera que no se puede hablar de ‘autoritarismo’, dictaduras’ o ‘totalitarismos’ en general (eso es como no decir nada, escribió Marx, es pura abstracción en una sociedad que de forma concreta está dividida en clases) sin concretar apellidos, que dice Kohan, y contextos históricos. En fin, en cualquier caso bienvenida sea cualquier excusa para huronear en la obra del ‘gigante’ Gramsci.



    Los cuadernos de la cárcel y demás obras de Gramsci pueden descargarse gratis aquí:

    https://www.abertzalekomunista.net/es/biblioteca-2/marxistas-internacionales/gramsci-antonio

    Y aquí:

    NOTAS SOBRE MAQUIAVELO, SOBRE POLITICA Y EL ESTADO MODERNO. 
    EL MODERNO PRINCIPE / Antonio Gramsci


    http://www.gramsci.org.ar

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    1. En lo concerniente a los 'medios de desinformación', la izquierda revolucionaria está constreñida en una especie de 'franja de Gaza' mediática, continuamente bombardeada con un nutrido arsenal tóxico cuyo único antídoto nos indicó el propio Gramsci:
      "Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza".

      Ciertamente, "no se puede hablar de ‘autoritarismo’, dictaduras’ o ‘totalitarismos’ en general". Pero, además de referenciarlos con nombre y apellido, hay que situarlos en su contexto histórico y determinar sus orígenes y sus fines. Porque, una cosa es la necesaria autocrítica y otra muy distinta la asunción indiscriminada de las responsabilidades. Hoy mismo se celebra (con prepotente beligerancia) la desaparición de ETA por parte de un franquismo que ni es residual, ni tampoco democrático. Un franquismo que tiene nombre, apellidos, la sartén y el mango. Porque, ¿cuándo van a deponer las armas, ser juzgados e ir a prisión quienes asesinaron a José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot (Txiki), Ángel Otaegui y Salvador Puig Antich, entre otros?

      No se puede ser antifascista sin ser anticapitalista.

      Gracias por tu comentario, Luis, y por tan preciados enlaces.

      Salud.

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    2. Sánchez, a Casado: “Nunca utilizamos el terrorismo cuando existía ETA y nunca lo utilizaremos” (risas de Rubalcaba)

      Los expresidentes González y Rajoy reclaman a Otegui que pida perdón a las víctimas (risas de Martín Villa, Vera, Barrionuevo, Amedo, Garzón…)

      Otegui: “Esos 200 presos tienen que salir de la cárcel. Si hay que votar los presupuestos, lo haremos” (risas satisfechas en el IBEX y en Langley…)

      La portada de EL PAÍS nos da hoy un dibujo nítido de lo que es la prolongación del franquismo bajo el estuche ‘democrático’ del Régimen del 78. Aquí está el PPSOE, con la presencia-ausencia de sus versiones supuestamente extremistas (VOX e IU-PODEMOS) y la guinda del cooptado Otegui ( “…ni ladrones, ni oportunistas, ni fariseos… pueden figurar en las filas revolucionarias cualesquiera que hayan sido sus méritos anteriores”/ Ernesto ‘Che’ Guevara) y su organización nacionalista-socialdemócrata.

      “Hay que sufrir golpes muy duros de la realidad para empezar a cambiar”
      (Ernesto ‘Che’ Guevara)

      Salud y comunismo

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    3. Parafraseando a Groucho: «Partiendo de la desvergüenza, hemos alcanzado las más altas cotas de la obscenidad». Una paz urdida por la traición, la desmemoria y la claudicación no es paz sino sometimiento. A menudo irrumpe en mi memoria el estribillo de aquella canción de Patxi Andión que decía "los burgueses son el excremento de la... paz".

      Salud y comunismo




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  2. Anónimo10/21/2021

    En realidad celebran el tener en exclusiva el terrorismo, no el fin del terrorismo. Al fin y al cabo, los franquistas como todo fascismo, es la dictadura terrorista desatada como cortafuegos de posibles revoluciones y descontento popular en medio de crisis más frecuentes del capitalismo, por las huestes de los sectores más reaccionarios y chauvinistas del capital financiero y oligarquías monopolistas, al hacerse con las riendas del estado, en la fase superior imperialista del sistema capitalista.
    Eso quedó muy claro en la Alemania hitleriana, los capitalistas, siempre consciente que el fascismo NO ES EL MÉTODO MÁS GENUINO DE EXPLOTACIÓN CAPITALISTA siempre apoyaron a los grupos liberales. Solo accedieron a apoyar a Hitler, cuando en las últimas elecciones medianamente libres. Antes del incendio del Reichtag e ilegalización de comunistas y socialistas, cuando por medio del interlocutor con la banca Hjalmar Schacht, un Hitler totalmente deprimido, dio un ultimatum a los capitalistas que de no presionar a Hinderburg, para que accediera el ascenso del cabo bohemio, al poder, se suicidaría dejando paso libre a los marxista.
    Quedaba demostrado la imposibilidad de que los nazis llegaran al poder mediante las urnas. Pese al enorme despliegue de medios, que habían llevado las arcas nazis, al borde de la bancarrota, los nazis habían perdido más de 200.000 votos en relación a las elecciones anteriores.
    Solo el apoyo del ejercito y capital, amén de la ilegalización de los sindicatos y partidos marxistas, en medio de un contexto de violencia terrorista instigada por los matones nazis, llevaron a Hitler al poder.
    Muy adecuada la cita de B.B. que Loam rememora, cuando se celebraba la victoria sobre el fascismo: "de nada sirve lo que digas contra el fascismo, si nada dices contra el capitalismo que lo engendró, es@ prostitut@ sigue dispuest@ y anda caliente"

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    1. Gracias por tu comentario, Anónimo.

      Salud!

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  3. Luis razona bien, pero cuando pone ejemplos no matiza, no atrae. En vez de trabajar para unir lo que queda de izquierda y tirar de ello hacia la izquierda, mezcla berzas con capachos.

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    1. Siempre he defendido esa unidad de la izquierda, o "lo que queda de izquierda", pero claro está, no para que sea engullida por la que no lo es, por más que así se proclame.

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    2. “Yo con la palabra no acostumbro a acariciar el oído. Las orejitas de señoritas de rulito y buclecito, yo no las tocaré.”
      (Maiakowski)

      Aunque no comento en este blog para progres de pacotilla como tú,
      voy a tratar de matizar que no de atraer, Guirado:

      Manuel Sacristán: “Gramsci no creyó jamás en la vía parlamentaria al socialismo ni justificó una política de conciliación de clases” (Como quisieron dar a entender los eurocomunistas).

      “Gramsci fue el ‘filósofo de la práctica’ y, al mismo tiempo, el clásico marxista más capaz de contemplación del mundo exterior y del interior”

      “Gramsci nunca consideró evitable la ‘dictadura del proletariado”.

      “Gramsci es un clásico que tiene derecho a no estar de ‘moda’ nunca y a ser leído siempre”.

      “Para Gramsci todo lo que llamaba en sus escritos ‘guerra de posiciones’ era preparación de una fase inevitable de asalto violento al poder”




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    3. Cuidado Luis, no te pases.

      No quiero convertir este blog amigo en otro pudridero de insultos, cosa frecuente en el lodazal de las redes.

      Por eso, conocido el carácter ácido de Luis, no quiero dejar la impresión que con lo de las berzas y los capachos pretendía insultarlo. Visto lo visto, por mi parte, en lo que respecta a él, corto y cierro.

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  4. "...es preciso que nos propongamos a toda costa: primero, estudiar; segundo, estudiar y tercero, estudiar, y después, comprobar que este conocimiento no quede reducido a letra muerta o a una frase de moda (y esto, no hay por qué ocultarlo, nos ocurre con demasiada frecuencia) sino que se convierta realmente en parte de nuestro propio ser que llegue a ser plena y verdaderamente un elemento integrante de la vida diaria. En una palabra, no debemos plantearnos las exigencias que se plantea la burguesía de Europa occidental, sino las exigencias que son dignas y adecuadas para un país que se ha propuesto convertirse en un país socialista." García Linera (marxista-leninista y ex vicepresidente de Bolivia durante los gobiernos de Evo Morales)

    https://www.agenciapacourondo.com.ar/debates/garcia-linera-soy-un-leninista-de-la-nueva-politica-economica-nep

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  5. “Cuanto más capaz es una clase dominante de asimilarse a las personas más significativas de las clases dominadas, tanto más sólido y peligroso será su dominio”. Marx

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    1. Esta oportuna cita de Marx me trae a la memoria el tema central de la novela de Jack London “Talón de hierro”, una obra que explica de manera ejemplar cómo los patrones favorecen con privilegios y prebendas a la capa ‘dirigente’ de los trabajadores, tanto en el tajo como en los sindicatos, es decir, como financia la llamada ‘aristocracia obrera’, auténtico caballo de Troya del capital en las filas de la clase obra. Por cierto que era la obra preferida de gente tan variopinta como Lenin, Trotsky o Ernesto Guevara…

      Y por lo que respecta a tu enlace con la entrevista a García Linera, en la que se postula como ‘leninista de la NEP’, te recomiendo un texto que casualmente acabo de leer sobre las críticas del CHE a la NEP leninista. Me parece una ocasión oportuna de contraponer ambos criterios. El texto del CHE aquí:
      https://elsudamericano.wordpress.com/2013/07/03/notas-ineditas-de-ernesto-che-guevara-sobre-el-manual-de-economia-politica-de-la-academia-de-ciencias-de-la-u-r-s-s/

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