12 abril, 2023

Concienciación y organización social transformadora

 



«Saber en cada momento decantarse en la fina línea que separa el izquierdismo estéril y a menudo funcional al Sistema, por un lado, la política integrada y connivente, por otro, de la praxis efectivamente revolucionaria o transformadora, deviene prioridad estratégica del movimiento comunista de la humanidad, a partir de las nuevas expresiones políticosociales de masas que va a tener que volver a levantar.


Pero una Internacional no se puede lanzar desde el espontaneísmo de grupos minoritarios. Ese camino sólo es transitable a través de grandes fuerzas de masas organizadas, en diversos lugares a la vez, o bien desde la toma del Estado por parte de alguna poderosa organización dirigente, a ser posible en más de una formación socioestatal. Chávez lo intentó sin demasiada claridad programática, sin fuerzas suficientes y sin apoyos internacionales en ese momento. China, sin embargo, podría llevar a cabo hoy esa tarea si de una vez se decidiese a emprender un internacionalismo claro y contundente, para empezar con las formaciones sociales en transición al socialismo.


No obstante, intentar preparar las condiciones locales, en cada lugar, para poder apoyar un proyecto así, sí puede ser tarea a nuestro alcance. De hecho, esta es hoy parte substancial de cualquier esfuerzo que busque la supervivencia y unas condiciones de vida dignas para la humanidad. Sólo la vía comunista nos podría llevar hasta esa meta. Lo que en el corto plazo significa la confluencia de organizaciones y gentes de praxis comunista, la suma de fuerzas altersistémicas en cada lugar, primero que todo para la protección de las poblaciones y a través de ello para su concienciación y organización social transformadora, camino de la auténtica democracia (la que no es compatible con desigualdad ni explotación) capaz de enfrentar verdaderamente las guerras del capital.»


Andrés Piqueras, SOCIALDEMOCRACIA, FASCISMO y GUERRA ANTE EL MOVIMIENTO COMUNISTA DE LA HUMANIDAD

3 de abril de 2023

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3 comentarios :

  1. SIEMPRE HAY QUE MANTENERSE ESCÉPTICO Y VERIFICAR LO QUE NOS ‘CUENTAN’.

    Denuncia Piqueras las “teorías sin realidad, sin respaldo fáctico alguno”. Y señala para los fanáticos de esas esotéricas teorías, que “para el marxismo, las luchas populares son el nudo central de la unidad entre teoría y práctica”. Y desde ahí, sin escabullirse por las laberínticas ramas de la retórica postmoderna, moda que practica la mayoría, concreta su propuesta marxista:

    «Podemos hacer servir un principio básico general: para evaluar la pertinencia de cualquier teoría social hay que calibrar su traducción política, o lo que es lo mismo, las implicaciones de sus propuestas para la vida de las personas y las sociedades. En otras palabras, su practicidad. Especialmente si se reclama “marxista”, porque esa fue la gran ruptura de Marx con la dialéctica hegeliana y con la ciencia económica y política anterior: la de que el mundo es construcción y se puede transformar»

    Y para no quedarse a medias, Piqueras nos refresca la memoria a la hora de entrar en faena y distinguir entre camaradas, enemigos y ‘supuestos amigos’:

    «El trotskismo se enfrentó desde su mismo nacimiento al movimiento comunista de la humanidad, o en el mejor de los casos lo entorpeció, pero hace ya tiempo que se ha convertido en un ariete ‘otanero’ internacional contra cualquier manifestación de soberanía y lucha por sacudirse explotaciones en el mundo, posicionándose casi invariablemente del mismo lado del Eje Anglosajón y la red sionista mundial en cada batalla de  clases y conflicto bélico. En cuanto al anarquismo actual, cada vez más desintegrado en grupúsculos “anarcoides” en su mayor parte creados por el Sistema o a lo menos funcionales al mismo, lleva también largo tiempo no defendiendo aquellos procesos soberanistas y quedando por pasiva y a veces por activa en el mismo lado de la trinchera ‘otanera’»

    La verdad –que por supuesto no es patrimonio de nadie y sí discutible– guste o no guste es siempre revolucionaria.


    Salud y comunismo

    *

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    1. Estoy de acuerdo contigo, con Piqueras y con quienes son comunistas, no sólo en la teoría, sino sobre todo en la praxis.

      Salud y comunismo

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  2. No nos ponemos de acuerdo ni en el color de las nubes. Estoy de acuerdo con Piqueras. Las confluencias son ese acuerdo de mínimos indispensable sin el cual jamás se podrá realizar ni la más mínima iniciativa. Salud!

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