Fragmento extraído del artículo “It's the Energy, Stupid”, de Warwick Powell. Completo en inglés en el siguiente enlace: Warwick Powell's Substack – 06/07/2025
Uróboro, la serpiente mítica que se muerde su propia cola, o de cómo el sistema energético-económico puede canibalizarse fácilmente a sí mismo si no encuentra nuevas vías para obtener un mayor retorno energético sobre la energía invertida.
El Uróboro estadounidense: canibalizarse a sí mismo
La tragedia del actual sistema energético estadounidense reside en que se asemeja a un uróboro, ese antiguo símbolo de una serpiente que se devora la cola. Antaño líder mundial en innovación energética y generación de excedentes, Estados Unidos se encuentra hoy atrapado en un círculo vicioso de canibalismo interno, donde los mismos sistemas que antes generaban abundancia ahora vampirizan la capacidad del país para adaptarse y renovarse.
En el corazón de esta autodestrucción reside la entropía, no sólo en sentido termodinámico, sino sistémico. A medida que los pozos de petróleo de esquisto se agotan rápidamente y su mantenimiento es más costoso, se consume más energía y capital simplemente para mantenerse. La política energética fragmentada y partidista, sumada a los crecientes costos e ineficiencias del esquisto, propicia una mayor asistencia financiera gubernamental a la industria. Al mismo tiempo, las estructuras políticas nacionales se han vuelto cada vez más hostiles a la innovación energética, atrapadas en la nostalgia de un pasado de altas emisiones de carbono.
La ideología del dominio energético, antaño basada en la abundancia, ahora es sujeto protestas. Ciertas circunscripciones, en particular en los estados republicanos ricos en combustibles fósiles, han llegado a ver la descarbonización no como una oportunidad, sino como una traición. El cambio climático se presenta como un engaño, supuestamente urdido por China para debilitar a Estados Unidos. El ambientalismo se considera no como una estrategia para la renovación del excedente, sino como un enemigo cultural. Los lobbistas de los combustibles fósiles ejercen su presión en los círculos de poder. Según Open Secrets, en 2024 los lobbies del petróleo y el gas realizaron actividades por un valor total de más de 153 millones de dólares. Esto es una patología nacional.
Y así, el sistema se retroalimenta: más subsidios para la energía fósil en declive, más resistencia al cambio, más polarización y más deterioro institucional. En lugar de avanzar hacia un plano energético con una TRE (Tasa de Retorno Energético) más alta, Estados Unidos corre el riesgo de caer en un círculo vicioso de degradación, donde la parálisis política se une al agotamiento de los recursos. Las iniciativas que penalizan la transición hacia tecnologías con una TRE más alta no sólo tienen repercusiones distributivas en términos de realpolitik y sectoriales, sino que también obstaculizan la sostenibilidad geopolítica.
Así es como decaen los imperios, no con un colapso dramático, sino mediante la entropía disfrazada de tradición. Y, a menos que rompa el ciclo, el uróboros energético de Estados Unidos podría acabar consumiendo los cimientos mismos de su prosperidad.
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Y no solo EE.UU, sino todo el capitalismo global. Y por eso tiene tanto empeño en el desarrollo de la industria militar: dinero fácil a corto plazo. Una huida hacia delante que pone en riesgo la vida en el planeta. Salud!
ResponderEliminarPues lo llevan claro. Los disparatados aranceles del gorrilla Trump y el desastroso estado de la economía occidental, hacen que tan delirante empresa sea prácticamente imposible. Tendrán que conformarse con adquirir navajas de Albacete.
EliminarSalud!