"Si todo el mundo
hiciera lo que le diera la gana, esto sería un caos. Las calles se
llenarían de criminales que camparían a sus anchas. Nadie querría
trabajar y pronto el hambre y las enfermedades aparecerían
provocadas por el desorden y la consiguiente carestía".
Estas son algunas de las
múltiples consecuencias apocalípticas que según los defensores del
orden establecido –es decir, del capitalismo–, se cernirían cual
plagas sobre el mundo "si todo el mundo hiciera lo que le diera la
gana". Sin embargo, ese supuesto, tan temido por unos como deseado
por otros, “que todo el mundo hiciera lo que le diera la gana”,
se pervierte conceptualmente al ser enunciado por una de las partes,
la que por miedo o conveniencia defiende el arbitrario orden
establecido que padecemos, en el cual "hacer lo que a uno le da la
gana" está reservado a una minoría en detrimento tanto de las
necesidades como de los legítimos deseos del resto, ya sean
colectivos o personales. Ni que decir tiene que estos terroríficos
desastres, los que sobrevendrían "si todo el mundo hiciera lo que
le diera la gana", son aviesamente vaticinados por la mencionada
minoría privilegiada y coreados por sus oportunistas o atemorizados
prosélitos. Sin embargo, sin necesidad de situarnos en imaginarios
futuros, simplemente observando el acontecer presente, se diría que
dichos vaticinios ya se han cumplido con creces, aunque, eso sí, con
resultados letalmente desiguales. Podemos afirmar sin temor a
equivocarnos, que los criminales no sólo han colmado ya las calles,
sino que han erigido sus propias instituciones: bancos, gobiernos,
ejércitos, cárceles, escuelas, fuerzas del orden..., y que el
devastador caos desatado por su "orden" ha dado lugar a que las
amenazantes plagas por ellos vaticinadas, crimen, hambre, guerra,
expolio, carestía, enfermedad y muerte, alcancen hoy la totalidad
del globo.
Contemplad a lo que puede
dar lugar la mentira legalizada, abanderada, uniformada y repetida
machaconamente durante siglos.
Loam
mentira legalizada= leyes.
ResponderEliminarEl caos es creativo, del caos surge la vida. Las relaciones cóticas son la más elevada expresión de la libertad. Otra cosa es el cementerio de las democracias, el grillete de las mayorías absolutas, el control de la salud por las multinacionales del medicamento, el expolio de las ilusiones y el desahucio sistemático de nuestro esfuerzo.
ResponderEliminarSalud
Esa es tu acertada concepción del caos (y la mía), por eso señalo que, tanto la libertad como el caos son negativamente conceptualizados por el Poder a fin de perpetuarse.
EliminarSalud!
Ante todo hay una diferencia entre la sociedad actual fuera de control, es decir una cárcel de perturbados sin carceleros y otra una sociedad mentalmente sana y desarrollada en libertad.
ResponderEliminarLas sociedades que no han sido destruidas no necesitan de leyes, ni de castigos para mantener a sus esclavos bajo control porque no tienen esclavos, pero ese tipo de orden social ha sido sistemáticamente perseguido y destruido por la sociedad industrializada comandada por el estado moderno; un criadero de fieras que naturalmente, sin domadores se comen las unas a las otras.
Donde quiero ir a parar, pues que para tener una sociedad libre, donde cada uno pueda hacer lo que le de la gana y esto no implique destruirse unos a otros, primero tenemos que conformar una sociedad horizontal, en ella sus individuos autoregulan su convivencia sin necesidad de leyes escritas ni de policías, así ese debería ser el primer paso a intentar conseguir.
Salud!
"Si todo el mundo hiciera lo que le da la gana..." "Tiene que haber pobres y ricos" "La realidad es así y hay que aceptarla"... Hay que atacar todas estas sentencias, promotoras de la resignación y destinadas a una incondicional "inserción social". La lucha en el terreno de la lengua es de suma importancia, y la estamos perdiendo.
EliminarSalud
Somos pájaros sin alas con la jaula metida en nuestro interior... nos autovigilamos, obedecemos a los tiranos y cumplimos sus leyes escrupulosamente y si no exclusión para el disidente o mejor aún para qué ejércitos en las calles ya tienen sus medios de información, escuelas, institutos para lavar cerebros, para que cumplas tu papel de esclavo en este sistema infrahumano...
ResponderEliminarSalud Loam!
A mí hay una frase que me han dicho más de una vez: "Si todo el mundo hiciera como tú, nadie trabajaría", a lo que yo suelo contestar: "pues precisamente por eso, lo que no quiere decir que nadie hiciera nada, más bien al contrario, todos lo harían todo porque quieren hacerlo, y no porque necesiten el dinero: yo seguiría cocinando o escribiendo porque me gusta hacerlo, otro curaría a la gente porque le gusta aguarle la fiesta a la Muerte, otro cuidaría de los frutales porque... y así todo, y lo que no le guste hacer a nadie, pues eso se quita o si no se puede o no se debe quitar, pues se ve la manera de arreglarlo y a otra cosa. Quien no arriesga no gana". Pero claro, luego oímos aquello de "más vale malo conocido..." y al garete con lo que pudo haber sido y no fue por miedo.
ResponderEliminar:o)
No cabe duda, las cosas son como son. Pero esta perogrullada no se puede establecer como horizonte (futuro) si lo que pretendemos es transformar la realidad, que no siempre se transforma interviniendo, también absteniéndose. Si Harry S.Truman se hubiese abstenido de ordenar el lanzamiento de las dos bombas atómicas... ¡intervino! Estoy casi convencido de que la abstención, globalmente considerada, ha reportado más beneficios que la acción. De modo que, ese "si todo el mundo hiciera como tú" hay que planteárselo, sobre todo, a los innumerables y afanosos Trumans que campan a sus anchas por el mundo destrozándolo.
EliminarEn una manifestación alguien portaba una pancarta en la que se podía leer: SOMOS MÁS Y ESTAMOS MEJOR DESORGANIZADOS. Es una de las más bellas consignas que he visto contra el (des)orden establecido.
Quien no arriesga sólo vive la mitad, aunque viva 100 años. Salud!
Imposible estar más de acuerdo. Salud y desorden del bueno, Loam.
EliminarUn argumento muy manido ya tratado por "el contrato social" y la caza del lobo solitario.
ResponderEliminarHoy, en nuestra sociedad, nada te impide matar, pero no lo haces por las consecuencias. Es la consecuencia y no el hecho.
Es más viejo que el propio Russeau, si quieres ir por libre también sufrirás las consecuencias de tus actos impuestas por la gente organizada. Los grupos mejor organizados imponen su voluntad, y de ahí al contrato social y la necesidad de organizarse. Los estados modernos se basan en este hecho tan banal como asociarse y organizar la coerción.
Una vez creado el lecho social la guerra de clanes no finaliza, y cada grupo se dedica a adaptarse para obtener su mayor beneficio dentro de la jungla humana que es el sistema que no le gusta a nadie.
Salud y organización!
...pues vale.
Eliminar