4/5/2017
La historia de la América Nuestra
está marcada por la creciente influencia de las grandes corporaciones europeas
y de EEUU. A fines del siglo XIX, intereses imperiales exploraban a México y
Chile por su riqueza mineral, a Cuba por su azúcar, a Centro América por sus
frutas tropicales y a Panamá por su paso expedito entre los océanos. En México
mantuvo la dictadura de Porfirio Díaz por 35 años y en Chile llevó al suicidio
al presidente Balmaceda.
A principios del siglo XX, se sumó
Venezuela por su petróleo, Perú y Bolivia por sus enormes yacimientos mineros.
A mediados del siglo XX fueron derrocados los gobiernos de Juan Perón en
Argentina y Getulio Vargas en Brasil. Encabezaban gobiernos con proyectos de
desarrollo nacional. Los enormes excedentes generados por sus exportaciones
eran invertidos en la creación de empleos y en una industria nacional.
Igual suerte tuvieron otros gobiernos
como Arbenz en Guatemala, Gallegos en Venezuela y Bosch en República
Dominicana. La United, la Standard y la American se levantaban como fuerzas
económicas que socavaban todo intento por construir un país con proyecto de
desarrollo nacional. La reacción de las clases dominantes, con sus aliados
trasnacionales, fue exitosa país tras país. La única excepción fue Cuba donde,
bajo el liderazgo de una organización popular, logró proclamar una Revolución
socialista. El ejemplo cubano inspiró la juventud de todo el continente que se
levantó en armas para retar el poderío de las grandes corporaciones. La
experiencia sandinista en Nicaragua y, en parte, el FMLN en El Salvador,
crearon nuevas expectativas. Simultáneamente, líderes de la talla de Omar
Torrijos (1981), Roldós (1980) y Salvador Allende (1973) pagaron con sus vidas
el atrevimiento de enfrentarse a las trasnacionales. Torrijos recuperó la
soberanía sobre el Canal de Panamá, Roldós negoció la autonomía de la economía
ecuatoriana y Allende nacionalizó el cobre chileno.
La acumulación de fuerzas populares
que caracterizó el siglo XX floreció con expresiones políticas originales a
principios del presente siglo. Donde el sistema de partidos políticos de los
regímenes tradicionales había colapsado surgieron nuevas organizaciones desde
las bases: Venezuela, Ecuador y Bolivia. Donde los partidos lograron sobrevivir
fuertes crisis, surgieron alternativas populares renovadoras y progresistas:
Brasil, Argentina, Paraguay y Honduras. En estos últimos, las grandes
corporaciones conspiraron con éxito para derrocar o derrotar a los gobiernos
progresistas. En Brasil, los exportadores de soja llegaron a la Presidencia.
Los tres gobiernos de Caracas, Quito y La Paz, respectivamente, han sobrevivido
todo tipo de ataques desde atentados personales, guerras económicas e, incluso,
la movilización de la OEA (como en la década de 1960). Siguiendo las mismas
tácticas conocidas, las corporaciones norteamericanas y sus aliadas europeas
han movilizado todas sus fuerzas para acabar con el gobierno bolivariano de
Venezuela. El régimen de Washington asumió el liderazgo del movimiento contra
Caracas decretando a la revolución chavista “enemiga peligrosa de EEUU”.
Los yacimientos petroleros de
Venezuela contienen las reservas más grandes del mundo. Después de décadas de
juicios, la Exxon Mobil (heredera de la Standard Oil de New Jersey), fue
derrotada por el gobierno de Venezuela. La Exxon Mobil aspiraba a recibir 12.5
mil millones de dólares por la nacionalización de sus intereses en el país
suramericano. Sólo recibirá 900 millones. La petrolera más grande del mundo
tenía en 2016 un precio de mercado de 400 mil millones de dólares.
Los ataques de Exxon Mobil se
realizaron cuando Rex Tillerson era presidente (CEO) de la empresa. Desde enero
de 2017, Tillerson es secretario de Estado de EEUU. Según Carlos Lippo, existe “una enorme probabilidad de que Venezuela
sea intervenido militarmente por el imperio durante la presente administración”.
Lippo agrega que “conociendo las
prácticas mafiosas de la Exxon Mobil, nada tendría de raro que dicha
corporación hubiese contribuido a la campaña presidencial de Donald Trump, así
como en 2000 con la de George W. Bush”. Es probable que presione “al presidente
Trump para que invada a Venezuela, como hizo en 2003 para que EEUU invadiera a
Irak”.
Lippo concluye que “cómo podemos ver sólo es cuestión de tiempo
que el Departamento de Estado y la ExxonMobil, que por obra y gracia de Trump y
de Tillerson han pasado a ser casi la misma cosa, se pongan de acuerdo sobre el
cuándo y sobre el cómo”. Washington pareciera que no ha cambiado. Sigue con
la política del ‘gran garrote’, inaugurado a mediados del siglo XIX.
Todo parece que el golpe de estado de 1973 en Chile se repetirá en Venezuela. Es un auténtico calco del perpetrado por Pinochet. Se asfixia económicamente al país, se le desestabiliza desde dentro por la propia oligarquía venezolana (a la que se debía haber desposeído de sus riquezas robadas al pueblo de Venezuela) y la labor de propaganda antigubernamental es asfixiante. Los representantes del capital podrían ser un poco más imaginativos a la hora de preparar los golpes de estado, como ocurre con la bazofia occidental con los atentados de falsa bandera. A todo esto, me parece que el gobierno tiene planes de colaboración en materia de defensa con Rusia y China. ¿Me equivoco o no? ¿Estos dos países cuándo van a ponerle las cosas claras a los yanquis en este aspecto? Me temo que el golpe de estado será inevitable. Ojalá me equivoque, pero estaremos ante un nuevo atropello y no hay ninguna nación que responda a los atropellos estadounidenses.
ResponderEliminarEfectivamente, es un auténtico calco del golpe del 73 en Chile, perpetrado por la CIA, Pinochet mediante. Lo que nunca se dice es que, tras la victoria electoral de Salvador Allende fueron muchos los oligarcas chilenos (descaradamente fascistas) que se trasladaron a Madrid, donde encontraron el apoyo del régimen y de los nazis que, tras la derrota del III Reich, fueron acogidos por el mismo, ocupando puestos de relevancia en empresas como Siemens, por ejemplo. En este aspecto y dado el obsceno y beligerante apoyo de la oligarquía española a la venezolana, es también un auténtico calco.
EliminarEn cuanto a la defensa, no te equivocas: "Maduro aprueba modernizar su ejército con armas rusas y chinas" http://www.hispantv.com/noticias/venezuela/331530/padrino-lopez-china-relaciones-militares-microbuses-fanb
De momento, tanto Irán como Corea del Norte, y por supuesto Cuba, resisten como pueden los embates del coloso imperialista.
Salud!