09 febrero, 2024

UNA GUERRA TÓXICA

 



Khuloud Rabah Sulaiman (periodista afincado en Gaza) y Salma Yaseen (estudiante de literatura inglesa en la Universidad de Gaza)


The Electronic Intifada – 08/02/2024

   Traducción del inglés: Arrezafe


La extrema violencia de Israel ha envenenado el medio ambiente, encontrar aire limpio en Gaza se ha vuelto casi imposible.


A los padres les preocupa que las sustancias tóxicas emitidas por las armas de Israel estén provocando un aumento de los problemas respiratorios entre los niños.


Alaa es una madre que recientemente fue despertada en medio de la noche por su hija Hala, de 8 años, que tenía fiebre y dificultad para respirar.


La llevaron al hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, que opera con capacidad reducida tras haber sido atacado por las fuerzas israelíes en diciembre. Su personal confirmó que los pulmones de Hala habían resultado dañados. Inicialmente, le recetaron antibióticos y un inhalador.


Unos días después, su estado empeoró y fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos del hospital. Los intentos de salvarla proporcionándole oxígeno no tuvieron éxito. Trágicamente, Hala murió.


Alaa, su madre, culpa a Israel por la muerte de su hija. Después de ser desplazados durante las primeras etapas de la guerra genocida de Israel, su familia ha vivido con los padres de Alaa en el campo de refugiados de Jabaliya, al norte de Gaza.


Quince personas han compartido un espacio confinado. "Israel mató deliberadamente a mi hijo", dijo Alaa. "Israel nos obligó a respirar aire tóxico". "El medio ambiente está envenenado", añadió. "El olor de la pólvora y del fósforo blanco es sofocante".


Se acaba el oxigeno


Además de la contaminación causada por los bombardeos de Israel, el aire en Gaza se ha visto contaminado por la quema generalizada de madera y otros materiales.


Ante la escasez de electricidad y combustible, la gente no ha tenido más remedio que encender fuegos para poder calentarse un poco y cocinar la escasa comida que aún queda.


A Rabah Shehada, que ahora tiene 69 años, le diagnosticaron asma cuando era niño. Su salud se ha deteriorado en los últimos meses.


Tosió sangre y experimentó taquicardia y dolor abdominal, además de dificultad para respirar. Los síntomas se agudizan cada vez que se encuentra cerca de un incendio. Tras ser examinado por un médico que trabajaba en una escuela, que ahora sirve como clínica para personas desplazadas, le diagnosticaron enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).


Su pequeña reserva de oxígeno e inhaladores pronto se acabará, y los constantes cortes de energía suponen una dificultad para cargar los dispositivos médicos que necesita. "A menudo me despierta su fuerte tos", dijo Siham, la esposa de Rabah. "Me temo que voy a perderlo un día de estos".


Una mujer llamada Shurouq dio a luz recientemente a una niña en el hospital al-Helal al-Emirati en Rafah, la ciudad más meridional de Gaza. La bebé, llamada Samar, tenía una temperatura peligrosamente alta cuando solo tenía una semana. “Corrí hacia mi vecino llevando a Samar en brazos”, dijo Shurouq. “y le rogué que nos llevara al hospital en su taxi”.


Samar perdió el conocimiento camino al hospital. Desde entonces recibe tratamiento con oxígeno. Tiene una infección pulmonar y su vida corre grave riesgo. Shurouq cree que el estado de salud de su hija es el resultado de haber estado expuesta al aire contaminado durante el embarazo.


Después de ser expulsada de su hogar, vivió en una tienda de campaña al oeste de la ciudad de Khan Younis. En los alrededores se arrojaron muchos residuos, especialmente después de la destrucción de un vertedero oficial. “Siempre respiraba aire contaminado con sustancias nocivas cuando se quemaban los desechos”, dijo Shurouq, "el cielo estaba colmado de humo gris todo el día".



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