Transcripción: Arrezafe
Pienso que ciertos políticos y figuras de la política estadounidenses están llegando, lenta y dolorosamente, a la conclusión de que el imperio estadounidense ya no es estadounidense, es simplemente un imperio del capital, del sector privado, un imperio de un sector privado de propietarios y controladores de la economía global y el capital financiarizado que ejerce más poder e influencia que Estados Unidos como nación, como país, y que, de hecho, domina al gobierno de los Estados Unidos.
Lo más notable, para mí, es que las personas que analizan la realidad de cuanto está sucediendo piensan en términos de "Oh, la administración Biden está loca", "Oh, qué estúpidos son…" "Es como si quisieran sabotear su propia economía. ¿Cómo es posible?", decía un analista golpeándose la cabeza. Y casi todo parece indicar que es así, deliberado. Pero resulta que todo esto es predecible, porque quienes toman las decisiones no son estúpidos, por mucho que a veces queramos pensar que lo son y que estuvieran disparándose en el pie. Sin embargo, la única razón por la que piensas que son estúpidos es porque crees en tu propia suposición de que, de alguna manera, actúan por tu bien. Sigues creyendo que, de algún modo y a cierto nivel, se preocupan por su nación, porque tú crees que es su nación, y que tú y ellos la compartís. Pero no es así.
Lo he dicho muchas veces, los ricos son una nación en sí mismos y esa es la única nación a la que sirven. No están a tú servicio, aunque así lo proclamen, no están al mío, no sirven a su población, no sirven al país del que provienen, no eso lo que hacen, no es para lo que están ahí. Y la única razón por la que piensas que son estúpidos es porque toman decisiones que no sirven al interés general nacional, no sirven al interés de la población, no sirven al interés nacional ni al interés de los electores. Pues bien, lamento decírtelo, pero ese es tu error. El estúpido eres tú, si realmente crees que las decisiones que toman son por tu bien y en tu beneficio. No están ahí para eso, y punto. No hay nada confuso respecto a cómo actúan y lo que están haciendo, lo único que lo hace confuso, para ti, son tus expectativas sobre ellos. Tú esperas que se comporten de manera ajustada al mito que albergas en tu cabeza sobre la democracia. Pero, ¿qué político ha ido a la cárcel por tomar decisiones contrarias a los intereses de su electorado? ¿Qué político, en la historia de Estados Unidos, ha ido alguna vez a la cárcel por no hacer lo que el electorado quería que hiciera? Nunca, eso no ha sucedido nunca. Eso no es delito. Un congresista, digamos, alguien en la Cámara de Representantes o el Senado, oficialmente es un representante del pueblo, ¿verdad?, un representante de tu circunscripción, de tu distrito, de tu estado o lo que sea, que se supone debe representar tu opinión (tu voto).
Vale. Ahora averigua, comprueba en su registro si votó o no a favor de su electorado, observa si realmente se corresponde con los datos que ofrecen las encuestas sobre lo que realmente quiere su electorado, de no ser así, si de verdad se tratara de democracia, debería ser contemplado como un delito, como algo contrario a la ley. Debería ser ilegal legislar en el Congreso en contra de la voluntad del electorado, y aquellos representantes que así lo hacen deberían ser inmediatamente e invalidados. Pero eso es algo que nunca sucede porque resulta que no es un delito. Una vez asumido el cargo, el electo puede hacer lo que quiera, no tiene que rendir cuentas, ni siquiera existe un mecanismo de rendición de cuentas, excepto el de votar o abstenerse para volver a ocupar el cargo o ir directamente al sector privado, al que en realidad dedicó por entero su carrera en el sector público.
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http://escombrosconhoguera.blogspot.com/2024/04/es-un-triunfo-sin-igual.html
ResponderEliminarSalud, Loam!
Lo leí y me percaté de inmediato del paralelismo. Gracias, Conrado.
EliminarSalud!