J.M. Vargas Vila, ANTE LOS BÁRBAROS (1923)
(Fragmento)
Sordos están los cielos y la Tierra para oír ese gemido formidable;
sordos y ciegos;
las manos de la Muerte les tapan por igual
los oídos y los ojos;
y hacen de ellos unos cadáveres más entre los millones de cadáveres […]
el Templo de la Justicia está cerrado,
y la imagen de la Diosa yace rota en pedazos
al pie de sus altares;
el carro de la Misericordia se ha volcado,
aplastando en su caída las últimas ilusiones generosas de los hombres;
montones de muertos limitan los horizontes, como si la Eternidad no pudiera recibir en sus dominios esta invasión inesperada;
[...]
la hora es de los grandes carniceros...
los unos se encargan de devorar a aquellos que los otros empujan brutalmente al sacrificio;
ellos se alimentan de cadáveres;
cadáveres de hombres, y, cadáveres de pueblos.
★
Lo leía de niño.
ResponderEliminarSiempre me gustó su forma de escribir, porque la forma, tanto como el contenido, te hacía meditar.
Ciertamente escribe de una forma muy peculiar.
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