Loam
El Poder es, sobre todo, un lugar de confluencia y proceso. Abstracto y ubicuo siempre, concreto y delimitado en ocasiones. Tan hermético como transparente, tan inaccesible para quienes ambicionan ocuparlo, como cercano para la mayoría que lo sostiene y padece. No se licua una piedra por grabar en ella H2O, por ello, y sin menospreciar su disuasiva eficacia, no hay que confundir los símbolos del Poder –ni a los poderosos tampoco– con el Poder mismo. Unos y otros caen tarde o temprano, pero el Poder permanece y permanecerá mientras haya hombres y mujeres que lo sostengan. Es al Poder, y no sólo a sus pasajeros símbolos, al que hay que combatir en sus viejas y profundas raíces, sin olvidar que, ese lugar al que denominamos Poder, ni “se toma” ni se asalta; se accede a él, a condición de servirle incondicionalmente y perpetuarlo, o se niega y se destruye.
Más rápido que quienes lo detentan, el Poder, implacable como los hechos se han encargado de demostrar en múltiples ocasiones, se transforma (en lo que es) y prescinde drásticamente de sus detentores (César, Hitler, Mussolini… En este sentido, el Poder se asemeja a esos animales salvajes a los que creemos haber domesticado y que, súbitamente, se vuelven contra nosotros).
El Poder es, sobre todo, un lugar de confluencia y proceso. Abstracto y ubicuo siempre, concreto y delimitado en ocasiones. Tan hermético como transparente, tan inaccesible para quienes ambicionan ocuparlo, como cercano para la mayoría que lo sostiene y padece. No se licua una piedra por grabar en ella H2O, por ello, y sin menospreciar su disuasiva eficacia, no hay que confundir los símbolos del Poder –ni a los poderosos tampoco– con el Poder mismo. Unos y otros caen tarde o temprano, pero el Poder permanece y permanecerá mientras haya hombres y mujeres que lo sostengan. Es al Poder, y no sólo a sus pasajeros símbolos, al que hay que combatir en sus viejas y profundas raíces, sin olvidar que, ese lugar al que denominamos Poder, ni “se toma” ni se asalta; se accede a él, a condición de servirle incondicionalmente y perpetuarlo, o se niega y se destruye.
Más rápido que quienes lo detentan, el Poder, implacable como los hechos se han encargado de demostrar en múltiples ocasiones, se transforma (en lo que es) y prescinde drásticamente de sus detentores (César, Hitler, Mussolini… En este sentido, el Poder se asemeja a esos animales salvajes a los que creemos haber domesticado y que, súbitamente, se vuelven contra nosotros).
Tanto en el ámbito
religioso como en el político, se nos presenta al Poder “parcelado”: tres
personas distintas y un solo Dios verdadero, nos dice la Iglesia de su ente
supremo. Separación de poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, nos dicen
los políticos. Pero sabemos que tras ese parcelamiento táctico, el Poder es Uno e indivisible.
Conceptos tan descomunales
como Eternidad, Inmortalidad e Infinito se han engendrado o han adquirido
carácter totalitario en el seno de su oscura filosofía, proyectando sus
alargadas sombras en la Historia y en el Futuro. Es de esas sombras, de esa
columna, de esa Historia, de ese Futuro y, en definitiva, de ese lugar de lo que hemos de liberarnos.
¿Ese lugar o ese burdel?
ResponderEliminarSalud.
No seré yo quien le otorgue tan benévola denominación.
EliminarSalud!
La Santísima Trinidad. Tres poderes que como bien dices es sólo uno. Tres para uno y uno para los tres para que obedezcas sus leyes, acates sus mandatos y mantengas a los parásitos de siempre.
ResponderEliminarSalud Loam!
El tridente del Poder sólo tiene un mango, que es el que hay que talar.
EliminarSalud Ángel !
El poder es un monstruo que llega a cobrar vida propia y engullir a sus creadores, le basta de sus servidores, se limita a mantener una marioneta que le de apariencia y a través de la que pueda manifestarse.
ResponderEliminarSalud!
Dejar de ser costaleros del Poder, sólo entonces "el pueblo unido jamás será vencido" será algo más que un lema.
EliminarSalud, Piedra!
te leo y me corre por las venas, la inquebrantable posibilidad de abolir ese poder, es innata, también su destrucción, porque es pensable, porque es soñable, porque ha habido tribus libres como pájaros y estrellas, ellos lo saben y se arman y amurallan sus infectas fortalezas y prisiones, pero lo sabemos nosotrxs, y tenemos más fuego y más motivos, dice la cuántica, que las palabras son creadoras, que los deseos también mueven el espacio y el tiempo y que por decirse, también se taladra.... mientras los consideremos también vulnerables, sujetos sobre quimeras y humo, podremos destruirlos!
ResponderEliminarte abrazo con pájaros Loam
salud!
De las fauces de los volcanes surgieron y a las fauces de los volcanes volverán. Y ahí estaremos nosotr@s para el empujón final.
EliminarTe abrazo en todos los vuelos Mareva!
Salud!
El problema es realmente profundo. Hay tanta gente que piensa lo mismo y que está cómoda con el sistema que parece a veces absurdo incluso ir en su contra. Ellos son el sistema y ellos soportan su Poder, porque al final son las personas las que lo otorgan. Si los sicarios no trabajasen, no creyesen en su propio beneficio, sus jefes no tendrían poder. El problema es que incluso el bastardo más cretino por el mero hecho de llevar una pistola se cree mejor que el resto. Esto es un hecho. El Poder es la muerte. El Poder es la violencia. El poder son las Armas y sobre todo El Poder se llama impunidad.
ResponderEliminarSalud!
Cierto, Pablo, parece absurdo ir en contra, pero a algun@s nos costaría menos aprender sánscrito por correspondencia que aprender a balar. El Poder es la muerte, eso lo resume perfectamente.
EliminarSalud compañero!
Sí, como dices, el Poder es un lugar que siempre está ahí, y es contra el lugar contra el que hay que dirigirse, no solo contra quienes lo ocupan.
ResponderEliminarAsí es. Hay que oponerse a todo aquello que posibilita la existencia de dicho "lugar", incluidos aquellos que se empeñan en lo contrario, sin olvidar que estos, a pesar del caprichoso dominio que ejercen desde él, también son sus victimas. Sólo se comprende cuando se deja de obedecer, sólo se obedece cuando no se comprende. Un vasto espacio de ese lugar llamado Poder está ocupado por el desconocimiento, motivo por el cual se obedece y por el que el Poder se perpetua.
EliminarUna obra de ingeniería social muy eficaz y antigua. Es sorprendente cómo la masa en su conjunto y por diversos motivos:falta de tiempo, ser demasiado joven,falta de ideas para vivir al margen, falta de preguntas, etc, no se da cuenta y el mundo sigue girando por la inercia del Poder.¡¡Qué obra..!!
EliminarNacemos en un mundo cuyas arbitrarias leyes, emanadas del Poder, conforman UNA realidad que nos es arbitrariamente impuesta cual si de un dogma de fe se tratara. De ahí la claudicante resignación que rezuman ciertos dichos populares, como: "así es la vida", "tú no vas a cambiar el mundo", "tiene que haber ricos y pobres", "donde hay patrón no manda marinero", "de todo tiene que haber en la viña... del SEÑOR", y un largo y triste etc. Una realidad misógina, machista, despótica, hecha a la medida del Poder, perpetuada por la ilimitada avaricia de unos y por la persistente y fomentada ignorancia de la mayoría.
EliminarY sin embargo somos más en número, pero da igual, nos dominan igual...
Eliminar¿Hasta qué punto el Poder otorga libertad?
ResponderEliminarPienso que Gilles Deleuze responde acertadamente a tu pregunta:
Eliminarhttp://arrezafe.blogspot.com.es/2015/05/toda-tristeza-es-el-efecto-de-un-poder_25.html