La alternativa hegemónica es invocar la falta de alternativas
para justificar lo injustificable: el abatimiento colectivo, la concentración
de poder, la marginación sistémica, el avasallamiento de derechos, la
destrucción de nuestro hábitat. En esta máquina devastadora están enganchados
los que dominan el mundo, partícipes necesarios de la ingeniería social del
expolio. Saben lo que hacen: la
plusvalía no es un error de cálculo ni la regularidad del abuso un mero
accidente.
Si hay algo así como un «mal radical» nace de esa
interdependencia del «cinismo» (del amo) y la «banalidad» (del esclavo) o, si
se prefiere, de la relación entre una consciencia moralmente indiferente y la
acrítica obediencia a sus mandatos.
La «banalidad del mal» es esta rutina donde nadie se admite
responsable, limitándose a ejecutar de forma irreflexiva la «matanza
administrativa».
Remitir la propia responsabilidad a una Necesidad externa
(Dios, la Historia, el Mercado) bloquea cualquier cuestionamiento
ético-político de quienes deciden. La retórica de la libertad se manifiesta
como suprema servidumbre: sólo queda la masacre generalizada, el salvataje
individual en el hundimiento colectivo, la guerra como relación con el otro, la
sustracción colectiva como vía de la supervivencia.
Arturo Borra - «El mal nuestro de cada día (figuraciones)»
Texto completo en:
Cada vez veo más el mundo como un gran cuartel y como tal, la inmensa mayoría se escudan en la obediencia debida para no afrontar sus propias responsabilidades. Somos menores de edad a perpetuidad que culpan a papá cuando se les cuestiona su maldad.
ResponderEliminarSalud!
"Primum non nocere". Si fuésemos capaces de aplicar este principio cada vez que actuamos...
EliminarSalud!
Como bien dice, remitir la responsabilidad a una necesidad externa es lo que nos mantiene quietos e impotentes, con la imaginación parada y diciendo no se puede hacer nada contra este sistema.
ResponderEliminarComo constructo mental el sistema puede ser más rápidamente modificado de lo que los poderes establecidos piensan. Porque para tener un Poder se necesita una dependencia de él. Cuando este no te provee de lo necesario es cuando te lo cuestionas y le empiezas a dar a la pelota. Hasta que no llegue este momento solo somos estómagos satisfechos.
Salud!