La equidistancia es sin duda un refugio ideal para las buenas conciencias y tiene la ventaja de la ambigüedad que permite posicionarse en un lado o en otro según discurran los acontecimientos. Se trata de una falsa simetría que coloca en el mismo plano al agresor y al agredido.
(…)
…se busca salida en la ambigüedad camuflada de pluralidad, en el perfil bajo hasta que se decanten los acontecimientos, o peor, en la equidistancia que supone un falso equilibrio en el que se permite criticar el discurso dominante y a la vez compartirlo. Los matices son el super argumento de la contrainformación. La excusa perfecta para ganar credibilidad, el principio de autoridad que justifica la dejación de responsabilidad política en el espacio geográfico en el que se tiene influencia. ¿Por qué no se matizan con igual vehemencia las acciones del enemigo? ¿Por qué no nos esforzamos con el mismo ímpetu en describir las distintas formas, muchas veces contradictorias, que adopta la recolonización del mundo?
El lenguaje es el instrumento más potente con el que se arrastra a los medios alternativos hacia su homologación mediática y mediante el que se les convierte en uno de los nuestros, parte del coro plural que paraliza la resistencia. El lenguaje es nuestra trampa porque no es nuestro lenguaje. Pocas veces nos detenemos a analizar los discursos que utilizamos y cómo reproducen las mismas lógicas manipuladoras.
Saludos,
ResponderEliminarIncluso uno de los más grandes intelectuales puede ser "equidistante":
Chomsky vs. Parenti:
https://lorenzoae.wordpress.com/2016/05/31/chomsky-vs-parenti/
As mentioned earlier, Herman and Chomsky’s Manufacturing Consent was the second comprehensive look at how the media’s owners determine what is broadcast.
As early as 1845, Karl Marx explained that “the ideas of the ruling class are in every epoch the ruling ideas, i.e. the class which is the ruling material force of society, is at the same time its ruling intellectual force. The class which has the means of material production at its disposal, has control at the same time over the means of mental production, so that thereby, generally speaking, the ideas of those who lack the means of mental production are subject to it.”
Though there are many books probing the nature of broadcast media, Michael Parenti’s Inventing Reality (1986) was the first to provide an in-depth analysis of the corporate nature of the media using Marx’s dictum as a thesis.
Despite Herman and Chomsky’s book coming two years later, the two don’t mention Parenti at all, instead thanking Australian psychologist Alex Carey for inspiring their work (John Pilger, perhaps revealingly, credits Carey as a “second Orwell”).
Even a cursory glance at Inventing Reality’s contents reveals extensive similarities between Parenti’s analysis and that of Herman and Chomsky—hearing Parenti discuss his book at length further cements the commonalities.
In fact, beyond these two works, Chomsky and Parenti share a great deal alike. Like his superstar counterpart, Parenti has produced mountains of scholarship and given dozens of easily accessible speeches and presentations. Parenti has been a strident critic of capitalism and imperialism for decades, writing over two dozen books on nearly every conceivable issue that relates to those subjects. In a neat biographical synchronicity, both are even octogenarian New Yorkers.
However, unlike Chomsky, Parenti can’t claim everyone from Bono to Radiohead as prominent fans. Chomsky’s influence is particularly felt now during the interminable American election cycle; as Kevin Dooley points out in an excellent post on Chomsky, he “is always at his most visible during election season,” when he can be found churning out almost-weekly interviews warning about the dangers of not voting Democrat.
Video of Noam Chomsky’s latest event was uploaded less than a week ago, from a discussion with former Greek finance minister Yanis Varoufakis held at the New York Public Library; in contrast, Parenti’s last uploaded speech was from a decidedly more low-key affair held at a Canadian university in 2014.
Saludos
Eliminarhttp://www.voltairenet.org/article144157.html
"criticar el discurso dominante y a la vez compartirlo"
ResponderEliminarQue corriente que es esto, gran logro el del diccionario de neo-lengua.
Salud!
Muy cierto y muy interesante tu último post. Tomo nota. Gracias.
ResponderEliminarGracias a ti, Isabel.
EliminarSer equidistante es no querer partido... y llorar cuando te toque recibir de alguno de los grupos en litigio. Entiendo que alguien quiera vivir su vida en tranquilidad, lo que no entiendo es que, conociendo los planes de unos y otros, no se quiera intervenir. También digo una cosa: nadie es equidistante en los bares.
ResponderEliminarSalud!
Ni en los bares... ¡ni en los campos de fútbol!
EliminarSalud!