La nueva liturgia de la sumisión
“La propaganda fascista pudo echar
raíces debido a la estructura autoritaria y temerosa de libertad de los
hombres. Por eso la importancia sociológica de Hitler no reside en su
personalidad, sino en la significación que le otorgan las masas”
Wilhelm
Reich, Psicología de masas del fascismo
“el origen pequeñoburgués de las ideas
de Hitler coincidía en lo esencial con la estructura de las masas que tan buena
acogida dieron a estas ideas”
Wilhelm
Reich, Psicología de masas del fascismo
“cuanto más haya perdido el
individuo-masa, a consecuencia de su educación, el sentido de su autonomía,
tanto más se manifiesta la identificación con el conductor, y tanto más la
necesidad infantil de apoyo se disfraza con el ropaje de sentirse-uno-con-el
Führer. (…) El pequeño burgués reaccionario se descubre a sí mismo en el Führer,
en el Estado autoritario y, a causa de esta identificación, se siente el
defensor de la nacionalidad y de la nación”
Wilhelm
Reich, Psicología de masas del fascismo
“los individuos componentes de una masa
precisan todavía actualmente de la ilusión de que el jefe los ama a todos con
un amor justo y equitativo, mientras que el jefe mismo no necesita amar a
nadie, puede erigirse en dueño y señor y, aunque absolutamente narcisista, se
halla seguro de sí mismo y goza de completa independencia”
Sigmund
Freud: Psicología de las masas y análisis del yo
“el poder del lazo religioso para
consolidar los grupos sociales sólo tiene igual en el fanatismo de los modos
más evolucionados de la manipulación de las masas. La incorporación a la
organización difunde la fraternidad y sus delirios adyacentes, dirigidos hacia
un enemigo, con los goces pertinentes”
Pierre
Legendre: El amor del censor
“La sacralización del orden mantiene
cerca la cristología tradicional, es decir, la teología del jefe (que se
apoderó del discurso político) que figura allí para despojar a los humanos en
beneficio del Poder intocable al que es ofrecido el deseo”
Pierre
Legendre: El amor del censor
La nueva liturgia de la sumisión
El
desarrollo industrial de las sociedades actuales junto con el progreso
alcanzado en la vía tecnológica y el consiguiente aumento de los niveles de
vida, podrían llevar a pensar en un relajamiento de los controles represivos
institucionales así como en la cesación de la servidumbre sellada
históricamente sobre los individuos. La desaparición de los “grandes” y
abominables tiranos que visible y ostensiblemente sometían a sus súbditos
parecería corroborar tal sofocación de la dominación represiva. No obstante,
nos encontramos con nuevos omniscientes portadores de un nuevo dogmatismo que
designa y moviliza técnicas más refinadas de amaestramiento, unos omniscientes
que carecen de rostro identificable y que actúan como mediadores entre un amo
igualmente anónimo y unos servidores que desconocen o niegan su propia
condición. Así, los medios de comunicación de masas y todo el aparato
publicitario y propagandístico que los sostiene, sirven de soporte a la institución
social y al aparato productivo que la define, el cual, mediante un vasto
complejo de mercancías y útiles que evolucionan tan rápido como marcan los
avances de la técnica, somete a los individuos satisfaciendo una red de
necesidades artificiales que a fuerza de ser promulgadas, han terminado por
definir y condicionar la identidad y la vida misma de los sujetos.
La
“totalitarización” de este aparato y de la sociedad se expresa en su
determinación y administración de las necesidades y conductas individuales,
determinación que se ejecuta bajo el velo de la sonrisa y de la dominación
“funny” y que consolida de este modo el sometimiento por la vía de la
satisfacción instintiva. Así, el individuo se reconoce en aquello que consume
(que le dicen que tiene que ser consumido), se reencuentra consigo mismo en el
goce que obtiene de la satisfacción de las necesidades artificiales y falsas
que han sido creadas para que, mientras se goza (con el videojuego, el teléfono
móvil, las vacaciones a crédito en Benidorm o el reality televisivo de
temporada), se olvide uno de su servidumbre. De acuerdo con esta lógica
totalitaria que ha sustituido la dominación por la administración total de la
existencia, el adoctrinamiento deja de ser percibido como tal para elevarse al status
del nivel de vida, para ser traducido en la seducción y atractivo que aporta el
consumo y la supuesta liberalización de los instintos, especialmente aquellos
que atañen a la sexualidad. Ésta es presentada como liberada de sus
tradicionales cadenas y restricciones moralistas, es ofrecida bajo la óptica de
diferentes discursos e imágenes que recuerdan al sujeto el amplio abanico de
posibilidades del que dispone para disfrutar y dar forma libremente a su
sexualidad y a su propio goce. No obstante, y de manos de la “ciencia”
publicitaria y de la vasta industria del ocio, ésta es transformada e integrada
en el sistema como mercancía, como valor de uso, lo que en último término
genera un viraje de la represión sexual hacia un discurso pornográfico
moralizador que se hace cargo de que todo lo que sucede a nivel sexual sea
establecido de un modo fehaciente en las pantallas y carteles publicitarios.
Así, esta movilización y administración controlada de la libido desmiente que
en los últimos años y en virtud del progreso de la economía y la técnica, la
libertad individual se haya desligado de sus ataduras para alcanzar mayores cotas
de autonomía e independencia, sino que inversamente se robustece la sumisión
haciéndola sonreír bajo la apariencia de muchas libertades y comodidades.
Esta
“desublimación institucionalizada y adaptada” que tan atinadamente supo
entrever Marcuse, no sólo responde a la sofisticación de las técnicas de
sujeción del individuo, sino que acentúa a su vez el voluntarismo y el “à
l’aise” [acomodo] de la servidumbre al restar a la conciencia la posibilidad de rechazo y
de protesta. A partir de aquí, y gracias a la habilidad sugestiva de la
propaganda y a la generalización del consumo (con sus goces adyacentes),
asistimos a una progresiva desaparición de la sensación de alienación motivada
tanto por la creciente identificación de los sujetos con la existencia que se
les impone, como por la ausencia de alternativas viables que corrijan los
defectos del sistema, lo que otorga a la servidumbre una racionalidad que deja
fuera y discrimina a aquellos que voluntariamente no quieren someterse.
Con
ello, el nuevo orden dogmático representado por la publicidad y la lógica de la
mercancía, se vuelve más difícilmente combatible, pues en la medida en que se
extiende y penetra en todas las capas de la población por la vía de la
satisfacción instintiva, su interiorización se generaliza hasta configurar un
modo establecido de vida al que el individuo se niega a renunciar. Asimismo, y
si abrimos la posibilidad de la vía del combate, se plantea una nueva
problemática: ¿contra quién va dirigida la lucha?, ¿cuál es el rostro de la
nueva autoridad que sienta y determina la existencia de todos, inclusive de los
que se niegan a aceptarla? La ausencia de respuestas, dada la falta de
presencias corpóreas e identificables, cierra el círculo vicioso de la
dominación tornada administración y de la servidumbre vuelta modo de vida
gratificante. Como señala Legendre, las nuevas prescripciones laicas fijadas
por la publicidad a través de su “ciencia de la sonrisa” sustituyen a toda
religión y colman los vacíos creando necesidades provistas ya de sus propios métodos
de satisfacción, unas necesidades que robustecen el peso del individualismo y
contribuyen a la liquidación de todo lazo social. Así, la solidaridad se diluye
para dejar paso al triunfo del egotismo, nutrido éste desde los medios de
comunicación y los avances tecnológicos que obstruyen los antiguos modos de
identificación colectiva. Ésta queda relegada a la vía exclusiva del consumo y
se ve alentada por la caída del sistema de opuestos (burguesía / trabajadores;
capitalismo/ comunismo) y la consiguiente tendencia a la convergencia
ideológica de los partidos políticos. Por otra parte, el imaginario colectivo
tiende a homogenizarse en su servidumbre y a fijar sus ideales por la vía de la
espectacularidad que desprenden los distintos medios de comunicación, cuyos
agentes publicitarios con su lenguaje uniformizante de conductas y actos,
sientan las bases de lo que es deseable, divertido o digno de desprecio.
La
inmediata consecuencia de este “pensamiento unidimensional” es el conformismo y
quietismo acrítico que define a los individuos de las sociedades actuales, cuya
cómoda vida administrada y precondicionada por la satisfacción de los propios
bienes consumidos, invalida (¡por irracional!) toda pretensión de
autodeterminación y desvelamiento de la verdadera lógica esclavista que subyace
a todo el sistema. Así, el sometimiento del individuo al dominio técnico que
asegura el confort y la “buena vida” (que no la “vida buena”), termina por
hacer de aquel un instrumento de la propia técnica, anulando con ello toda
posibilidad de subjetividad y autonomía en el sujeto. Con ello, y tal y como
subrayó Marcuse, la satisfacción obtenida por las posibilidades abiertas por la
técnica, convierte a los individuos de las sociedades actuales en “esclavos
sublimados”, esto es, en siervos reducidos al “status de cosa” que , como
tales, aceptan su manejabilidad al precio del goce que ofrece el consumo.
Frente a esto, la liberación se recrudece a medida que ese goce es aumentado, a
medida que la toma de conciencia de la propia servidumbre se ve sepultada por
los beneficios que produce la sumisión a un poder que, habiendo abandonado el
látigo y el terror, se ofrece a sus siervos bajo el rostro amable del amor y la
caricia.
Citas
y texto tomados de La Perversión del deseo gregario: el problema de las masas y de su lucha por la servidumbre, de Laura Suárez González de Araújo. (Completo
en PDF aquí)
Muy bueno.
ResponderEliminarLa segunda foto me ha recordado a aquella en que todos los asistentes, menos uno, a un mitin de Hitler levantaban la mano. Ahora han perfeccionado el método y ya no queda ningún disidente.
Como se dice, el problema es la dificultad de identificar al "enemigo" físicamente. Para mi es muy fácil: El propio sistema y la tecnología que lo sostiene.
La forma de rechazarlo y combatirlo para por renunciar a las "comodidades" que ofrece y que nos destruyen, pasa por fortalecer el espíritu a base de renunciar a esas comodidades artificiales, de aceptar nuestra biología humana y un modo de vida acorde con él.
Salud!
Conozco la foto que mencionas, creo recordar que aquel hombre estaba casado con una judía.
EliminarEl enemigo es el propio sistema, sí, pero hay que pasar de la abstracción general a la cosa concreta. Es evidente que falta conciencia de clase, y que sin dicha conciencia difícilmente puede articularse una organización capaz de oponerse al sistema de manera efectiva.
Salud!
Buen documento. Me lo guardo ;)
ResponderEliminarEs interesante, sí.
EliminarYo comparto!
ResponderEliminarCompartir, un verbo poco utilizado hoy en día.
EliminarA una persona con buen trabajo y buena paga se la suda prácticamente todo, incluida la información basura o verídica, estado corporación o iglesia. Se la suuuuda y se convierte en ente pasivo. Ejemplo PSOE o Potemos.
ResponderEliminarEl problema llega cuando la grasa escasea, el parné no abundan y se empiezan a partir los lomos. Entonces se necesita degradar a la persona al máximo para que no tenga acceso a información y recursos y no sea necesario ni reprimirla. La buena vida se acabó y hay mucha gente enfadada, y más que habrá. A ver ahora que sucede con el monstruo que han creado.
Salud!
El monstruo que "hemos" creado, querrás decir, pues, en general, nuestras acciones cotidianas más que destruirlo lo perpetua.
EliminarSalud!
La sociedad crea monstruos transformando personas en animales. Quimeras y Dragones.
EliminarA propósito, ¿Será verdad que han cogido a Trump por cabeza de turco para deshacer la hegemonía americana? Tiene pinta de implosión programada. ¿Tú que opinas? Pregunta abierta a tertulianos.
Salud!
Salud!
Pues vete tú a saber... Dado el panorama, es una hipótesis no descartable. Pero, en mi modesta opinión, con Trump o sin él, la hegemonía norteamericana tiene sus días contados, hay sobrados signos que así lo indican. Da la sensación de que Trump ha entrado en el poder como elefante en cacharrería, pero tal vez sea una táctica de cara a su electorado más rancio y conservador. Hasta que no tome decisiones de ámbito militar, como todos sus antecesores hicieron, no sabremos de qué va realmente... él, y lo que es más importante, el capital al mando.
EliminarTrump busca un aliado en la India:
Eliminarhttp://www.cnbc.com/2017/01/27/donald-trump-wants-india-as-ally-to-counterbalance-china.html
http://www.voltairenet.org/article195040.html
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