09 octubre, 2021

“Si dentro de veinte años quedan aún marxistas o feministas, será una verdadera pena” - Terry Eagleton

 


Fragmento extraído del libro Por qué Marx tenía razón, de Terry Eagleton (descargar en pdf aquí).


El final definitivo del marxismo sería una noticia que resonaría como música celestial en oídos de los marxistas de todo el mundo. Estos podrían por fin dejar de manifestarse y de organizar piquetes, regresar al calor de sus sufridas familias y disfrutar de una velada hogareña en vez de asistir a otra tediosa reunión de comité. Los marxistas no quieren más que dejar de ser marxistas. En este sentido, ser marxista no se parece en nada a ser budista o ser multimillonario. Es más bien como ser médico. Los médicos son unas perversas criaturas con tendencia a la autoanulación, pues eliminan la fuente misma de su trabajo y su sustento curando a pacientes que, una vez sanos, ya no los necesitan. La tarea de los radicales políticos es similar, pues consiste en llegar a ese punto en el que dejarían al fin de ser necesarios porque se habrían cumplido sus objetivos. Llegado ese momento, serían libres de retirarse, quemar sus pósteres del Che Guevara, retomar aquel violonchelo que llevaban tanto tiempo sin tocar y conversar sobre temas más fascinantes que el modo asiático de producción. Si dentro de veinte años quedan aún marxistas o feministas, será una verdadera pena. En la esencia misma del marxismo está el que sea una empresa estrictamente provisional; de ahí que quien invierta en ella toda su identidad esté cometiendo un claro error de concepto. Que siga habiendo vida después del marxismo es precisamente lo que justifica la existencia del marxismo.


Esta (por lo demás) seductora imagen presenta únicamente un problema. El marxismo es una crítica del capitalismo: concretamente, la más perspicaz, rigurosa y exhaustiva crítica de su clase jamás formulada y emprendida. Es también la única crítica de ese estilo que ha transformado grandes zonas del planeta. De ello se desprende, pues, que mientras el capitalismo continúe activo, el marxismo también deberá seguir en pie. Solo jubilando a su oponente podrá pedir su propia jubilación. Y la última vez que lo vi, el capitalismo parecía estar tan batallador como siempre.


La mayoría de quienes critican actualmente el marxismo no discuten ese punto. Lo que afirman, más bien, es que el sistema se ha transformado hasta extremos casi irreconocibles desde los tiempos de Marx y que, por eso mismo, las ideas de este han dejado de ser relevantes. Antes de que examinemos esta afirmación más a fondo, vale la pena señalar que el propio Marx era perfectamente consciente de la naturaleza siempre cambiante del sistema que él se dedicó a cuestionar. Es precisamente al marxismo al que debemos el concepto de las diferentes formas históricas del capital: mercantil, agrario, industrial, monopólico, financiero, imperial, etc. Así pues, ¿por qué un hecho como el de que el capitalismo haya cambiado de forma en décadas recientes iba a desacreditar una teoría que concibe el cambio como esencia misma de ese sistema? Además, el propio Marx predijo el declive numérico de la clase obrera y el aumento pronunciado del trabajo intelectual. Esto es algo que examinaremos un poco más adelante. También previó lo que hoy llamamos globalización, cosa extraña para un hombre cuyas ideas son supuestamente arcaicas. Aunque tal vez el carácter «arcaico» de Marx es lo que hace que siga siendo relevante hoy en día. Quienes lo acusan de obsoleto son los adalides de un capitalismo que está retrocediendo rápidamente hacia niveles victorianos de desigualdad.



7 comentarios :

  1. Anónimo10/10/2021

    Desgraciadamente camarada Loam, de Marx se habla mucho, pero se lee poco. Nada menos dogmático que el marxismo, que no es sino un método que tiene en la dialéctica materialista o científica y el conocimiento empírico su brújula. Un método y una herramienta de liberación humana, que carece de una praxis predeterminada, sino que su praxis debe ser la más adecuada, dado el momento y lugar.
    El marxismo no es un anticapitalismo, sino una evolución sobre el capitalismo, sistema que lleva dentro y en sus contradicciones el germen de su propia autodestrucción. Saludos, salud y socialismo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y desgraciadamente tienes razón, camarada Anónimo: a Marx se le lee poco. Gracias por tu acertado comentario.

      Salud y comunismo.

      Eliminar
  2. Aguda reflexión. Por algo la religión griega ya no suscita controversias

    ResponderEliminar
  3. Contó Benjamin que una tarde que le visitó Brecht y le encontró leyendo una obra de Marx, visiblemente satisfecho le comentó: «haces muy bien, a Marx hay que leerlo y releerlo de manera constante, pero sobre todo en épocas como la actual en la que no lo leen ni siquiera los supuestos ‘marxistas’».

    Por abundar:


    CARLOS MARX y FEDERICO ENGELS
    [selección de textos]

    Libro completo aquí:
    https://elsudamericano.files.wordpress.com/2014/12/19-marx-y-engels-coleccic3b3n1.pdf

    *

    ResponderEliminar
  4. “…¿por qué un hecho como el de que el capitalismo haya cambiado de forma en décadas recientes iba a desacreditar una teoría que concibe el cambio como esencia misma de ese sistema? Además, el propio Marx predijo el declive numérico de la clase obrera y el aumento pronunciado del trabajo intelectual.”

    Mi admirado Eagleton a veces peca de una visión demasiado ‘eurocéntrica’ en sus apreciaciones sobre la obra de Marx ‘casi’ siempre agudas y brillantes. Lo del declive numérico de la clase obrera es ‘un lugar común’ que se ha impuesto desde hace tiempo entre los pensadores marxistas europeos y norteamericanos, que poco o nada tiene que ver con la realidad global que analizan (con datos objetivos procedentes de los propios organismos occidentales) otros pensadores marxistas con enfoques menos sectarios y limitados al ombligo o área ‘occidental’, y que abarcan zonas del planeta (Asia, América Latina; África…) donde esa realidad es justo la opuesta: Las cifras del proletariado en la ‘zona occidental’ rondan los 145 millones de trabajadores manuales, mientras que en la periferia donde se ha concentrado ‘la fábrica’ global, la cifra es de más de 545 millones de trabajadores (hombres, mujeres y niños), de mano de obra barata que genera, en el sector ‘productivo’, la actual parte magra de la plusvalía mundial. Escuchar a una ‘vaca sagrada’ como Harvey hablar de que , según su cuenta, el ‘disminuido’ proletariado ha dejado de ser ‘el sujeto revolucionario’ y del tirón resaltar la emergencia de las masas indignadas que viven en régimen de alquiler y todo ello mezclado con teorías cuasi abstractas en las que de manera confusa se enfrentan conceptos como ‘masa de ganancia’ y ‘cuota de ganancia’… en fin, a mi no me huele nada bien, cosa que se confirma cuando alaba las promesas reformistas de Bernie Sanders... desde luego que no voy a negar la necesidad de leer –de manera crítica– a todos estos pensadores marxistas que, cada uno a su manera, están desarrollando y actualizando los análisis marxistas sobre la realidad realmente existente (aunque luego resulte como en el caso de Althusser que su conocimiento de ‘El Capital’ de Marx no había pasado del primer tomo, según confesión propia y demasiado tardía). Pero desde luego conviene leer con especial dedicación y atención a los clásicos del marxismo para comprender que algunos supuestos marxistas actuales, o no los han leído o no los han entendido. Quizás por eso me permito recomendar los textos de Néstor Kohan, un pensador argentino que personalmente considero de los más brillantes del panorama actual. Para empezar uno de sus mejores libros:

    “Nuestro Marx” – Néstor Kohan

    Descarga gratis aquí:
    https://www.rebelion.org/docs/119826.pdf

    *

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues nada que añadir a tu crítica, estando como estoy de acuerdo con ella. Solamente añadir un enlace al "Programa 166 - El fetichismo de la mercancía y su secreto", en el que Néstor Kohan explica de manera clara y concisa en qué consiste el detestable fetichismo de la mercancía.

      https://youtu.be/f9jPejS90Tk

      Gracias por tus siempre valiosas aportaciones.

      Salud.

      Eliminar
  5. La enfermedad es consustancial a la vida como el día a la noche. El capitalofascismo se reproduce donde quiera que hay abuso. El abuso es el consustancial a la desigualdad y a la explotación. Ni aunque viviéramos en la utopía el enemigo es el enemigo, y siempre acechará. Vis pacem para bellum. Utopía armada. Nuestra mente es una arma contra el fascismo, y nunca se la entregaremos.
    Salud!

    ResponderEliminar