Desobediencia - Miguel Martínez López
Obedeciendo se extienden los
imperios
se construyen ejércitos,
aviones supersónicos,
se levantan catedrales.
Demos gracias a la bendita
obediencia
porque ella es la verdad y la
cuadrícula del mundo
porque ella nos ha abierto este
camino de progreso
en la selva cerrada de los
siglos.
Por eso la enseñamos en el cole
Porque la recta es la distancia
más corta y aburrida entre dos
puntos.
Por eso nos prohíben seguir con la mirada
la espiral en vuelo de las moscas
y nos hacen amarrar en un establo
del cerebro
los caballos azules de los
sueños.
Y nos aconsejan :
es mejor un solo pájaro en la
mano
que una desbandada en la cabeza,
renuncia a tu trébol de
diecisiete hojas
asesina al dinosaurio que duerme
al otro lado de tu frente.
Y sin embargo de la maldita
desobediencia
no nos dicen ni mú
porque no se necesitan soldados
desertores
ni conductores de autobús con
inquietudes.
No hacen falta jardineros que
rieguen con ternura
todas nuestras interrogaciones
y por eso matamos a los perros
que siguen suspirando como lobos
y suicidamos a los oficinistas
enamorados de la fotocopiadora.
Nos olvidamos, sin embargo, de
que esta historia,
la nuestra,
comenzó desobedeciendo:
aquel intrépido homo loquefuera
que regresó de las llamas del
primer árbol ardiente
con un trocito de trueno entre
las manos
con una rama de fuego doméstica y
minúscula
es el padre de todos los que
estáis leyendo esto
Somos el animal desobediente
el hijo protestón de mamá
Naturaleza.
La desobediencia
no construye autopistas
es cierto,
pero nos ha hecho surcar el
universo
con el pequeño cohete de nuestro
dedo índice
Sacarle la lengua al pasado
y su negra procesión de
nosepuedes.
Pintarle un ridículo bigote
a todas las verdades absolutas.
La maldita desobediencia
nos hizo cambiar el jardín del
paraíso
por esta pensión llena de goteras
y palabras
por esta pequeña habitación con
vistas a la nada
Y quizá no vaya a salvarnos del
incendio
pero mientras el miedo se empeñe
en que callemos
habrá que seguir arriesgando la
garganta
aunque solo sea
para que el obediente silencio
no llegue a tener nunca
la última palabra.
Miguel Martínez López. En Voces del Viento Sur. Surada poética 2014/2015. 30 poetas de la conciencia crítica. Ed. El Desvelo. Santander, 2016
fuente: http://vocesdelextremopoesia.blogspot.com.es/2016/06/3-poemas-de-miguel-martinez-lopez-en.html
Bendita desobediencia.
ResponderEliminarLa desobediencia sin fuerza sale cara, así que lo mejor es que hagas lo que hagas... que no te pillen!
ResponderEliminarSalud y viva la capucha!