Oigo,
por la radio que tienen puesta mientras desayuno, un debate acerca de las
series televisivas de más éxito, medido en los millones de televidentes de cada
cual: locutora y espertos, con cierto humor, pero en serio, hablan de méritos y
errores de unos u otros productos siempre en vista a lo que hayan logrado o
puedan ganarse de atención y consumo de más número y clases de televidentes, ya
que esos productos ahí están, son parte importante de la realidad, y no viene a
cuento sacar a las ondas la cuestión de que estén o tengan que estar ahí.
Apenas si una de los entendidos (se la ha traído al debate justamente para que
también esa opinión figure al menos por una voz) declara que a ella las series
televisivas le disgustan todas; claro que enseguida declara que los medios (la
televisión) no son más que medios y la cosa depende de lo que se ponga en
ellos: que ella lo que quiere es otra televisión en que puedan entrar guiones
libremente creados y no sometidos a las condiciones que se imponen a ésos que
se producen.
¿Qué
les parece de esto a mis lectores, si los hay? ¿No les zumba, en lo más sensato
y sensible que les quede, que los fines están ya en los medios?, ¿que no hay,
en realidad, otra televisión que la que hay? Veamos lo que dice esa mujer, todavía
medio viva, de que la cosa depende de lo que ponga en los medios alguien,
creador y guionista de la película y la serie, y preguntemos quién, quién es
ese alguien.
Imaginen
conmigo al presunto creador del argumento, personas y trucos técnicos de la
futura serie: ¿lo imaginan desnudo? No, ¡qué tontería!: él tiene, en la mesa,
al pie del ordenador o ya incorporado en su registro propio, un montón de
informaciones que la productora le ha suministrado acerca de cuáles son las
series que en EEUU han tenido más éxito, cuáles los gustos, bien
contabilizados, de las mayorías (insinuando, sin decirlo, el grado de
imbecilidad que la mayoría exige) a las que el producto ha de conquistar, qué
es lo que esperan o lo que puede causarles un suspense o sorpresa debidamente
controlados... y sobre eso se pone a crear su nuevo producto...¿quién? ¿Siguen
creyendo en la inventiva, el libre genio y la creatividad de la persona? No me
hagan reír ustedes: el hombre (o mujer) tramará y escribirá ninguna otra cosa
que la que está mandada para que la productora apruebe y el producto tenga probabilidades
en el mercado televisivo.
En
suma, el que lo dicte y lo escriba será el dinero mismo, y el creador no más
que un sirviente, que tanto más acertará cuanto más bien educado y obediente
sea.
Es
verdad que decirle NO al dinero es algo muy difícil y costoso para cualquiera.
Pero que se sepa que, si no se le dice, es el dinero el que inventa los
argumentos, guiones, personajes y trucos de las series de éxito millonario y
con futuro: que, al fin, es el dinero el solo creador.
La televisión vende ideología capitalista a través de sus series, "informativos", programas... y todos los que están detrás y delante de las cámaras lo saben. Simplemente sirven al amo y el televidente pasivo merienda todo ese veneno para mayor gloria del sistema dominante... "es el dinero el solo creador"... pues eso
ResponderEliminarSalud Loam!
Viene de lejos, como constatan los versos de Góngora:
Eliminar"Todo se vende este día,
Todo el dinero lo iguala;
La corte vende su gala,
La guerra su valentía;
Hasta la sabiduría vende la Universidad."
Salud Ángel!
La tele está dominada por el sistema de producción capitalista, todo se hace como medio para conseguir un mismo fin: el dinero.
ResponderEliminarA veces también hay una inversión "a fondo perdido" y se financian proyectos que pierden miles de millones, pero aun así, el fin último que es el de adoctrinamiento de la masa, es imprescindible para extorsionar a esta.
Hace poco hablaba de esto con alguien que no entendió absolutamente nada de lo le que decía, la tele nos engaña a todos, absolutamente a todos, aunque un poco menos a los que están sobre aviso. Aun así la ÚNICA defensa que existe contra ella es apagarla.
Salud!
Mejor aún, no encenderla. Y todavía mejor, no tenerla.
EliminarSalud sin televisión!
El problema de la tele no es la tele en sí, es, como dice el autor, todo lo que hay alrededor. Se miente masivamente. Constantemente. No hay manera de escapar. Te ofrecen un yogourt y te mienten. Te cuentan una tragedia y te mienten. LA incrustación de la ideología es parte de la mentira. Por eso la gente se pasa al youtuve y sus millones de canales. Si quieres verdad olvídate del interés. Como dice piedra, la única manera de escapar del engaño es apagarla.
ResponderEliminarSalud!
La cosa va más allá de la tv. Se trata del uso que hacemos de los medios, de nuestra capacidad crítica, sin la cual estamos inermes ante cualquier pantalla o dispositivo tecnológico.
EliminarSalud!