Texto completo → ¿Hay que odiar a Rusia o reflexionar?
18/7/2018
Robert
Charvin acusa a la información y la historiografía occidentales de
negacionismo y revisionismo.
1.
La rehabilitación del fascismo en Letonia. ¿Por qué ningún medio
de comunicación occidental señala que en Letonia (nuestro querido y
nuevo aliado de la Unión Europea), se demoniza a la resistencia
antinazi y se rehabilita discretamente a los fascistas colaboradores
de la Segunda Guerra mundial? El aparato judicial de ese país se ha
ensañado con un héroe de la resistencia letona, llegando incluso a
encerrarle en la cárcel a pesar de tener 75 años. Pero esto ha sido
completamente silenciado. ¿Por qué?
2.
La utilización por Occidente de pronazis antisemitas en Ucrania.
¿Por qué nuestra nueva aliada rehabilita a los antiguos
colaboradores de Hitler? Peor aún: ¿por qué los introduce en una
administración nacida de un golpe de Estado y en puestos clave? Y
todo ello en medio del silencio de los medios de comunicación, que
los bautizan de nuevo como simples “nacionalistas”.
3.
La negación del genocidio que Hitler intentó llevar a cabo contra
la URSS. Sin embargo, el programa estaba claramente expresado en los
textos nazis: considerando a los eslavos como “infrahumanos”, el
“Plan Ost” preveía exterminar al 40% de los rusos para dejar el
espacio libre al traslado de diez millones de colonos alemanes y
germanizados. Aquel programa fue puesto en práctica, pero la
resistencia de todo un pueblo lo hizo fracasar. ¿Por qué
actualmente se presenta la Segunda Guerra mundial como un asunto
entre Hitler y los judíos cuando en realidad hubo varios genocidios?
4.
La desvalorización de los verdaderos vencedores de la Segunda Guerra
mundial. Esto comienza con la falsificación de la preguerra: ¡se
acusa a la URSS de haber sido cómplice de Hitler! Sin embargo, no
había dejado de proponerle a los occidentales que se aliaran para
cortar el paso al nazismo; pero esta alianza fue rechazada por
Londres y París, que pactaron con Hitler en Múnich, aprobaron su
alianza con Polonia y le cedieron Checoslovaquia; incitándolo de
esta manera para que atacara Europa del Este, y dejar las manos
libres en Europa occidental. ¡Cómo se han invertido las
responsabilidades!
Y
eso continúa con la negación de las víctimas: ¿quién recuerda en
Occidente que la URSS perdió 23 millones de ciudadanos, China 20
millones y que las pérdidas británicas representan un 1,8% del
total, las pérdidas francesas un 1,4% y las de Estados Unidos un
1,3%? Y esto se concluye en una valorización etnocéntrica y
engañosa del desembarco en Normandía o “Día D”, que se
presenta como un acontecimiento decisivo, mientras que en realidad
Hitler ya había perdido la guerra en 1941, cuando fracasó en la
toma de Moscú y se enredó en la trampa soviética, ¡lo que
confirmó su derrota en Stalingrado en el invierno de 1942-43!
Tan solo el inciso de que después de 75 años de telón de acero y tropelías de los comunistas no ha sido muy dificil instalar el fascismo. Y más con el desmantelamiento del estado. Las bosas de miseria dejadas también se les imputa. De hecho, salvo en dombass no ha habido oposición.
ResponderEliminarTodos los alzamientos contra regímenes comunistas y socialistas lastran ahora sus políticas. Es imposible ni plantear una revolución socialista. Es más, al igual que en USA, creo más probable que se reproduzca el anarquismo a que vuelva el comunismo. Salud! PHkl/tctca
Tal vez, pero ¿qué anarquismo es posible sin comunismo implícito? El problema es el Estado, cuya intrínseca tendencia a autoperpetuarse nos convierte siempre en sus rehenes. Y la conciencia, sin la cual no hay emancipación posible.
EliminarSalud!
Anónimo, mis abuelos los asesinaron en los acantilados cercanos al castillo de San Felipe por ser unos simples campesinos afiliados a la CNT. En mi tierra por entonces el anarquismo tenía un gran seguimiento. Mientras dirigentes anarquistas como Cipriano Mera (coronel del ejercito Repúblicano, además) que traicionaban a los valientes luchadores contra el franquismo que seguían en el frente, tubo un trato por las fuerzas franquistas y luego nazis en Francia, de la que por desgracia no disfrutaron mis abuelos en zonas alejadas del conflicto. Trotsquistas del POUM Joaquim Maurin apresado por los franquistas en los primeros compases del conflicto, fue puesto en libertad pocos años después con un pasaporte gringo. Para luego pasar el resto de su vida, "luchando contra el capitalismo" desde Nueva York, escribiendo panfletos anticomunistas para consumo de pequeño burgueses alienados de la clase obrera. Otro traidor bien recompensado, gran autor tambien de panfletos para consumo de lumpen alienados, Andrade, hacía el camino a la inversa (de Madrid a Barcelona) que hacían Durruri y otros anarquistas cosecuentes que piensan asaltar los cielos y derrotar el fascismo leyendo pasquines propagandísticos y repitiendolos por "Interné", sino en las trincheras defendiendo el "No pasarán".
ResponderEliminarEl resultado, por desgracia, yo nunca volví a tener la fortuna de ver un anarquista en mi tierra defendiendo mis derechos laborales. Nunca conocí un enlace sindical anarquista defendiendo mis derechos, nunca ví un anarquista en un piquete en ninguna de las muchas huelgas en que participé...es que ni siquiera conocí un compañero o amigo de esa tendencia en mis casí 40 años de experiencia laboral. Eso sí describiendo sus pajas mentales por linea, sus supuestas aldeas de Asterix autogestionadas por autistas y libres de la avaricia de los plutócratas con ejercitos estatales o privados. En sus granjas y cooperitivas libres de la contaminación de Monsanto. Las cooperativas que yo conocí, bien autogestionadas con sunvenciones públicas, observé el grado mayor de explotación de mi vida laboral, donde antiguos desertores del arado, ahora eran 25 expltadores dirigiendo cooperativas.
Es una lástima no poder tener la siempre necesaria, ayuda anarquista a la hora de defender mis derechos laborales. Pero si en mi tierra donde antes eran mayoría en el campo, ahora son más raros que un pingüino en el Sahara, es porque ellos se lo buscaron. Por sus traiciones y alianzas. No, por hacer sus revoluciones mientras el fascismo avanza (a ningún revolucionario se le va a decir cuando hacer la Revolución), sino para luego desaparacer dejando a los suyos en la estacada, justo cuando mayor era la represión franquista.
Al fin y al cabo, los proletarios no alimentamos a nuestras familias con idealismos humanistas, ni pajas mentales pacifistas de pequeño burgueses oníricos.
Una lástima, en fin.