El
tiempo real de los calendarios y de los relojes –que no es el
tiempo que pasa, inconcebible– está hecho con la idea de que sí
hay un Futuro. Y no solo eso, sino con la idea también de que el
Futuro es lo primero. Solo a partir de esta fe en el Futuro se
convierte luego el pasado en mera historia –en lugar de dejarle ser
una memoria viva que seguiría cumpliendo su cometido. Así se
convierte el pasado en fechas, documentos, historia. Pero esto ocurre
por imitación del Futuro que nos han inventado y en el cual la
lengua común no participa, sino solo los dialectos superiores,
incluyendo los matemáticos, al servicio de la ciencia. En ese Futuro
no pasa nada y, por tanto, se puede jugar con los números, con los
presupuestos de la banca, con los presupuestos de los estados, con
las leyes que previenen y prevén lo que se debe hacer: lo que se
quiera, puesto que el futuro es un vacío… que no nos deja vivir,
cambiándonos la vida por un Futuro.
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Nos han inventado el futuro porque también nos inventan el pasado. Tiempo manipulado.
ResponderEliminarPresente inoperante.