POLITIKA
– 23/01/2020
Toda la clase política unida junto a Piñera para salvar el modelo. |
Un gobierno desfondado
cuyo rechazo no solo es una función de la estadística sino que una
expresión de la más profunda inmoralidad, basa su acción en un
Congreso rechazado por corrupto, inepto e inútil, en el cual los
partidos políticos, al borde de la extinción abrumados por la
corrupción y la más perfecta inutilidad, se han dado la tarea de
salvar todo lo que hay.
Como si nada sucediera en
el país.
O, lo que es lo mismo,
como si lo que está palpitando fuera una cuestión solo derivada del
orden público, como acentúan con rasgos de una torpeza solemne los
dirigentes del orden.
Entre que no tienen
elementos alfabéticos para leer lo que estalla frente a sus ojos y
el no querer hacerlo por el impacto que genera el pánico ante la
vastedad no solo de su fracaso, sino de lo que se puede venir encima,
el régimen se apresta a ejecutar un nuevo tipo de Golpe de Estado:
la ocupación del país mediante leyes que no son sino mecanismos de
represión militar.
La autorización de las
FF.AA. para resguardar lo que se nombra como infraestructura crítica
no es sino un eufemismo para plagar de soldados el territorio en el
que hasta un puente, una carretera o una venta de pan, resultarán
ser también Infraestructura Crítica y en breve, los muertos sumaran
cientos o miles.
Agregue la Ley Anti
saqueos, Anti El que Baila Pasa y Anti barricadas, sumadas a la
abrumadora legislación antisubversiva y represiva que se ha
acumulado en treinta años de mentirosa transición, usted verá que
estamos en peligro. Los golpes de Estado son ahora de nuevo tipo:
perfectamente legales.
Cuando los militares
traidores asaltaron La Moneda violaron la ley. Ahora la van a
cumplir.
Súmele como un aderezo
necesario para que toda dictadura funcione, un poder judicial amoral,
sometido, que abandona su rol de administradores de justicia y la
defensa de los derechos de las personas, y una prensa obsecuente,
acrítica, entregada al poderoso y en muchos casos vendida o
arrendada.
La Revolución de
Octubre, nombrar este fenómeno como un Estallido es creerlo como
algo que de súbito solo mete ruido, viene a poner sobre la mesa lo
que muchos han dicho: esta es una dictadura.
Cierto sentido común
instalado por la fuerza de la manipulación mediática, dirá que no
hay militares en el gobierno y que hay Estado de derecho y
elecciones.
Ha habido votaciones,
pero no democracia. Habrá habido instituciones pretendidamente
democráticas, pero no ha habido democracia. Y el vapuleado Estado de
derecho lo han esgrimido solo cuando les interesa meterle bala al
insurrecto.
Lo que sí ha habido son
asesinatos, perseguidos, encarcelados, torturados, desaparecidos,
violados, mutilados, abusados, saqueados, reprimidos, espiados,
amenazados.
¿Sumará todo eso un
rasgo de la democracia que pregonan los corruptos a cargo del Estado
y sus cómplices del sistema político?
El caso es que en Chile
no ha habido democracia en los últimos cuarenta y siete años.
Por más que intenten
hacer aparecer el tinglado pos dictatorial con una pátina de barniz
pseudo democrático. Por más que parezcan gente decente. Por más
que se llenen la boca con palabras altisonantes en las que no creen
ni mierda.
Y precisamente haber
vivido en esa falsía durante todos estos decenios es lo que revienta
en las plazas y calles del país. Lo que estalla ante las narices de
sus responsables es esa contradicción: creer que se vive en
democracia y que la realidad, porfiada, te diga otra cosa.
La real transición
democrática se comienza a imponer. Empieza a ser necesaria. Pocas
cosas tan democráticas como el pueblo manifestando su rabia en las
calles.
Y, por cierto y con toda
razón, quienes se han beneficiado hasta el hartazgo de esta
dictadura travestida en democracia, son quienes ven amenazados sus
muchos intereses y reaccionan de la única manera que reacciona una
tiranía: mediante la violencia más aguda.
Esta vez, disfrazada de
orden público.
La resolución de la
contradicción entre democracia y dictadura necesariamente va a
generar una energía difícil de domar.
Obligará a tomar partido
a los indecisos. A crear maneras nuevas de organizarse. Las Asambleas
de barrios toman cada vez un rol imposible de sustituir. La gente
toma en sus manos sus reflexiones, decisiones y soluciones. No es
necesario que existan intermediarios que se propongan buenamente, la
representación de personas que pueden hacerlo por sí mismas.
Cursó rápido la
necesidad de intentar formas nuevas de luchar y hacer frente a una
represión que no se mide en gasto ni en crueldad. ¿Cuánto falta
para que la gente asalte una comisaría y se arme para defenderse?
Vea que los personeros de
la ex concertación deberán tomar partido porque en adelante no será
posible estar y no estar. Algunos de esos sujetos ya han optado por
la ultraderecha, a juzgar por sus votos. La polarización que viene
no permite ni el doble estándar desvergonzado ni la traición
impune.
Este es un proceso del
que no se sabe mucho.
Algunos teóricos estarán
tratando de encajar a la fuerza lo que pasa en la calles a los
preceptos de sus íconos. Otros, menos versados, estarán al aguaite
de lo que salga de la valentía de la gente, que, después de todo,
es la base en la que se sustenta toda teoría, por muy emplumada que
sea o haya sido.
La misma gente que ha
terminado con todas las dictaduras que ha habido.
Ricardo Candia: Uno de los choros sobrevivientes de la cancha de tortura de Santiago de Chile. Donde la bestia del general Pinochet mataba.
ResponderEliminarDesconocía ese dato. Gracias, .Chiloé.
EliminarLoam la página del 25.01 no se abre. Gracias y salud, Daniel
ResponderEliminarGracias, Daniel. Esa página mostraba una retransmisión en directo desde Chile, Plaza Dignidad, cuya transmisión cesó, por eso no tenía sentido mantener la publicación y la eliminé. Te agradezco mucho la advertencia, compañero.
EliminarSalud!
Cuanto más poder tiene la oligarquía menos importan las leyes de un país. Pueden pasar generaciones como estamos viende hasta que el pueblo coje fuerza o su poder decae.
ResponderEliminarSalud!