"Crear una nueva
cultura no significa sólo hacer individualmente descubrimientos
«originales» sino que significa también y especialmente difundir
críticamente verdades ya descubiertas, “socializarlas” por así
decir y, por consiguiente, convertirlas en base de acciones vitales,
en elemento de coordinación y de orden intelectual y moral. Llevar a
una masa de hombres a pensar coherentemente y de modo unitario el
presente real y efectivo es un hecho filosófico mucho más
importante y «original» que el descubrimiento por parte de un
«genio» filosófico de una nueva verdad que se convierte en
patrimonio exclusivo de pequeños grupos intelectuales".
[…]
"Al plantear los
problemas histórico-críticos no se debe concebir la discusión
científica como un proceso judicial, con un acusado y un fiscal que,
por obligación, debe demostrar que el acusado es culpable y debe ser
puesto fuera de la circulación. En la discusión científica se
supone que el interés radica en la búsqueda de la verdad y en el
progreso de la ciencia y por esto demuestra ser más «avanzado» el
que adopta el punto de vista de que el adversario puede expresar una
exigencia que debe incorporarse, aunque sea como momento subordinado,
a la propia construcción. Comprender y valorar realísticamente la
posición y las razones del adversario (y a veces el adversario es
todo el pensamiento anterior) significa precisamente haberse liberado
de la prisión de las ideologías (en el sentido peyorativo de ciego
fanatismo ideológico), es decir, significa adoptar un punto de vista
"crítico" el único fecundo en la investigación
científica".
Antonio Gramsci,
Introducción a la filosofía de la praxis
Se ve que no leyó el libro de Edwar Barnes sobre los estilos de vida y la creación de cultura.
ResponderEliminarSalud!