27 julio, 2023

La 'carne de cañón' de Zelensky – Christina Sizova

 

Mercenarios se dirigen a Ucrania desde Polonia. 2 de marzo de 2022 (Foto: AP Photo)


La 'carne de cañón' de Zelensky: insólita vida y absurda muerte de los mercenarios extranjeros que luchan en Ucrania.


Kolozeg.Org – 25/07/2023

   Traducción del Inglés: Arrezafe


"Mis compañeros han muerto y siguen muriendo. He visto cosas aquí que, desde una perspectiva militar, están más allá de lo soportable", dice un mercenario australiano.


Desde el comienzo de la operación militar rusa, miles de mercenarios extranjeros se han unido a las fuerzas armadas ucranianas. Llegaron a Ucrania de todo el mundo, pero sobre todo de Polonia, Estados Unidos y Canadá. Recientemente, sin embargo, parece que su interés en luchar por Kiev se ha desvanecido significativamente. Esto es evidente tanto a partir de las estimaciones proporcionadas por el Ministerio de Defensa de Rusia como de los informes de los medios de comunicación extranjeros.


Los mercenarios están perdiendo interés


Desde el 24 de febrero de 2022, 11.675 mercenarios extranjeros llegados de 84 países se han unido a las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU por sus siglas en inglés). Así lo afirmó el Ministerio de Defensa ruso el 10 de julio.


Al parecer, el mayor número de mercenarios provino de Polonia (más de 2600), Estados Unidos (más de 900) Canadá (más de 900), Georgia (más de 800), Gran Bretaña (más de 700), Rumanía (más de 700), Croacia (más de 300), así como de Francia y la parte de Siria controlada por Türkiye (más de 200 de cada país).


Según Moscú, la afluencia máxima de mercenarios extranjeros tuvo lugar de marzo a abril del año pasado, pero tras las primeras bajas, la tasa de incorporación disminuyó repentinamente.


El número de mercenarios extranjeros en Ucrania parece estar disminuyendo rápidamente. El Ministerio de Defensa de Rusia cree que hoy sólo quedan alrededor de 2.000. También ha afirmado que unos 5.000 voluntarios extranjeros huyeron de Ucrania después de ver cómo los trataban las autoridades.


Según informes, durante los interrogatorios, los militares ucranianos capturados manifestaron que los comandantes de las unidades ucranianas de primera línea no se consideran responsables de las pérdidas entre los mercenarios.


"El comando ucraniano lanza unidades con mercenarios extranjeros en los llamados 'asaltos picadora de carne' contra posiciones rusas. Los mercenarios heridos son los últimos en ser evacuados, sólo después de que todos los militares ucranianos hayan sido retirados [del campo de batalla]", manifestó el Ministerio de Defensa ruso.


Poco después del inicio de la ofensiva de Rusia, el presidente Vladimir Zelensky anunció la formación de la Legión Internacional de Defensa Territorial para atraer voluntarios extranjeros a Ucrania. El Ministerio de Defensa de Ucrania afirmó que más de 20.000 personas querían unirse.


Sin embargo, en marzo de este año, el New York Times calificó los datos de exagerados:


"Inicialmente, los funcionarios ucranianos se jactaron del alistamiento de 20.000 voluntarios a la Legión, pero en realidad se alistaron muchos menos. Actualmente, hay alrededor de 1.500 miembros en dicha organización", según el artículo.


Citando documentos internos, el periódico señaló que la Legión estaba experimentando problemas y que el reclutamiento se había "estancado". Como afirmó en marzo el Proyecto Contra el Extremismo, con sede en Washington, la Legión y otros grupos vinculados a ella "siguen reclutando a personas consideradas no aptas para desempeñar sus funciones".


Nuevas regiones de reclutamiento


Moscú observa que, debido a problemas con la movilización en Ucrania y a sus considerables pérdidas, Kiev ha comenzado a reclutar activamente combatientes de Asia, América Latina y Medio Oriente, en particular, de Argentina, Brasil, Afganistán, Irak y "zonas de Siria controladas por Estados Unidos". Mientras tanto, en Polonia, el Reino Unido y otros países europeos, el interés en luchar por Ucrania está cayendo.


El artículo del New York Times respalda la información del Ministerio de Defensa de Rusia sobre los países en los están tratando activamente de reclutar mercenarios para unirse a la lucha en Ucrania. En dicho artículo se hace referencia a Ryan Routh, extrabajador de la construcción de Carolina del Norte que pasó varios meses en Ucrania el año pasado y que ahora busca reclutas entre los soldados afganos que huyeron de los talibanes, y que planea trasladarlos a Ucrania desde Pakistán e Irán, en algunos casos ilegalmente. A pesar de ello, parece ser que hay decenas de personas interesadas en incorporarse.


"Probablemente podamos comprar algunos pasaportes a través de Pakistán, dado que es un país muy corrupto", declaró Routh en una entrevista desde Washington.


Se desconoce si el plan de Routh funcionó, pero un exsoldado afgano manifestó que había sido contactado y que estaba interesado en incorporarse a la lucha si ello le permitía salir de Irán, donde ha estado residiendo ilegalmente.


Más gastos que ganancias


Según el canal de televisión alemán RTL, los extranjeros que se unen a la Legión Internacional firman un contrato con el ejército ucraniano y reciben un salario de unos 500 euros (550 dólares) al mes, o 3000 euros si sirven en el frente.


RTL asegura que la mayoría de los ciudadanos franceses que se unen a las fuerzas armadas ucranianas (AFU por sus siglas en inglés) compran su propio equipo, ya que el ejército ucraniano no puede proporcionarles equipamiento a todos. Un mercenario, que ha estado en Ucrania desde el comienzo del conflicto y desea permanecer en el anonimato, dijo haber gastado casi 50.000 euros. Por ejemplo, un rifle de asalto cuesta 4.000 €, pero hay quienes llegan incluso a comprar coches para ir al frente. Algunos gastan sus ahorros personales, mientras que otros anuncian en línea campañas de recaudación de fondos, informa RTL.


Al comienzo del conflicto, los medios publicaron que alrededor de 800 ciudadanos franceses estaban interesados en convertirse en combatientes voluntarios, pero en realidad aproximadamente sólo la mitad de ellos se unieron al ejército ucraniano. Algunos, que permanecieron en la zona de conflicto durante varios días, regresaron a Francia; estos fueron apodados "combatientes de TikTok". Otros "se iban y volvían de vez en cuando". Según RTL, 100 franceses luchan actualmente en Ucrania.


Diez minutos para evaluar candidatos


No todos los que desean unirse a la Legión son admitidos. Según RTL, las Fuerzas Armadas de Ucrania tienen requisitos específicos: quieren personas con experiencia previa en combate o entrenamiento militar, que estén familiarizadas con el manejo de armas.


Algunos candidatos incluso falsificaron detalles de sus biografías para servir en la Legión, revelaron varios exmiembros de la Legión al New York Times. Según ellos, algunos declararon haber participado en operaciones de combate de los Estados Unidos, otros aseguraron tener experiencia en fuerzas especiales, aunque nada era cierto. Sin embargo, la autoridad ucraniana no dedicó más de diez minutos a evaluar a cada candidato.


Como resultado de tan pésima gestión, un ciudadano polaco, previamente condenado en Ucrania por violar las reglas del manejo de armas, ocupó un alto cargo en la Legión durante mucho tiempo. Como manifestaron los soldados al Kyiv Independent, durante su servicio en la Legión robó municiones, intentó acosar a las mujeres y amenazó a los soldados.


El simple procedimiento requerido para unirse a la Legión fue lo que trajo al ciudadano estadounidense John McIntyre a Ucrania. Unirse a la Legión, dijo McIntyre, fue tan fácil como "atravesar la puerta". Aunque presentó documentos y certificados de su servicio militar en la Embajada de Ucrania en los EEUU, sólo se verificó su pasaporte. Todo lo que tenía que hacer era firmar el contrato.


John McIntyre. © RT


Según John, el quería alistarse de parte de Ucrania, no porque la apoyara, sino porque apoyaba a Rusia.


"En un principio mi intención era combatir del lado de Rusia, pero pensé que si me situaba del otro lado podría obtener información que ayudara al ejército ruso. Lo hablé con mis amigos. Me dijeron: 'No, es un suicidio. No lo hagas. Nunca tendrás éxito'. Pero aquí estoy, sentado en tu estudio y hablando contigo", manifestó en una entrevista con Komsomolskaya Pravda Radio.


Según McIntyre, antes de que la base de la Legión Extranjera en Yavorov fuera atacada, había 1.000 mercenarios estacionados allí. Tras el ataque, el número se redujo a 600. Un mes después de la primera batalla y la posterior disolución de uno de los pelotones de la Legión debido a desacuerdos con el comandante, quedaban 300 combatientes, y una semana después, el número disminuyó aún más, reduciéndose a sólo 150.


"Esos hombres no están muertos, son fugitivos. Estadounidenses, canadienses y demás tipos con experiencia en los ejércitos de la OTAN, magníficamente equipados, que tras ver algunas bombas rusas, simplemente regresaron a casa", dijo McIntyre.


También habló sobre los crímenes de guerra de Ucrania, de los que fue testigo, en particular, cómo se ejecutó a los prisioneros rusos, cómo los militares ucranianos se disfrazaron de civiles y entraron en los asentamientos, cómo transportaron armas en ambulancias y cómo se escondieron en el sótano de una escuela mientras los civiles permanecían en los pisos superiores.


"Hay muertos por todas partes"


La situación en el frente horrorizó a un mercenario irlandés de 28 años, Rhys Byrne, quien en una entrevista con Sky News calificó la llamada contraofensiva ucraniana de "caos":


"La 'línea cero' es el horror. Es el horror. Es simplemente un genocidio. Es una masacre. Hay muertos por todas partes. Rusos muertos. Muertos ucranianos…. el mayor problema que tenemos en las las trincheras es tener que pasar por encima de los cadáveres de los últimos soldados que entraron, realmente todas estas cosas son imborrables", dijo Byrne .


Para Byrne, la "el colmo" fue un encuentro con un tanque ruso y tropas rusas, como resultado de lo cual casi lo matan. Según Byrne, la tarea de su unidad era asaltar las trincheras rusas, despejarlas y mantener la posición hasta que llegaran las unidades auxiliares. Pero lo que sucedió fue que su unidad, 40 personas, incluidos ucranianos, estadounidenses y británicos, no tenía cobertura aérea y varios tanques ucranianos llegaron incluso a abandonar sus posiciones durante la batalla.


En un determinado momento, vieron otro tanque y creyeron que era uno de los suyos, dada la dificultad de distinguir entre equipos ucranianos y rusos. Pero el tanque les disparó directamente. Los que sobrevivieron se escondieron en el bosque.


Finalmente, fueron salvados por una camioneta ucraniana, pero durante algún tiempo los combatientes pensaron que morirían, ya que el tanque ruso los perseguía.


"Ahí teníamos al tanque literalmente viniendo a por nosotros, comenzando a perseguirnos. Y eso es aterrador, ver un gran T-72 que viene por ti y estás en una camioneta Humvee. Sí, es como un cuchillo caliente atravesando mantequilla. Estás liquidado. Y entonces, de nuevo, todos estamos gritando al conductor, maneja el Humvee, maneja el Humvee. Me estaba volviendo loco", dijo Byrne.


"El peor día en Afganistán o Irak es un gran día en Ucrania"


David Bramlette estaba en camino de obtener una maestría en asuntos internacionales por la Universidad Johns Hopkins cuando comenzó la ofensiva rusa en Ucrania. Como dijo en una entrevista con The Daily Beast, tan sólo unos días antes de la ofensiva había estado discutiendo la probabilidad de un conflicto armado y lo consideró inverosímil. Pero cuando comenzaron los combates, David, que anteriormente había servido en Irak y Afganistán, se sintió obligado a participar en el conflicto.


El ex marine Troy Offenbecker, que también decidió ir a pelear a Ucrania, manifestó en The Daily Beast que tomó la decisión tras oír sobre las "atrocidades rusas contra los ucranianos".


Troy Offenbecker


"Esta es la tercera guerra en la que lucho, y es, con mucho, la peor. Te están acribillando sin cesar con artillería y tanques. La semana pasada, un avión lanzó una bomba junto a nosotros, como a 300 metros de distancia. Es una espantosa mierda", dijo.


Cuando Offenbecker llegó a Ucrania, algunos de sus colegas del ejército le escribieron preguntándole cómo unirse a la Legión. Pero ignoró sus mensajes durante meses.


"Para ser honesto, era tan terrible, que no quería involucrar a nadie más", dijo.


Bramlette estaba de acuerdo y añadió que las misiones de combate en Ucrania eran agotadoras. "El peor día en Afganistán e Irak es un gran día en Ucrania", remató el combatiente.


Movido por consideraciones morales, Offenbecker permanece en la zona de guerra. "Miro a estos niños, y veo a mi propio hijo, sobrina y sobrinos. Si ellos se hallaran en las mismas circunstancias, yo también esperaría que personas de todo el mundo vinieran y trataran de ayudar a mantenerlos a salvo y protegidos. Eso es lo que me mantiene aquí", dijo.


Bramlette, sin embargo, decidió lo contrario. Dijo que con la llegada del invierno, decidió enviar a los miembros de su pequeña unidad de regreso a casa para descansar un poco. En aquel momento, se hizo cada vez más difícil mantenerse fuera de la vista de las tropas rusas ya que el follaje había desaparecido y no había dónde esconderse. Además, los vehículos de la unidad se estropeaban constantemente y se les acababa el dinero. Temían que sin un cambio de táctica de batalla, fracasarían. "Tenía miedo de que saliéramos al frente e hiciéramos lo que normalmente hacemos, básicamente morir todos".


Bramlette nunca volvió al frente. Reevaluando la situación durante sus vacaciones de invierno, llegó a la conclusión de que no estaba listo para regresar y seguir luchando.


Sin embargo, no todos tienen la suerte de abandonar la zona de guerra. Un australiano que luchó contra Rusia del lado de la AFU declaró a la radio ABC que los soldados extranjeros fueron amenazados con encarcelamiento por intentar irse. Temiendo por su propia vida, se identificó como "Bush" (un seudónimo militar ficticio) y dijo que la incompetencia de los comandantes del ejército ucraniano pone en peligro la vida de los mercenarios extranjeros.


"Mis compañeros han muerto y siguen muriendo. He visto cosas aquí que, desde una perspectiva militar, son más que inaceptables y lamentablemente están perjudicando a Ucrania". Preguntado si temía por su seguridad, respondió: "Absolutamente, 100 por ciento".



2 comentarios :

  1. A grosso modo el post describe bastante bien la vida de los mercenarios. Tiene algunos fallos, sobre todo en lo concerniente a cantidades tanto de mercenarios, o como extranjeros, que han sido muchisimos más de los que se menciona. Tan solo mirar los mapas y que hay varias brigadas bielorrusas, polacas y rumanas; esos son varios miles de combatientes. O por ejemplo, las rotaciones que se suelen hacer cada 3-6 meses, según el contrato, implica que se han empleado seguramente el doble de mercenerios que lo mencionado. En Polonia, ya principios de año se contabilizaban más de 2000 muertos. Rusia desnazifica y desarma occidente. Carne pa la picadora. Salud!

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    1. Estoy de acuerdo con tu observación, yo también pienso y deduzco que son muchos más. Creo que la autora del artículo se ha guiado por los datos ofrecidos por el Mº de Defensa Ruso, que suelen ser extremadamente cautos y siempre a la baja.

      Salud!

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