06 octubre, 2023

El tejado de las FFAA de Ucrania y sus cuantiosas goteras — Voenkor Marat Khairullin

 


EL TEJADO DE LAS FUERZAS ARMADAS DE UCRANIA TIENE GOTERAS QUE AFECTAN DEFENSA, RETAGUARDIA, LOGÍSTICA, SANIDAD…


SONAR21.com – 05/10/2023

   Traducción del inglés: Arrezafe


[NOTA: El siguiente artículo fue publicado por Marat Khairullin en su canal de Telegram. Se trata de su columna-informe del miércoles. que publico aquí con su permiso]


A finales de la semana pasada parecía que reinaba cierta calma en el frente: los ucranianos, a costa de enormes pérdidas, lograron, si no detenerlo, al menos frenar significativamente el avance de nuestras tropas en la línea de Kupyansk a Kremennaya. Pero eso no es todo. A estas horas, la 47.ª División de Tanques rusa, con el apoyo de unidades de la 74.ª Brigada de Guardias y los aviones de ataque del 23.º Regimiento Aerotransportado, están sacudiendo seriamente las defensas ucranianas cerca de Makeyevka.


Situada en la frontera de la región de Lugansk, los ucranianos convirtieron una pequeña aldea en una poderosa zona fortificada que controlaba un importante cruce de caminos. Uno que conduce al embalse de Oskol y otro que pasa por Makeyevka.


Permítanme recordarles que la segunda carretera importante de este tramo del frente pasa por Raigorodok hasta Pervomaiskoye. Las fuerzas rusas comenzaron a posicionarse allí hace unas semanas.


La segunda carretera en el cruce cerca de Makeevka es una carretera pequeña pero importante (discurre a lo largo de la línea del frente) que conduce a Yampolovka, donde las tropas rusas se atrincheraron hace unas semanas.


Los paracaidistas y soldados de infantería rusos están tomando posiciones en las afueras de Makeyevka, avanzando simultáneamente por dos sectores: el norte y el sur.


Los ucranianos, según diversas fuentes, ya han iniciado una rápida retirada más allá del río Zherebets, que atraviesa este pueblo.


Pero el acontecimiento principal de la semana no es este movimiento de tropas rusas. Forzar la retirada de los soldados ucranianos más allá del río es una excelente decisión estratégica de los planificadores rusos que, una vez más, engañaron a las Fuerzas Armadas de Ucrania.


En un intento por detener el avance de nuestras tropas en esta sección del frente (permítanme recordarles que su longitud es de más de 100 km), los ucranianos desplegaron alrededor de 80 mil tropas de refuerzo en la región de Makeyevka, de hecho, todo el personal del que disponían.


Este despliegue comenzó, si lo recuerdan, hace más de un mes, cuando Rusia inesperadamente avanzó simultáneamente bajo Sinkovka, en el flanco norte, estableciendo tras cruzar el río Zherebets una cabeza de puente en Karamzinovsky. También ocuparon la importante estación de Kislovka, los pueblos de Novoselovskoye y Krakhmalnoye, llegaron a las afueras de Yampolovka y se afianzaron en las afueras de Torskoye.


A lo largo de agosto y septiembre, los ucranianos intentaron desesperadamente detener esta "ofensiva rusa". En septiembre, el general ucraniano Syrsky anunció que había logrado detenerla.


Pero su contraataque sólo alcanzó el frente ruso tras más de un mes de combates. Algo que normalmente los ucranianos no consiguen. Syrsky se ha convertido desde hace mucho tiempo en un campeón de victorias virtuales y al mismo tiempo en el principal culpable de las catastróficas bajas de las Fuerzas Armadas de Ucrania.


Los soldados ucranianos apodan a Syrsky "Sangriento" debido a las monstruosas pérdidas que acompañan todas sus aventuras militares.


Se dice que los soldados ucranianos se quejan sarcásticamente: si quieres morir, ve a pelear cerca de Syrsky, él sabe muy bien cómo matar a sus soldados de manera más efectiva.


Puede rías, pero la advertencia de los soldados se está cumpliendo. Antes de que Syrsky tuviera tiempo de disfrutar de su "rara victoria", los astutos rusos volvieron a gastarle una mala pasada. Bombardearon los principales cruces del río Oskol. Y así, el grupo de 200.000 ucranianos concentrados en la zona, desde Kremennaya hasta Kupyansk, quedó atrapado en la orilla oriental del Oskol.


Ahora observe atentamente el mapa, en el lugar más ancho, al lado de la cornisa Torsky, enclave que permite controlar el cruce más importante sobre el río Zherebets, y que abre acceso a la carretera a Liman, Izyum, etc. La cabeza de puente de los Ukros está a unos 30 km, pero su anchura oscila entre 10 y 20 km.


Por eso en esta zona la concentración de armamento pesado es aún mayor. Artillería (sin problemas para alcanzar más de 30 km), morteros, bombas MLRS y FAB-500. Y en fin, los cohetes geranios [drones Geran-2].


Ya sabes, así de imbécil has de ser para conducir constantemente, brigada tras brigada, semana tras semana, a esta trampa, golpeándote alegremente con el talón, ni siquiera el pecho, sino la frente. ¿Obtener una sucesión de victorias mediáticas, mientras todo indica que obviamente estás siendo atraído abiertamente a una trampa para ratas?


Perdón, pero realmente hay que ser completamente idiota para meter el cuello en la horca, apretarlo y divertirse mientras caes.


Por ejemplo, los nuestros derribaron todos los almacenes cercanos en la orilla occidental de Oskol, pero no tocaron ni los cruces ferroviarios ni los puentes (ahí va otro saludo a nuestros estúpidos sofás [en referencia a los analistas adictos a la televisión], especialmente a aquellos que aleccionan a nuestro Estado Mayor de cómo ha de hacerse correctamente).


Es decir, para cualquier teniente de infantería ruso estaba claro que en la orilla este del Oskol había una enorme "trampa para ratas". Meterse en la misma supone, como mínimo, una estupidez, y terminarás planchado como una bandeja de cobre. Pero lo que está claro para los tenientes rusos, a los generales ucranianos no les importa.


Quiero subrayar que, al parecer, no se trata siquiera de una necesidad política, lo cuál indica que el cretinismo más avezado ha alcanzado su etapa extrema.


Juzgue usted mismo: la necesidad política en interés de Occidente dicta que los ucranianos resistan y mueran lenta y gradualmente hasta la elección del abuelo chupasangre Biden, después podrán, incluso con todas las Fuerzas Armadas de Ucrania, ahorcarse públicamente. A los estadounidenses ya no les importará. En estas condiciones, lo más razonable para los Ukros sería retirarse más allá de Oskol y establecer una defensa sólida. No tenían necesidad de controlar la orilla este. Pero los eneldos [en referencia a los ucranianos, denominados “Ukrops” = “eneldo” en ruso] no son el tipo de gente que renunciaría a convertirse en albóndiga sin luchar, después de todo, eso es lo que venden a Occidente, que los ucranianos nunca retroceden y nunca renuncian a un solo acuerdo sin luchar. Toda su estrategia se basa en esto: convertir cada asentamiento en una fortaleza. Esta es una de las características favoritas que los británicos venden en Occidente: mira, mira lo estúpidos y tercos que somos, ni un paso atrás. La retirada como maniobra táctica no existe para nosotros. No nos importa cuántos soldados y civiles mueran, lo principal es infligir al menos algunas pérdidas a los rusos, al tiempo que convertimos sus ciudades en ruinas para joderlos: que las reconstruyan, ja, ja, ja...


Pero la estupidez de las personas estúpidas simplemente las incapacita para ver dos palmos más allá de sus estúpidas narices..


Una tarea completamente imposible para ellos no es sólo la de proporcionar alternativas según el desarrollo de los acontecimientos, sino también la de concebir un plan B para cada situación dada (se trata matemáticas cuánticas, algo que, al parecer, sólo los cuánticos y los rusos saben hacer).


Los Ukros no se dan cuenta de que, mostrando su característica terquedad una y otra vez, se vuelven muy predecibles: no sabemos cómo atacar, así pues simplemente golpeamos la frente contra la pared. Este es el resultado: los rusos se retiraron cediendo todo un kilómetro. Qué grandes, derrotamos a los rusos haciéndoles ceder un kilómetro entero, qué maravillosa victoria mediática esta.


Lo cierto es que, al tiempo que celebraban su mediática victoria, los ucranianos caían atrapados en un saco de fuego muriendo como moscas, lo cual, dada su estupidez, no parece importarles, así que bailan el gopak y descansan. Hasta hoy, el principal símbolo de dicha estupidez han sido precisamente esas bolsas de fuego que ellos mismos tejían cerca de Rabotino, Staromayorsky y Kleshcheevka, y lo más significativo es que permanecían en ellas, mes tras mes, bajo la mirada asombrada del mundo entero.


Sin embargo, en la cabeza de puente de Oskol los ucranianos se superaron a sí mismos: resultando que, como el universo, la estupidez del Ukro también es ilimitada. Al menos por ahora, no vemos sus límites. Porque se necesita mucha necedad para conducir a 200 mil personas a una trampa mortal y, encima, regocijarse.


Por supuesto, nuestros sofás dirán muy circunspectos que aún es demasiado pronto para alegrarse, que todavía tenemos que matarlos a todos, pero que  no tenemos obuses, y que en general todo cuanto teníamos se ha esfumado. No obstante, los ucranianos pronto tomarán Crimea. Vaya, nos quemaron otro de nuestros graneros. Es igual, mañana definitivamente beberemos cerveza en Sebastopol por tres hryvnia…


Al respecto, diré que nuestros sofás no se diferencian mucho de los peces guppys o de los peces ukro: ambos poseen exactamente el mismo nivel de inteligencia, no olviden que el sofá es solo un mueble, es decir, un tocho de madera, motivo por el cuál no sabe sacar conclusiones. Básicamente, estos tochos de madera no acostumbran a pensar, sólo sirven para que sus dueños se sienten sobre ellos.


No sé exactamente cómo estos nazis serán eliminados, pero veo que nuestros generales no cesan de idear movimientos increíblemente hermosos y astutos.




Si los ucranianos exhiben una persistencia asombrosa en su estupidez, nuestros generales muestran una asombrosa serenidad mental. Y, dada la ecuación, entiendo yo que algo delicioso se les ocurrirá de postre para esta opípara cena a la que atrajeron a un grupo de doscientos mil enemigos. Lo principal es que ya se han sentado a esta mesa. Y es por eso que, yo personalmente, ni siquiera me aventuro a predecir hacia dónde vuela el pensamiento de nuestros planificadores y estrategas (veréis, también soy muy modesto), sino que simplemente disfruto de la gran partida en espera del próximo éxito de taquilla.


Basándose en la reciente experiencia de nuestro Estado Mayor, que una tras otra ha originado auténticas obras maestras con la estabilidad propia de una cadena de montaje, es seguro que se producirá otro golpe maestro.


La situación indica que las Fuerzas Armadas de Ucrania tienen goteras generalizadas: no son capaces de tomar las más elementales decisiones militares. Algo que, dicho sea de paso, esto está sucediendo en todos los niveles, propiciando una parálisis total de los mecanismos básicos de control. Por ejemplo, el apoyo logístico, que afecta al conjunto de todo el ejército.


Hace tiempo que quiero escribir un artículo específicamente sobre la cuestión logística, revelaría muchas y muy sorprendentes cosas. Solemos prestar atención solamente a lo que está situado en la superficie, es decir, en la línea del frente. Pero hoy la guerra es, en primer lugar, apoyo logístico: quien disponga y domine este componente, gana. Este, el logístico, es uno de los actores más importantes para la victoria. Y en una guerra de larga duración y supervivencia, éste es, sin exagerar, el factor principal.


Aquellas personas que han estado en primera línea durante mucho tiempo, incluso desde nuestro lado, son testigos de lo que al respecto le está sucediendo a los Ukros en la más cercana retaguardia. Esto es digno de destacar, porque indica por sí solo que han perdido esta guerra.


Asunto extenso y aparte es el de la medicina militar. Hoy, los ucranianos admiten casi oficialmente que evacuan menos de un tercio de los heridos del campo de batalla, tratándose en su mayoría de heridos que pueden salir por su propio pie del combate y llegar al hospital. Si un soldado común resulta gravemente herido, simplemente no le será posible sobrevivir.


Por ejemplo, sabemos con seguridad que los soldados comunes y corrientes son llevados a uno de los grandes hospitales cercanos de las Fuerzas Armadas de Ucrania, en Kurakhovo, para recibir tratamiento sólo mediante soborno. Imagínense, hay que pagar para que un soldado herido sea urgentemente hospitalizado y pueda recibir asistencia quirúrgica.


No sólo hay una escasez catastrófica de hospitales en la zona cercana al frente. No sólo carecen los ucranianos  de unidades médicas especializadas, sino que la medicina militar de la que disponen también es una rama corrupta. ¿Sabes qué significa esto? Que ciertamente estarán jodidos, aunque ni siquiera a sus propios médicos, y mucho menos a sus generales, les importa una mierda.


Un pueblo que no se ama a sí mismo está condenado.



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