08 julio, 2024

Zelensky se quedó sin dinero, sin hombres y sin opciones – Declan Hayes

 


Kolozeg.Org – 08/07/2024

   Traducción del inglés: Arrezafe


Russia Today informa que Zelensky, el perro rabioso atiborrado de cocaína, ladra de nuevo, esta vez exigiendo que el ex presidente Trump anticipe cómo pretende poner fin a la guerra entre los partidarios de Zelensky y los rusos al este de Kiev que la OTAN no logró exterminar. Ni Trump ni nadie tiene nada que explicarle a Zelensky, cuyas dotes de actor y mendigo son ahora totalmente irrelevantes para el destino final de Ucrania.


Para entenderlo, basta recordar cuáles eran los objetivos de la guerra de la OTAN y cuáles sus medios para alcanzarlos. El objetivo era que BlackRock y otras empresas depredadoras similares se adueñaran de Ucrania y de los territorios situados al este de ese país, y que las fuerzas armadas ucranianas fueran la punta de lanza que la OTAN utilizaría para desmembrar a Rusia.


Para ello, Zelensky y sus compinches recibieron líneas de crédito casi ilimitadas a cambio de las escrituras de propiedad de Ucrania, créditos que se financiarían con los éxitos de los ucranianos en el campo de batalla. Lamentablemente para ellos, esto no sucedió y las Fuerzas Armadas de Rusia siguen enviando a sus homólogos ucranianos a la tumba prematuramente a un ritmo insostenible para Ucrania.


No se trata de denigrar a las Fuerzas Armadas de Ucrania, pero sí de tener en cuenta que, al igual que la Wehrmacht después de Kursk, no tienen ninguna posibilidad de prevalecer. En ese sentido, vale la pena recordar lo que el ex jefe del Estado Mayor de Hitler, Hans Guderian, señaló tras la batalla de Kursk: "No habrá más períodos de calma en el Frente Oriental. A partir de ahora, el enemigo [ruso] está en posesión indiscutible de la iniciativa".


Lo mismo ocurre hoy en Ucrania, donde sus Fuerzas Armadas están desmanteladas sin que haya general o generales que puedan cambiar el rumbo. El ejército de Ucrania es similar al Ejército de Virginia del Norte de Robert Lee tras la Marcha de Sherman hacia el mar, o al de Aníbal después de que Escipión saqueara Cartago. El juego ha terminado y los partidarios de Zelensky lo saben, incluso si ese tonto es tan estúpido como lo fue Hitler en su búnker.


No estoy exagerando ni poniéndome un sombrero de tres picos pretendiendo ser otro Napoleón que, no lo olvidemos, tuvo "momentos difíciles" contra el mismo enemigo al que ahora se enfrentan los desgraciados reclutas de Zelensky. Incluso The Economist, el Banco Mundial, el FMI y todos los principales colaboradores de Zelensky están pidiendo el fin de este pequeño y sórdido charlatán.


The Economist, que durante mucho tiempo ha sido el principal portavoz de los rusófobos dirigentes de la OTAN, advierte que Zelensky tiene menos de un mes para evitar el impago. Aunque Zelensky todavía puede conseguir préstamos a largo plazo de crédulos financieros internacionales, pronto se apagarán las luces en lo que resta del Reich y es poco probable que las veamos encenderse de nuevo, hasta que Zelensky y su esposa, adicta a lujosas compras, se sienten en el banquillo de los acusados ante un tribunal de Moscú.


Los viejos amigos de Zelensky en el Banco Mundial son igualmente pesimistas. Nos dicen que la guerra "no provocada" de Rusia ha hecho retroceder a Ucrania quince años y que la economía mundial también ha sufrido un duro golpe "frente a tipos de interés elevados, niveles de deuda récord y un clima conflictivo de creciente fragilidad". Aunque el Banco Mundial estima que "el coste de la reconstrucción y la recuperación ascenderá a 486.000 millones de dólares", no hay explicación alguna de por qué habría que arrojar más dinero a la incineradora que es la maquinaria de guerra ucraniana. Sencillamente, Ucrania no tiene ninguna perspectiva de recuperación hasta que se siente a negociar con Rusia y en los términos de Rusia. Cuanto más se envalentone Ucrania asesinando niños rusos, más obligadas se sentirán las Fuerzas Armadas rusas a atacar la infraestructura de Ucrania y más tardará en devolver los "generosos prestamos".


Mientras tanto, Rusia ha firmado un lucrativo acuerdo para suministrar a la India carbón [coke], no del tipo que Zelensky ingiere a raudales, sino del que alimenta las centrales eléctricas de la India. Acuerdos como este indican que Rusia puede continuar su proceso de imponer buenos modales al remanente Reich de Zelensky durante el tiempo que sea necesario. De hecho, si uno quisiera aventurar conjeturas sobre los objetivos estratégicos bélicos de Rusia, parecería que uno de ellos es obligar a sus líderes a entrar en razón.


Y aunque el FMI aún no ha entrado en razón, esto no parece preocupar a Rusia, que está dispuesta a seguir atacando objetivos financiados por el FMI en Ucrania. En lo cual Rusia no está sola. Irán, China y Corea del Norte prestan mucha atención a las tácticas de Rusia, porque se hayan inmersos en la misma situación. Hezbolá, en particular, juega al ratón y al gato con Israel, mientras el pequeño Yemen mantiene a la armada de la OTAN a la defensiva en el Mar Rojo.


Aunque el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Estados Unidos expresó su satisfacción por la última partida de dinero de los contribuyentes estadounidenses, que Zelensky obtuvo mediante extorsión, no consta evidencia alguna de que tales subvenciones puedan detener la marea. Sólo en junio de 2024, la Corporación Financiera Internacional (CFI) del Banco Mundial entregó a Zelensky otros 1.400 millones de dólares "para la vigorosa reconstrucción medioambiental de Ucrania".


Pero, tal como están actualmente las cosas, este Plan Marshall con tintes verdes destinado a Ucrania no tiene sentido. El Plan Marshall original tenía dos objetivos primordiales: en primer lugar, mantener activas las fábricas estadounidenses y evitar una recesión después de la guerra, y en segundo lugar, hacer que la opción soviética fuera poco atractiva para Europa occidental, inyectándole importantes inversiones (destinadas a adquirir productos estadounidenses).


Las dos razones por las que Black Rock, Pimco, Amundi y otras empresas depredadoras de la OTAN se unieron bajo la bandera de la OTAN, fueron comprar los activos de Kiev a bajo precio y utilizarlos para despojar a Rusia de sus recursos. Pero, como sucedió antes con Napoleón y Hitler, las cosas no han funcionado como se esperaba, y a pesar de que se ha congelado el pago de los intereses de su deuda durante dos años, lo mejor que puede hacer Kiev es decirle a sus inversores que acepten más amortizaciones masivas por apoyarla.


Ucrania quiere cancelar el 60% de su deuda actual, mientras que los acreedores sostienen que una quita del 22% sería "más razonable". Ante una pérdida del 60% o del 22%, ninguna de las dos opciones tienen sentido si uno tiene la oportunidad de irse.


Ucrania ha significado una debacle de la que sólo se recuperará si Zelensky, Biden y las familias del crimen organizado aliadas, así como sus colaboradores europeos, comparecen un día ante un tribunal militar, en el cual estos sinvergüenzas rueguen por sus vidas, con la misma vehemencia que rogaron por los miles de millones destinados acabar con las vidas de tantos otros.


Y aunque ello no supondría el fin de la situación, sí enviaría una esperanzadora señal de que aún prevalece alguna forma de justicia. Es tan impensable que los Zelensky, los Johnson, los Cameron, los Obama y los Clinton salgan ilesos de Kiev, como que Hitler, Bormann, Goebbels y los demás salieran ilesos de Berlín. Ucrania está acabada, y todos aquellos que como Zelensky, Khan, Clooney, Penn y los Biden, son responsables de destruirla, deberán responder ante la justicia de la misma manera que los lacayos de Hitler respondieron ante ella en Núremberg.



1 comentario :

  1. LA OFENSIVA CONTRA LOS DÉBILES: DEGENERACIÓN CAPITALISTA Y RENACIMIENTO DEL NAZISMO 

    Andrés Piqueras


    ¿Qué pasará cuando el empobrecimiento de la clase trabajadora alcance niveles intolerables dentro de las formaciones de capitalismo avanzado? La historia está siempre abierta, pero el nazismo (el proceso de renazificación social) está previsto y diseñado también para esa contingencia.

    Realmente, con la extensión del imperialismo y las nuevas formas de colonización y dominio mundial, el clásico concepto de “aristocracia obrera” se podría aplicar a una buena porción de la fuerza de trabajo de las formaciones socioestatales centrales del Sistema Mundial capitalista, como ya anunciara el Ché Guevara en los años 60 del siglo pasado (los comunistas chinos insistieron, por ello mismo, en que a la contradicción principal del capitalismo, entre el Trabajo y el Capital, había que añadir la explotación imperial -algo que algunos marxistas iluminados no terminan de ver con buenos ojos todavía hoy-). Una explotación de la que durante décadas se excluiría en alguna medida el “Segundo Mundo” o Mundo Socialista.

    La “renta imperialista”, según formulación de Samir Amin, permitía el desarrollo del Estado Social en las formaciones centrales (el “desarrollo” en general de las mismas a costa del subdesarrollo de las demás, según Gunder Frank)  y con ello la fidelidad de la mayor parte de su fuerza de trabajo al régimen del capital central, que además ejercía de escaparate para una parte muy importante del resto del proletariado del mundo, ese que desempeña su condición en las formaciones socioestatales de capitalismo dependiente o atrasado, impulsando la “pulsión migratoria” y con ella la disposición a discreción para el capital de un ‘ejército laboral de reserva mundial’ de características ciclópeas. 

    Circunstancia que a su vez llevaría al abaratamiento general de la fuerza de trabajo y a su consiguiente pérdida de poder adquisitivo o capacidad de autorreproducción, sólo paliada en el último tercio del siglo XX mediante el crédito y la permanente escalada de la deuda.
    La esquilmación de recursos del resto del planeta, la superexplotación de una creciente parte de la fuerza de trabajo mundial, el destrozo de sus condiciones de vida, el aprovechamiento de sus riquezas social y natural construidas o preservadas durante siglos, la destrucción de sus sociedades, permitieron el mantenimiento de la renta imperialista y con ella la perpetuación de la integración más o menos cómplice en el orden capitalista de la clase trabajadora de los Centros del Sistema…

    Completo aquí:
    https://observatoriocrisis.com/2024/07/05/la-ofensiva-contra-los-debiles-degeneracion-capitalista-y-renacimiento-del-nazismo/

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    Salud y comunismo

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