«A mi padre le cautivaba la historia de un hombre inocente que fue ejecutado y de la gente se congregó en la plaza para presenciar el asesinato. Casi todos sabían que el hombre era inocente, pero nadie hizo nada; simplemente dejaron que se llevara a cabo la ejecución. Entonces apareció una hermosa joven. Llevaba la cabeza descubierta. Todos quedaron atónitos: "¿Cómo puede estar en la plaza sin velo entre todos estos hombres?". Ella respondió: "Aquí no hay hombres", denunciando así la cobardía colectiva».
Sam Husseini – 18/04/2025
★
La situación ahora es un tanto diferente y todavía más vil, pues la multitud no solo presencia callada la ejecución del inocente, sino que además le presta la soga al verdugo para que nada falle. Salud!
ResponderEliminarDolorosa y vergonzosamente cierto.
EliminarSalud!
"Ayer el jeque recorría la ciudad, lámpara en mano, lamentándose: "Qué cansado estoy de demonios y bestias! Anhelo un ser humano verdadero" Dijeron: "No se le encuentra, también nosotros lo hemos buscado"
ResponderEliminarA lo que él respondió: "Es a quien anhelo, a quien no se encuentra"
Maulana Djalâloddin Mohammad Balkhi (tconocido como «Rumi»)