La
vida de miles de personas que viven cerca de las vías del tren han sido
afectadas de forma negativa. José Lopes de Oliveira no sabe cómo su familia
vivirá cuando la multinacional brasileña Vale termine la obra para incrementar
la carga en uno de los mayores trenes de mercancías del mundo, la Estrada de
Ferro de Carajas (EFC), que desde hace más de 30 años transporta millones de
toneladas de mineral de hierro extraídas del Amazonas hacia los puertos del
norte de Brasil.
Fuente:
EFE Y teleSur
La
EFC entró en funcionamiento en 1985, cruza unos 892 kilómetros del Amazonas,
que han sido deforestadas para los cultivos de soja y eucalipto y ganadería
extensiva. El trasporte de 120 millones de toneladas que llevan los trenes
hasta el Puerto de Sao Luis, al norte de Maranhao, será duplicado a 200
millones de toneladas, lo que según los pobladores los afectaría de manera
importante. “Nuestra vida va a ser aún peor. Los trenes, que pasan cada 20
minutos, van ahora a ser el doble”, resaltó de Oliveira.
La
EFC fue inaugurada durante el declive de la dictadura militar brasileña
(1964-1986), priorizando la explotación de los recursos naturales con un alto
impacto socioambiental, lo que motivó la migración hacia zonas despobladas.
La
vida de miles de personas que viven cerca de las vías del tren han sido
afectadas de forma negativa: desde escuelas que deben parar clases por el ruido
a mujeres que pierden sus bebés por quedar aisladas a causa de la parada
durante horas de los convoyes.
"El
tren y la extracción de mineral no nos aporta nada. No ganamos nada con ello.
Solo tenemos problemas como la contaminación de nuestros ríos, que usamos para
la agricultura, tenemos problemas con la muerte de familiares que son
arrollados por el tren al intentar cruzar (…)", añadió Jesy Lopes
residente de la zona.
La
velocidad alcanzada por el EFC es de cerca de 132 Km/H, tiene 330 vagones,
transporta pasajeros desde las ciudades de Parauapebas a la capital de
Maranhão. Los residentes de la zonas indican que la extracción minera no les
aporta nada.
La
Vale es la segunda minera del mundo, emplea 120 mil personas, factura 60 mil
millones de dólares anuales, opera en veinte países y está entre las veinte
mayores empresas del mundo. Sólo en Brasil tiene 10 mil kilómetros de vías
férreas y nueve puertos propios por los que exporta mineral de hierro con
destino a Asia, en particular hacia China. Ella sola consume el 5 por ciento de
la energía que produce el país.
EFC es el mayor tren del Brasil con 330 vagones. Un convoy como este cruza 892 kilómetros de la Amazonia y pasa cada 20 minutos.
Samarco,
minera responsable de peor desastre ambiental en Brasil.
Río
de Janeiro. La minera brasileña Samarco, responsable del peor desastre
ecológico de la historia de Brasil, propuso suspender temporalmente el trabajo
de los 1.200 empleados que se encontraban apartados de sus funciones desde los
hechos, informaron hoy fuentes oficiales.
Las
autoridades brasileñas habían determinado la suspensión de las actividades de
Samarco, filial de la brasileña Vale y la australiana BHP.
El
desastre ocurrió el pasado 5 de noviembre 2015, cuando por causas todavía
desconocidas, dos diques de un gran depósito de residuos mineros de Samarco en
el municipio de Mariana (Minas Gerais, sureste) se rompieron y provocaron el
vertido de 62 millones de metros cúbicos de agua y residuos minerales, que
sepultó algunas poblaciones y dejó un rastro de lodo tóxico en miles de
kilómetros cuadrados.
La
riada dejó 17 muertos y 12 desaparecidos. El lodo contaminó gravemente el río
Doce y sus márgenes, uno de los más importantes del sureste de Brasil y se
desplazó 650 kilómetros por el lecho del hasta alcanzar el océano Atlántico,
afectando a una región de la costa brasileña que, según las autoridades, tiene
una gran diversidad de vida marina.
Autor:
Xinhua
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El lodo tóxico del mayor desastre
ambiental de Brasil llegó al mar.
Los
desechos del accidente minero en Minas Gerais recorrieron 650 kilómetros hasta
la playa de Regencia, una importante zona de corales. "Se resume en dos palabras: río muerto", dijo un experto.
Dos
semanas después de la rotura de un dique de contención de la minera Samarco,
que dejó 17 muertos, 12 desaparecidos y millares de desamparados en el
municipio de Mariana, en Minas Gerais, la riada de lodo y escombros minerales
llegó a la playa de Regencia, en el estado de Espírito Santo, una importante
área de corales.
El
lodo tóxico del peor desastre ambiental minero de la historia de Brasil llegó
este fin de semana al Atlántico, después de recorrer 650 kilómetros,
destruyendo la vida a las orillas del río Doce y matando los peces que estaban
en su camino.
El
desastre ha causado la suspensión del suministro de agua potable a cerca de 250
mil personas, como consecuencia de la cantidad de barro y de la presencia de
metales como arsenio, cadmio, plomo, cromo, níquel, cobre y mercurio por sobre
el límite legalmente permitido, según informó el Instituto Minero de Gestión de
Aguas.
La
riada fue consecuencia de la ruptura de un dique que contenía 62 millones de
metros cúbicos en depósitos de agua y de residuos minerales de Samarco, en el
municipio de Mariana, en el sudeste de Brasil.
"La situación puede resumirse en dos palabras: río muerto", definió Luciano Magalhães, director de análisis del Servicio de Agua y Desague de la región. Para el investigador Marcos Freitas, de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), los territorios cubiertos por el barro se volverán "cementerios biológicos".
El
gobierno brasileño calificó el accidente como una "catástrofe
ambiental" y le cobró a la empresa una multa equivalente a casi 110
millones de dólares e impuso el bloqueo de unos 320 millones de dólares.
La
minera, que ha negado la existencia de sustancias nocivas en las aguas del río
Doce, se comprometió a sanear los daños ambientales con un valor equivalente a
más de 260 millones de dólares. Ambientalistas, sin embargo, estiman que las
pérdidas son mucho mayores, en verdad, incalculables, por el número de muertes
humanas y el riesgo de desaparición de especies vegetales y animales, en una
cuenca que baña cerca de 83 mil kilómetros cuadrados, equivalente a Austria.
La
Samarco pertenece a dos de los grandes grupos mineros internacionales, el
anglo-australiana BHP Billiton y el brasileño Vale, mayor productor mundial de
mineral de hierro.
Con
más de 850 kilómetros de largo, se estima que el río Doce provocará daños en la
agricultura, pesca, turismo e industria de varias ciudades de los estados de
Minas Gerais y Espírito Santo, lo que ha provocado protestas entre los
pobladores y entre las comunidades indígenas de la región. En una de ellas,
indios de la tribu Krenak le ofrecieron agua sucia del río a los empleados de
Samarco; en otra, bloquearon la ferrovías que conecta la minera al puerto.
"No
hay dinero que pague la riqueza que teníamos. El río se acabó y no vuelve más.
Es muy triste. Todo lo que queríamos estaba en él. Se llevaron nuestra
alegría", dice el pescador Mauro Krenak. Así como él, vídeos que muestran
a indios llorando a la orilla del río han conmovido a los brasileños, que se
han solidarizado con la región de Mariana, a través de donaciones y de las
redes sociales.
Un
reportaje del diario O Globo reveló este fin de semana que existen por lo menos
otros 16 diques como este en cuatro estados del país que pueden repetir la
tragedia de Mariana, lo que pone en riesgo la vida de casi 800 mil personas. La
propia Samarco admitió esta semana que otros dos diques en Mariana también
corren el riesgo de reventarse.
El corazón de la naturaleza y de la vida llora, el indio llora. Y esos desalmados enfermos de dinero y de usura y de atraco y crimen...siguen infectando y robando la tierra del pueblo para embolsar sus sucios palacios.
ResponderEliminarUn día esas lágrimas serán "machete en mano" y entonces volverán los peces y la vida, la justicia, la libertad.
De esas dentelladas que le dan a las entrañas de la tierra saldrán más máquinas destinadas a forjar mandíbulas más grandes y más poderosas. ¿Cómo vamos a detener a este monstruo que se extiende como lepra por la tierra? Esa es la pregunta que cada cual debiera hacerse antes de que la destrucción llame a la puerta de su casa.
EliminarQue aberración y que monstruosidad de tren.
ResponderEliminarY aún quieren añadirle más vagones. Lo verdaderamente monstruoso y desmesurado es la avaricia de sus dueños.
EliminarOtro atentado más. Me temo que quedará impune. La voracidad de las multinacionales no tiene límites y el poder político demuestra una vez más que son títeres al servicio de la cuenta de resultados de estas empresas.
ResponderEliminarUn desastre.
Salud
Francesc Cornadó
Así es, Francesc, la peor catástrofe es la existencia misma de estas insaciables corporaciones.
EliminarSalud!
Sigo pensando que pese al brutal enriquecimiento de esas multinacionales que diafrazan a nombres y apellidos, eatamos nosotros y nuestra culpa, en el sentido de causa. Si nosotros no consumiéramos lo que nos venden, todo ésto no ocurriría.
ResponderEliminarPero para usar internet y las tecnologías, por poner un simple ejemplo, neceaitamos de esos minerales.
Toso tiene un prwcio y, engañados o no, todos somos culpables de esa muerte lenta del planeta y de la esclavitud de tantas personas.
Es obvio que todos/as necesitamos materias primas para vivir. La cuestión es cómo se reparten dichas materias y a qué fin se destinan. Yo no me siento en absoluto responsable, y mucho menos culpable, de las decisiones e injusticias de un sistema al que rechazo y combato en la medida de mis fuerzas y posibilidades.
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