07 mayo, 2021

«No es posible pretender hablar o actuar por la “plebe” estando a sueldo de los nuevos “patricios”»

 



Mundo Soros: Cuando el capital subcontrata a la izquierda y sus intelectuales — Hoenir Sarthou


El hombre que alquiló a la izquierda


¿Qué ocurre cuando las causas sociales comienzan a recibir fuertes aportes económicos de fundaciones creadas por personalidades "VIP" del sistema financiero y empresarial global?


No hay que especular mucho. Desde hace varias décadas, fundaciones como la Open Society (de George Soros), la Fundación Bill y Melinda Gates, y las Fundaciones Rockefeller, Ford, Kellogg, y otras, destinan cuantiosos fondos a causas habitualmente consideradas "liberales", "progresistas", e incluso "de izquierda". Y los resultados están a la vista.


Usando parte de las fortunas acumuladas por sus creadores en áreas más tradicionales, como las finanzas, el petróleo, la industria química, la agroindustria, la genética o la informática, esas Fundaciones han invertido mucho dinero en las siguientes causas: los derechos humanos, la enseñanza universitaria, el periodismo, el feminismo "de género" y los derechos de las minorías LGTB (y las políticas de discriminación positiva respecto a esas dos causas), la legalización de la marihuana, el ambientalismo, las campañas por el calentamiento global, la promoción de las "tecnologías verdes", la investigación, producción y aplicación de nuevas vacunas, la financiación de la OMS (especialidad en que se destaca Bill Gates) y el apoyo a las políticas recomendadas por la OMS respecto al coronavirus (sepan disculpar si olvido alguna causa, son tantas…).


CONSPIRANOIA


Observen que no me pregunté por qué esas fundaciones invierten en esas causas. No lo hice porque es una pregunta que no puedo contestar. ¿Cómo podría saber qué pasa en las cabezas de Soros, Gates, los Rockefeller o los directores de las otras fundaciones?


No busquen aquí referencias a logias o conspiraciones secretas, ni a los "Iluminati" o a los "reptilianos". Nada de eso encontrarán en esta nota ni en ninguna de las mías. Por un lado, porque no tengo ninguna noticia confiable sobre la existencia de esas logias. Por otro, porque, como dijo cierto filósofo refiriéndose a Dios, no hay necesidad de esas hipótesis fantásticas para dar cuenta de lo que ocurre, dado que los protagonistas actúan y ejercen su poder ante nuestra vista y paciencia.


La relación entre dinero y poder es consustancial. Quien tiene mucho dinero suele contar con relaciones privilegiadas con el poder político, salvo en las contadas excepciones en que se topa con líderes políticos incorruptibles y muy valientes, lo que lamentablemente no ocurre todos los días. Recuerden al actual Ministro de Ganadería y Agricultura diciendo, hace pocas semanas, que él era "un representante" de ciertos productores rurales. O, un poco antes, a personajes como López Mena o Salgado, erigidos en personajes de la Corte presidencial, con su correlato de concesiones abusivas. Ni hablar de UPM, que, sin importar el gobierno de turno, actúa como si fuera la dueña del País.


En lo grande ocurre lo mismo que en lo chico. Si López Mena, Salgado o ciertos empresarios obtienen un trato privilegiado en casa, ¿cómo no van a obtenerlo en el mundo personajes con el poder de incidir en la emisión de dólares, hacer tambalear al Banco de Inglaterra o cambiar el estatus político de países que operaban en la órbita de la ex URSS?


Si a eso le sumamos que varios de estos personajes son socios en muy diversos negocios, que por su actividad financiera influyen en las políticas monetarias de todo el mundo, y que, a través de la financiación y de su influencia política, tienen fuerte incidencia sobre organismos internacionales, incluida la OMS, es imposible analizar la realidad internacional, o la nacional, sin tomar en cuenta su existencia como grupo de poder. En Uruguay, el episodio Mujica-Soros-Rockefeller, respecto a la marihuana, aun siendo anecdótico, lo deja claro.


SOROS, O EL MÉTODO


No tengo idea de quién es Soros realmente. No sé si es el cerebro, el vocero, o el lobista más locuaz de ese grupo de socios. Quizá sólo haga muy ostentosamente lo que otros hicieron siempre con más discreción. Lo cierto es que maneja enormes sumas propias y, durante toda su vida, ha invertido capitales ajenos. Por añadidura es el creador y animador del Foro de Davos, en el que los más poderosos se juntan con otros no tan poderosos, no sé si para "bajarles línea" o para entretener a los "paparazzi" de la farándula financiera.


Ni siquiera puede asegurarse que el método que lo caracteriza sea invento suyo. Él mismo admite que, siendo estudiante, conoció a dos personas clave en su vida. Una fue Karl Popper, de quien tomó el concepto de "sociedad abierta"; la otra fue uno de los Rockefeller, que le transmitió un concepto esencial para su carrera: si uno puede asociar sus intereses con una buena causa, su poder no tiene límite.


Esa frase condensa el "método" que conocemos: una fundación sin fines de lucro, creada con dinero que se deduce de impuestos, respalda a una "buena causa". Para eso, transfiere dinero a ciertas ONGs, que presionan para que, en distintos lugares del mundo, se apliquen políticas afines a la "buena causa", políticas que, milagrosamente, terminan haciendo ganar fortunas a las empresas lucrativas del creador de la fundación. A veces la conexión entre la "buena causa" y la ganancia del filántropo es evidente. Otras veces no tanto. No puede descartarse que algunas de esas jugadas persigan fines mesiánicos, además o en lugar del lucro.


En ocasiones, las inversiones de Soros y de sus socios tienen éxito: la desestabilización financiera de Inglaterra en 1995, los cambios políticos en Europa del Este, o la conversión de Uruguay en experimento de marihuana legal (en sociedad con Rockefeller); en otras fracasan, al menos temporalmente, como el intento de obstruir la asunción de Trump o la apuesta secesionista en Cataluña.


IZQUIERDA "SOROS"


En la izquierda, el método Soros (uso a Soros como símbolo, ya que no es el único que lo aplica y financia) ha causado un sismo silencioso.


A lo largo de tres décadas, muchos militantes "de izquierda" dieron un giro sorprendente. Los mesiánicos profetas de la revolución proletaria se incorporaron a las ONGs y adhirieron a la financiación y a la agenda "soros" de derechos identitarios, al tiempo que desarrollaron una miopía asombrosa sobre las verdaderas relaciones de poder económico y político, en sus propias sociedades y en el resto del mundo.


Así, en Uruguay, avalaron o toleraron políticas como la bancarización obligatoria y la ley de riego, o la profundización del modelo forestal celulósico, basado en el privilegio, la entrega de bienes públicos, la explotación destructiva de recursos naturales y el sometimiento a los designios del inversor.


¿Cómo fue posible?


Basta con no ver dónde está el verdadero poder, el papel de los bancos, del capital financiero y sus fundaciones, de los organismos internacionales de crédito, de las calificadoras de riesgo, de los inversores privilegiados y leoninos. Basta con ignorar los problemas estructurales del sistema y reducir la política a una lucha entre "izquierda progresista" y "derecha conservadora". Entendiendo por "izquierda" a una agenda estandarizada de derechos identitarios, el aborto, la diversidad sexual, la marihuana libre, una difusa sensibilidad social más proclive a la caridad que a la justicia social, un ambientalismo "naif" que no cuestiona a la celulosa ni a la agroindustria, y una ciega confianza en que el mundo y los organismos internacionales avanzan por la senda de los derechos humanos hacia la inclusión social. Y entendiendo por "derecha" a una caricatura conservadora que, en el fondo, se reduce a los adversarios electorales, blancos, colorados, y ahora Cabildo Abierto.


El mundo según Soros tiene un algo de "Nunca jamás". De un lado están Peter Pan, Wendy y los niños progresistas, que son buenos, lindos, modernos, sensibles e inclusivos. Del otro lado está "la derecha", compuesta imaginariamente por hombres blancos, viejos, reaccionarios, misóginos, discriminadores y opresores, y… bueno, por mujeres alienadas, y por jóvenes poco empáticos, y por algún homosexual que no termina de salir del closet, en fin….


Tiene también un aspecto terrible. Porque, en la medida en que ese progresismo a lo Soros encarna todo lo bueno, formular dudas respecto a alguna de sus causas, ya sea la brecha salarial de género, el calentamiento global, la bondad de las tecnologías verdes o la mortalidad inaudita del coronavirus y la necesidad de paralizar al mundo y encerrarse, lo convierte a uno en "inmoral, fascista, negacionista, insensible, discriminador, invisibilizador" y (el más reciente pecado mortal) "falto de empatía".


¿IZQUIERDA?


Felipe González                                   Ronald Reagan


Esta extraña situación, por la que se declaran "de izquierda" personas y organizaciones financiadas por la cúspide del sistema financiero global, tiene una explicación: nada es más confuso, ambiguo y polivalente que el término "izquierda".


Cuando empezó a usarse, hacía referencia al lugar en que se sentaban, en la Asamblea Nacional francesa, los representantes de la burguesía radical.


Luego, quizá porque el joven Marx integró el grupo de los hegelianos de izquierda, la palabra se identificó con las luchas de las internacionales obreras y con la profecía marxista, que auguraba la dictadura del proletariado y luego la sociedad sin clases.


Más tarde, cuando el marxismo y el movimiento obrero se dividieron entre la corriente leninista y la socialdemocracia de inspiración bernsteniana, que dieron lugar respectivamente a la revolución rusa y a la socialdemocracia europea, el término ganó ambigüedad.


El asunto siguió complicándose con el psicoanálisis, la Escuela de Frankfurt, el estructuralismo, el existencialismo, la revolución china, la revolución cubana, el 68 francés, el neomarxismo, los liberales igualitaristas estadounidenses y la posmodernidad, hasta que fue casi imposible decir qué significaba exactamente ser "de izquierda".


La brillantez de Soros, Rockefeller y otros socios, o de algún intelectual contratado por ellos, es haber advertido que era posible aprovechar la sensibilidad y la capacidad militante de la izquierda para convertirlas en un poderoso instrumento de manipulación económica y política, fuerza de choque, en buena medida inocente, de proyectos económicos y políticos poco transparentes.


La financiación de aquellos aspectos de la sensibilidad "de izquierda" que no apuntan directamente contra las estructuras de propiedad del sistema parece haber sido la clave. Los derechos humanos, el feminismo, las cuestiones de género, la diversidad sexual, la lucha contra la discriminación racial, la preocupación por el medio ambiente, la sustitución del petróleo por tecnologías "verdes", las campañas contra el Sida o el coronavirus, tienen en común su capacidad de convertirse en armas políticas de desestabilización y chantaje contra los gobiernos y los Estados, sin tocar nada sustancial del sistema económico. Junto a una importante influencia sobre las agencias de noticias y los medios de comunicación, pueden encumbrar, hacer caer o complicarle la vida a cualquier gobernante, como debe saberlo hoy Donald Trump.


Eso si, nunca verán a un izquierdista "Soros" cuestionar al sistema financiero o a los organismos internacionales de crédito.


Hace más de dos mil años, en la antigua Roma, las luchas políticas enfrentaban a patricios y plebeyos. Los que tenían privilegios económicos y poder político, y quienes no los tenían. El senado, por un lado, y los tribunos de la plebe, por otro, expresaban institucionalmente esa lucha.


Esa lucha es eterna. Basta con identificar a quienes tienen realmente el poder y los privilegios, y a quienes no los tienen. Luego es cuestión de situarse de un lado o del otro.


En el mundo actual, todo poder formal está condicionado por el capital financiero, que opera directamente o a través de organismos internacionales de crédito, fundaciones, financiación de inversión corporativa y empresas calificadoras de riesgo. Los gobiernos, los partidos, la academia, la prensa, las ONGs y hasta los sindicatos compiten por esa financiación, lo que implica al menos estar dispuesto a callar lo que ese verdadero poder no quiere oír.


En términos de pensamiento crítico, no es posible seguir chiflando y mirando hacia arriba ante esa realidad. Porque quien paga la cuenta decide el menú. Es decir, decide qué se piensa, qué se investiga, qué se concluye, qué se dice, qué se hace y por qué se lucha.


No es posible pretender hablar o actuar por la "plebe" estando a sueldo de los nuevos "patricios". La autonomía respecto de esa financiación es un requisito previo de cualquier pensamiento, praxis, investigación o comunicación que se pretendan críticos.


Es así de simple y, a la vez, de espinoso.


14 comentarios :

  1. Pues es lo que ha ocurrido con CCOO y UGT en España.
    A cargo de los presupuestos del estado se les ha subvencionado cada año con ingentes cantidades de dinero, tal es así que ahora, LOAM, se despiden casi 10.000 trabajadores de los bancos, bancos que han sido rescatados con nuestro dinero, y la edad estriba entre los 50 y los 63 años. ¿Has oído alguna manifestación de CCOO o de UGT? ¿Se ha dicho algo?, y e incluso tenemos una ministra de trabajo que está afiliada a IU o sea, al partido ¿comunista?.
    esto es de relato kafkiano.
    Por cierto, en el primer trimestre la Caixa ha ganado en limpio 1.200 millones de euros. estos datos salen en un diario llamado expansión.
    Salut

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    1. Hola,TOT.

      CCOO y UGT ya no son lo fueron, más que oponerse al sistema lo lubrican.
      El artículo es claro respecto a cuanto expones, el poder de corrupción del capital es inmenso, pero afortunadamente su periodo histórico está próximo a su fin.

      Salud!

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    2. Gracias LOAM por hacerme ver la errata. Eso viene de la facultad de Teología, no te quepa duda.
      Reminiscencias.
      Un abrazo

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    3. No hay de qué, TOT. Hemos subsanado una errata, tal vez a eso podamos denominarlo "teología de la liberación", ja ja ja...

      Un abrazo.

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  2. A escala social, lo que cultivan estos filántropos son "las pequeñas virtudes" (frente a las grandes) de las que hablaba Natalia Ginzburg refiriéndose a la educación individual.
    https://www.nuevarevista.net/educacion/las-pequenas-virtudes-el-ideal-educativo-de-natalia-ginzburg/#:~:text=Las%20peque%C3%B1as%20virtudes%20(Le%20piccole,sobre%20la%20vocaci%C3%B3n%20de%20escritor.

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    1. No le falta razón a Natalia, siempre he sentido aversión por las huchas, en cualquiera de sus modalidades (incluidas aquellas atroces cabezas del Domund).
      Gracias por el enlace.

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  3. Anónimo5/07/2021

    https://www.youtube.com/watch?v=i2tHn2QLX2A

    Saludos,

    Tambien se menciona a Soros en ese video. La "Contrainsurgencia suave" se explica durante sus cuarenta y tres minutos.

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    1. Saludos, Anónimo. Nestor Cohan es un referente indispensable para el análisis marxista de la sociedad. No conocía este interesante vídeo, te agradezco mucho el enlace. Merece dedicarle esos 43 minutos.

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  4. Anónimo5/10/2021

    https://www.youtube.com/watch?v=TsoA-QGHJPA

    La TIA ha puesto un video de una empleada pro-diversidad. Abby Martin lo analiCIA y muestra su intencion.

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    1. https://youtu.be/eqNxF5_Ijuc

      En un plano más humorístico, pero no menos crítico, Jimmy Dore analiza el mismo asunto. (Abby Martin es una gran periodista). Gracias por el enlace.

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  5. Anónimo5/10/2021

    https://www.youtube.com/watch?v=_faiBE0AvF8

    Lee Camp también le da a la "mija".

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    1. ¿Habrá alguien tan descerebrado como para creerse esta ridícula farsa?

      Jimmy Dore en la misma línea, pero con el pentagonal Secretario de Defensa:

      https://youtu.be/dUckciG4WQ0

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  6. Anónimo5/10/2021

    https://www.rt.com/op-ed/522885-cia-recruitment-video-woke/

    I think they don't use "mija" in "Guayaquil de mis amores".

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    1. "Maybe I have this all wrong. It could be that this new generation of CIA operatives is being deliberately cultivated to convince foreign agencies that the American intelligence service has given up on the spy game and is now exerting all its energies investigating what makes rainbows so beautiful and whether unicorns can actually be trained to dance and eat marshmallows from your hand."

      Wow! That was really brilliant. Thanks for the links!

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