31 diciembre, 2025

El gran robo bancario: el G7 acaba de matar al sistema financiero mundial

 



Br decode – 30/12/2025

Paulo Nogueira Batista Jr.

   Traducción del inglés: Arrezafe


Existe una regla de oro en la banca que ha existido desde la época de la familia Medici en Florencia. Un banco se basa en la confianza, no en bóvedas. Si un banquero decide robarle dinero a un notorio cliente, podría sentirse justificado alegando que ese cliente era una mala persona. Pero en el momento en que lo hace, todos los demás clientes se van, porque saben que mañana les podría tocar a ellos.


Esta semana, las naciones del G7, lideradas por Estados Unidos y Europa, decidieron romper esa regla de oro. Han ultimado el plan para convertir en arma los 300.000 millones de dólares de activos soberanos rusos congelados desde 2022. Tomarán los intereses devengados por ese dinero, miles de millones de dólares al año, y los entregarán a Ucrania para financiar la guerra contra Rusia. A esto lo denominan “finanzas creativas”. Lo llaman justicia. Yo lo llamo gran robo bancario. Y no hablo como simpatizante de Rusia. Hablo como exdirector ejecutivo del FMI. Hablo como banquero.


Lo que el G7 acaba de hacer es declarar, de hecho, que la inmunidad soberana, piedra angular de las finanzas internacionales, está muerta. Le han dicho al mundo que su dinero solo está seguro en los bancos occidentales si está usted de acuerdo con la política exterior occidental. En el momento en que discrepe, su cuenta de ahorros se convierte en hucha de ellos. Este es un error catastrófico. Es una apropiación de efectivo a corto plazo que provocará un colapso sistémico a largo plazo. ¿Creen que Arabia Saudita no está observando esto? ¿Creen que China no está observando? ¿Creen que India no está observando? Por supuesto que sí. El príncipe heredero de Arabia Saudita está mirando sus cientos de miles de millones en bonos del Tesoro estadounidense y eurobonos y se pregunta: si no estoy de acuerdo con Estados Unidos sobre Israel o sobre los precios del petróleo, ¿también me robarán mis intereses? La respuesta ahora, es sí. El G7 cree que está castigando a Vladimir Putin. En realidad, se están castigando a sí mismos. Están destruyendo el mayor activo del mundo occidental: la creencia de que es un refugio seguro para el capital.


Hoy analizamos por qué esta decisión es el último clavo en el ataúd del euro. Explicaremos por qué este robo desencadenará una fuga global de capitales bancarios desde Occidente y analizaremos la brutal represalia que Rusia está preparando: una trampa en la que los inversores occidentales están cayendo.


La era del Estado de Derecho ha terminado. La era de la piratería financiera ha comenzado. Analicemos la ficción legal: Por qué las "ganancias extraordinarias" son una mentira. Dejemos de lado el lenguaje diplomático y analicemos el fraude. Los políticos de Bruselas y Washington saben que confiscar las reservas del banco central de otro país es ilegal. Viola todos los tratados de inmunidad soberana firmados desde siempre. Apropiarse del dinero directamente supondría un acto de guerra que colapsaría inmediatamente el mercado de bonos. Así que inventaron una vía alternativa. Dicen: "No nos estamos apoderando del capital ruso, tan sólo nos estamos quedando con las extraordinarias ganancias generadas por ese capital". Lo cual es una ficción legal, una mentira diseñada para tranquilizar a abogados inquietos. Cualquier estudiante de primer año de economía sabe que los intereses pertenecen al dueño del capital. Si deposito un millón de dólares en su banco y genera un 5% de interés, esos intereses son míos. Si el banco se lo queda, entregándolo además a mi enemigo, eso es robo. Así de simple.


Pero he aquí la tragedia. Estados Unidos está presionando para que esta operación se lleve a cabo, pero es Europa quien pagará las consecuencias. La mayoría de estos depósitos rusos, que rondan los 200.000 millones de dólares, no están en Nueva York, están depositados en Bélgica, en una cámara de compensación llamada Euroclear. Euroclear es la infraestructura del sistema financiero europeo. Se supone que es neutral. Se supone que es una entidad bancaria, no un ente político. Al obligar a Euroclear a confiscar estas ganancias, la UE está utilizando su propia infraestructura financiera como arma. La directora del Banco Central Europeo, Christine Lagard, advirtió contra esto. Dijo que podría quebrantar el orden jurídico internacional. Sabe que si el euro se convierte en un arma política, deja de ser una moneda de reserva. ¿Por qué un banco central brasileño o indonesio guardaría euros si la UE puede confiscar arbitrariamente los rendimientos?


El euro ya tenía dificultades antes de este asunto. Es una moneda sin país, gestionada por una burocracia que ha estrangulado su propia economía con sanciones energéticas. Ahora añaden el riesgo legal a la lista de razones para no comprar euros. Esto es precisamente lo que quiere Estados Unidos. Piénsenlo. Si el mundo pierde la confianza en el euro, ¿adónde va el dinero? Fluye al dólar. Estados Unidos está sacrificando la reputación de sus aliados europeos para apuntalar su propia hegemonía. Los europeos son los idiotas útiles de este plan. Están destruyendo la credibilidad de su sistema bancario para financiar la guerra que dirige Estados Unidos. Y lo irónico es que esto ni siquiera ayudará a Ucrania. La cantidad de dinero que roban, unos 3.000 millones de dólares al año, sólo puede financiar dicha guerra durante unas dos semanas. Están quemando la credibilidad de todo el sistema financiero occidental para obtener munición durante dos semanas. Es la definición de un mal negocio.


Pero el verdadero daño no es sólo legal, es psicológico. La prima de riesgo por poseer activos occidentales se ha disparado. Cuando vemos titulares sobre esta confiscación, los medios occidentales fijan su atención en la reacción de Rusia. Pero la reacción más importante no proviene de Moscú. Proviene de Riad, Pekín, Nueva Delhi y Brasilia.


El suicidio del euro: Destruyendo la neutralidad de Euroclear


El sur global representa la mayoría de la población y los recursos del mundo. Durante décadas, estos países mantuvieron sus ahorros en Occidente porque creían que Occidente respetaba los derechos de propiedad. Esa creencia ahora ha desaparecido. Estamos presenciando el comienzo de un desplazamiento bancario a cámara lenta. Los bancos centrales no entran en pánico como los inversores minoristas. No hacen desesperadas colas en el cajero automático. Se mueven silenciosamente, estratégicamente y permanentemente. Observe el mercado del oro. ¿Por qué el oro alcanza máximos históricos cada mes? No se debe a la demanda de joyas. Se debe a que los bancos centrales lo compran por toneladas. China se está deshaciendo de los bonos del Tesoro estadounidense y comprando oro. Turquía está comprando oro. India está comprando oro. Singapur está comprando oro. ¿Por qué? Porque el oro se puede almacenar en tu propia caja fuerte, ya sea en Shanghái o Bombay. El G7 no puede confiscarlo. El sur global está mudando, de los depósitos en custodia que controla Occidente a los depósitos soberanos que ellos controlan.


Este gran robo bancario ha acelerado el proyecto monetario de los BRICS a 10 años. Antes, la idea de una moneda BRICS era sólo una teoría. Muchos países dudaban. Se sentían cómodos con el dólar y el euro. Pero ahora, un sistema de pago no occidental ya no es un lujo, es una necesidad de supervivencia. Un país que algún momento pueda discrepar con Estados Unidos, por ejemplo, en política climática, derechos humanos o aranceles comerciales, no puede permitirse permanecer en el sistema del dólar. Necesita un sustituto. Sin darse cuenta, el G7 ha creado la campaña de marketing para su propio reemplazo. Cada vez que sancionan a un país, cada vez que confiscan activos, actúan como los mejores vendedores del sistema de pago BRICS. Le están diciendo al mundo: "Construye tu propio bote salvavidas porque podríamos hundir tu barco". Y, seamos claros, Estados Unidos necesita a estos inversores extranjeros. Estados Unidos tiene un déficit de 2 billones de dólares al año. Necesita que China, Japón y Arabia Saudita compren su deuda. Si dichos compradores se retiran por temor a ser confiscados, ¿quién compra la deuda?: la Reserva Federal. Y eso conduce a la inflación.


Así que, cuando los líderes del G7 se feliciten mutuamente por el golpe propinado a Putin, recuerden esto: el precio de este robo lo pagarán ustedes. Se pagará con mayor inflación, una moneda más débil y la pérdida global de prestigio. Están recogiendo céntimos al pie de una apisonadora. Y mientras Occidente celebra su ingenioso vacío legal, Rusia prepara una respuesta que no es ni astuta ni sutil: es brutal.


¿Pensaron realmente los líderes del G7 que Rusia se quedaría de brazos cruzados y permitiría que les robaran 300.000 millones de dólares? Vladimir Putin es muchas cosas, pero no ingenuo. Durante dos años, mientras Occidente debatía si debían o no robar el dinero, Rusia se preparaba para el momento en que lo harían. Le tendieron una trampa, y Occidente cayó en ella. Rusia mantiene secuestrados dentro de sus fronteras miles de millones de dólares en activos occidentales. Hay fábricas propiedad de empresas alemanas. Hay cuentas bancarias propiedad de fondos de inversión estadounidenses, como JP Morgan y BlackRock. Hay centrales eléctricas propiedad de empresas de servicios públicos europeas. El Kremlin ya firmó un decreto que, a todos los efectos, dice: «Si requisan nuestro dinero, nosotros requisaremos el suyo. Simple intercambio, lo mío por lo tuyo». Pero he aquí por qué Occidente pierde este intercambio: cuando Rusia se apodera de activos occidentales, obtiene bienes realmente productivos: fábricas, maquinaria, infraestructura. Cuando Occidente confisca activos rusos, obtiene cifras en pantalla. Y lo que es más importante, las empresas occidentales nunca recuperarán ese dinero. Los gigantes industriales alemanes a los que nos referimos, Volkswagen, BASF, Semens, tienen miles de millones atrapados en Rusia. Ese capital prácticamente se ha esfumado. Los gobiernos del G7 están sacrificando a sus propias corporaciones para ganar en el terreno político. Las consecuencias serán desastrosas. Habrá demandas durante décadas. Las empresas occidentales demandarán a sus propios gobiernos por causar estas pérdidas. El sistema legal quedará atascado por las consecuencias de esta decisión. Pero la mayor pérdida es intangible: la pérdida de la pretendida superioridad moral. A Occidente le gusta sermonear al mundo sobre el Estado de derecho. Se complace en criticar a los países en desarrollo por la corrupción y la falta de derechos de propiedad. Tras esta operación, esos sermones carecen de sentido. No se puede pretender ser el defensor de los derechos de propiedad mientras se gestiona un sistema global de confiscación de activos. No se puede ser el banquero y el pirata del mundo al mismo tiempo. El gran robo bancario de 2024 pasará a la historia como el momento en que Occidente renunció oficialmente a su rol como custodio del sistema financiero global. Robaron los intereses, pero perdieron el capital y, a la larga, perdieron el mundo.



No hay comentarios :

Publicar un comentario