23 enero, 2018

EXPLOTACIÓN – JRMora

JRMora - 22/1/2018

Explotación





Durante 2017 se hizo la primera huelga de trabajadores de Deliveroo y creció el número de denuncias sindicales y críticas contra las mal llamadas empresas de la “economía colaborativa” como Deliveroo, Stuart, UberEats o Glovo.
En realidad no son más que vericuetos para rebautizar la explotación y poder mostrarla como una evolución del empleo dentro de eso que llaman la "gig economy", neopalabro chuli que define la contratación puntual para trabajos eventuales para los que el currante tendrá que poner de su bolsillo todos los recursos para poder desarrollarlo.
Yo prefiero llamarlo trabajo de mierda, sin subterfugios, porque va mucho más allá del trabajo basura.
Estas empresas ni contratan ni está entre sus planes jugar con la legislación laboral que jugamos todos. Además, quieren regulación a medida para seguir normalizando la explotación y la precariedad.
Los nuevos esclavistas siguen predicando “lo nuevo”, que es tan viejo como nuestra propia existencia, con su diccionario de eufemismos bajo el brazo.
Deliveroo hasta se permite el lujo de amenazar a la UE con la pérdida de “empleos” si se da derechos a lo que ellos llaman ‘riders’, el repartidor (en bici) de toda la vida.  Estos cínicos ahora hablan de empleo cuando se han empleado a fondo para negar que los repartidores fueran sus empleados.
Explotación o barbarie
Si en octubre de 2017, Deliveroo retorcía su cinismo diciendo que dar derechos a los trabajadores aumentaría el precio de las entregas más de un euro, su nuevo argumento es aún más bajuno.
Deliveroo advierte ahora a la Comisión Europea que se perderán 54.000  supuestos nuevos puestos de “trabajo” en dos años si se les obliga a dar derechos a los repartidores. Toda una declaración de intenciones sin doble interpretación, si no se les permite seguir atropellando al trabajador se van a cabrear y van buscar nuevas ubicaciones que favorezcan la impantación de sus plantaciones de Apps.
En una respuesta a una consulta de la Comisión Europea sobre el acceso a la protección social, Deliveroo llamaba a la Unión Europea a evitar acciones que frenaran el crecimiento de su empresa, alegando que ellos han contribuido a crear  13.000 empleos en restaurantes y en sus cadenas de suministro en Europa durante el último año, 520 de esos empleos en España.
En diciembre de 2017 el Tribunal de la UE sentenció  que Uber es un servicio de transporte y no una plataforma digital colaborativa impidiendo que sea operado por conductores particulares lo que envió un serio aviso a empresas como Deliveroo  o Airbnb.
En julio de 2017, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, abrió una investigación para determinar si Deliveroo estaba empleando a falsos autónomos para evitar el pago de impuestos y la cotización a la Seguridad Social y una resolución de la Inspección de Trabajo de Valencia, al contrario que otras, consideró que los repartidores de Deliveroo: “No son autónomos, ni trabajadores por cuenta ajena”, son “asalariados”.
Pero a estos nuevos terratenientes, que implantan una App en vena a los porteadores para teledirigirlos a sus entregas, todo eso les da igual y defienden que la forma de trabajar debe ser así:
El trabajador se paga su cuota de autónomo, su uniforme, su vehículo, mantenimiento y reparaciones. Nada de vacaciones, gastos en bajas por enfermedad, accidente ni chorradas de esas. Y hay que estar disponible cuando a la empresa le salga de los genitales.
La empresa, además de ahorrarse cotizaciones e indemnizaciones por despido, porque no contrata, puede establecer horarios, precios y tiempos de entrega para apretar al máximo “premiando” con más trabajo al que más se juega la vida para llegar antes y penalizando al que se retrasa o no acepta todas y cada una de sus urgencias.
A todo eso lo llaman “flexibilidad”
Así que, amigos posmodernos de empresas chanchullo que os encondéis tras una falsa economía colaborativa, eso no es el mercado ni es colaborativo. Eso es ser explotado como falso autónomo. Métanse esto en la cabeza: el autónomo no tiene jefes, tiene clientes.
El autónomo no tiene un horario fijado por nadie, tiene un producto o servicio, si usted lo quiere lo compra o contrata y si no le interesan las tarifas y condiciones que marca el profesional autónomo en cuestión, le pide usted el producto a otro que lo venda a un precio que se ajuste a su presupuesto. Sin más historias, como comprar en una tienda u otra.
Así que, en lugar de seguir con ese discurso idiotizante de la emprendeduría y la nueva economía, hagan gala de su tan cacareada creatividad empresarial y su pasión por crear  negocios e intenten crear empleo de verdad y no esas porquerías más propias de señor feudal.








6 comentarios :

  1. Emperdedores como leí no sé dónde... Esclavismo del siglo XXI; el capitalismo de toda la vida que se inventa otras formas de explotación más infames para someter aún más a las capas trabajadoras.
    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En lo que a explotación se refiere, no tienen más límite que el que la clase trabajadora les imponga. De momento van ganando la partida.

      Salud!

      Eliminar
  2. Muy acertado lo de -trabajos de mierda-, pero la mayoría de las veces no es culpa del bribón que manda, sino del que se deja explotar, contento por tener trabajo que son a la vez los que más difícil lo ponen a los que no tienen más remedio que aceptar unas condiciones lamentables, pero están dispuestos a pelear por mejorarlas.

    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente. Los bribones existen porque, en gran medida, son propiciados por el conformismo de sus víctimas. Conciencia y unidad... ¿dónde estáis?

      Salud!

      Eliminar
  3. Hay muchos más de esos.
    La falsa situación de crisis que nos han sembradl hace que florezcan caños de estos. Unos desgraciados sinvergüenzas todos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las "crisis" son muy ventajosas... ¡para ellos!, claro.

      Eliminar