Francia: ¡movilizarse
contra la represión judicial de los chalecos amarillos!
Leer el original en francés, publicado el 11 de marzo en Révolution.
Traducción: Arrezafe
El movimiento de los
chalecos amarillos despierta miedo y agresividad en sus oponentes.
Además de la violenta represión (2.000 personas han resultado
heridas, 18 tuertas y cinco han perdido manos), el gobierno ha
respondido mediante una intensa de represión judicial sin
precedentes.
Una declaración
realizada el 22 de noviembre de 2018 por la ministra de Justicia,
Nicole Belloubet, otorgó carta blanca al estado para realizar
registros y arrestos a cualquier persona asociada a los chalecos
amarillos o simplemente por semejanza con los mismos.
Represión
La magnitud de la
represión judicial es asombrosa. Durante más de cuatro meses de
movilización, el Ministerio del Interior informó que más de 8,000
personas fueron detenidas por asociación con el movimiento y 1800
condenadas. Por orden del Ministerio de Justicia se han producido
arrestos masivos. El simple hecho de usar gafas protectoras o de
tener una solución salina (que se puede utilizar para tratar los
efectos de los gases lacrimógenos) es suficiente para que alguien
sea detenido y quede bajo custodia. El Syndicat des Avocats de
France (SAF) ha denunciado la ausencia casi sistemática de
informes policiales adecuados. En su lugar, los gendarmes simplemente
llenan una "hoja de calificaciones" (un tipo de
cuestionario de opción múltiple que a menudo es ambiguo e
incompleto) para procesar al acusado.
En París, el número de
comparecencias inmediatas ante un tribunal se ha duplicado desde el
comienzo del movimiento. El Tribunal Superior de París es como una
factoría donde los juicios se emiten día y noche en cantidades
infernales. Los motivos de las condenas a menudo son confusos y
engañosos, como este, por ejemplo, de "participación en un
grupo para la preparación de la violencia y la destrucción".
Este "delito" surrealista permite que cualquier persona que
se halle en la escena de una protesta pueda ser detenida y condenada
sin que ni siquiera haya habido enfrentamiento con la policía.
Le Monde Diplomatique
relató la historia de un trabajador bretón detenido en un
aparcamiento, lejos de cualquier protesta, porque el maletero de su
automóvil contenía equipo de protección (máscara y gafas) ¡fue
condenado a seis meses de inhabilitación!
Por otra parte, la
policía es libre de atacar y mutilar a los manifestantes con total
impunidad. Considérese el caso de Didier Andrieux, el comisario que
golpeó a varias personas pacíficas durante la octava semana de
protestas en Toulon. No se ha enfrentado a ningún proceso judicial.
Las llamadas "Investigaciones IGPN" contra la conducta
indebida de la policía equivalen a nada.
Ejemplificantes
sentencias contra los chalecos amarillos.
Las sentencias contra los
chalecos amarillos son formidables. Además de las altas multas, se
dictan penas de prisión. En 316 ocasiones, se han registrado orden
directa de prisión incondicional.
Desde 1995 hasta 2018, se
emitieron 33 sentencias prohibiendo manifestaciones. En los últimos
cuatro meses, a varios cientos de chalecos amarillos se les ha
prohibido manifestarse, y algunos que lo hicieron fueron privados de
sus "derechos civiles", incluido el derecho al voto.
En televisión,
periodistas y expertos piden acciones más enérgicas contra los
"matones sediciosos" arrestados en las manifestaciones,
pero en el informe de los acusados no vemos matones, sólo
trabajadores precarios, campesinos, transportistas y estudiantes.
Las sentencias dictadas
tienen una función política. La represión judicial tiene como
objetivo intimidar a los opositores del gobierno y reducir las
manifestaciones, cuyo derecho está, de facto, socavado.
Lo hemos dicho antes y lo
repetimos: ante la brutalidad de la policía y la represión judicial
contra el movimiento de los chalecos amarillos, la respuesta de los
dirigentes sindicales no está del todo a la altura.
La dirección de la
confederación sindical con más militantes, la CGT, se ha limitado a
vagas protestas. Pero no ha tomado medidas serias, por no hablar de
una huelga general de 24 horas, lo que sería un buen comienzo. La
debilidad invita a la agresión. Si ve que la represión ejercida
contra los chalecos amarillos no provoca ninguna reacción de los
sindicatos, el gobierno irá más allá. A través de los chalecos
amarillos, toda la clase trabajadora es el objetivo.
¡Abajo la represión
judicial contra los chalecos amarillos!
¡Por una huelga
general de 24 horas!
¡ON LÂCHE RIEN! ¡NO NOS RENDIMOS!
Se nos olvida que Francia ha sido y es un imperio disfrazado de república.
ResponderEliminarLibertades formales, mientras sean inofensivas.
Reservado el derecho de admisión: ¡No crucéis mis límites!
Suscribo el comentario de Juan José.
ResponderEliminarNo sé por cuanto tiempo seguirán con las movilizaciones, pero parece que se ha convertido en un modo de vida.
Salud!
Ese es, a mi parecer, un riesgo en el que espero no caigan. Por eso, estas movilizaciones, a la par que crean conciencia y unidad, deben establecer metas más allá de la mera protesta periódica. Los paros y la huelga general son tan necesarios como inevitables si se quieren alcanzar los objetivos que se proponen.
EliminarSalud!