La
joven Cuba – 26/05/2019
Como si el espíritu
mesiánico del Papa Urbano II hubiera reencarnado en Trump y su
equipo un milenio después, hoy se reiteran los llamados a una
cruzada antisocialista a escala planetaria. Los predicadores actuales
exigen que se devuelvan a los fieles consumidores los lugares santos
de la ideología liberal, hollados por el colectivismo socialistoide
durante décadas.
El fundamentalismo
antisocialista cubre bajo sus alas a todo el mundo. Desde la política
interna estadounidense se extiende sobre China, Rusia, Venezuela,
Cuba, Nicaragua, Bolivia, Siria, Corea del Norte y –ioh, milagro
portentoso!- abarca hasta el Irán teocrático de los Ayatolás.
Realmente es difícil encontrar alguna similitud seria entre estos
países, excepto su empeño en no arrodillarse ante los dictados de
los pretendidos amos del mundo.
Pero la cuestión no es
tan sencilla. Los hombres del presidente han sido escogidos
con sumo cuidado y algunos de ellos van mucho más allá del jefe en
su expediente de luchas antisocialistas para creer que estamos en
presencia de una simple conjunción estrafalaria y casual de
dinosaurios políticos en el staff de la Casa Blanca.
Si algo saben Trump y sus
cruzados es que la crisis de gobernabilidad que recorre el mundo
parte de la desconfianza popular hacia los modos tradicionales de
hacer política de los agentes del poder hegemónico. Partidos
políticos, medios masivos de comunicación, programas de gobierno y
promesas de cambio no surten ya el efecto esperado y ellos lo saben
muy bien. De hecho, están al mando del ejecutivo estadounidense no
gracias a, sino a pesar de, esos aparentemente
todopoderosos factores.
En la cara opuesta de la
ideología los fantasmas del socialismo han ganado adeptos de manera
evidente. En los propios EE.UU. los discursos socialdemócratas de
Bernie Sanders y la carismática Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) -con
29 años la congresista más joven de la historia de EEUU- suenan
cual música celestial en los oídos de millones de trabajadores,
jóvenes e inmigrantes que claman por mayor justicia económica,
social y racial sin dejarse arrastrar por los mensajes reaccionarios
del magnate engreído y sus fans ultraconservadores.
A nivel internacional no
le va bien a la administración. Rusia y China no ceden en sus
pretensiones de gran potencia, Corea e Irán no se doblegan, Siria y
Venezuela no caen, México se respeta y Cuba resiste. Los europeos
son reticentes a unirse al carro de las sanciones anticubanas y
antiiraníes y, por el contrario, se acercan cada vez más a China y
se adhieren con entusiasmo a la Ruta de la Seda como fieles
descendientes del pro-chino Marco Polo.
En esas condiciones, qué
mejor opción para el grupo de poder imperial que anatemizar a los
mensajeros. Si Sanders y AOC piden poder real para el pueblo
estadounidense, son meros comunistas en piel de demócratas. Los
gobiernos populares que no han caído por las buenas en América
Latina, serán sustituidos a como dé lugar. El socialismo será
desterrado de este continente por decreto imperial. No importa si
tienen dificultades económicas, como Venezuela y Cuba, o si son un
ejemplo de la economía continental como Bolivia y Nicaragua.
Hasta ahora el único
valladar que ha parado a los cruzados de la Casa Blanca ha sido la
resistencia indomable. Los gobiernos que han mostrado debilidad y
titubeos en su actuación política han caído (Brasil, Ecuador),
pues el lenguaje de fuerza de los Pompeo, Bolton, Abrams y Rubio no
cree en negociaciones ni concesiones mutuas.
Parece que la vieja
disyuntiva entre socialismo y barbarie vuelve sobre el tapete
mundial. Al final, siempre la solución fascista está a disposición
de la plutocracia frente a la alternativa socialista. Ojalá los
pueblos sepan escoger bien entre ambos caminos en esta hora de crisis
de los viejos paradigmas hegemónicos del sistema. Ante los cuernos
de guerra de los nuevos cruzados vale la pena recordar a Julius
Fucik: "iHombres, os he amado. Estad alertas!"
El asalto a la res publica es el asalto del capital a los últimos bastiones de beneficio. En cuanto se hagan con todos los servicios comenzarán a aumentar los precios hasta que nadie pueda pagarlos. En USA te sale más barato dejar el trabajo y pagar un médico privado en méxico que pagar el seguro médico en el propio USA. Si eso es lo que quieren eso es lo que tendrán. Ya van por 50 mill de pobres y medio millon de transeúntes.
ResponderEliminarSalud!
Parece ser que nos encaminamos hacia una el neo-feudalismo que hace años pronosticó Umberto Eco.
EliminarSalud!