28 noviembre, 2021

Desesperada visita de Blinken a África — Netfa Freeman

 

Popular Resistance.org - 27/11/2021

Traducción del inglés: Arrezafe


Antony Blinken y el presidente senegalés Macky Sall

África es clave en el desarrollo de la nueva Ruta de la Seda promovida por China, cuya presencia en el continente ha originado pánico en Washington, que ha enviado al Secretario de Estado Blinken con el fin de evitar lo inevitable mediante hipócritas intimidaciones, mientras su administración desestabiliza Etiopía y otras naciones africanas.


La visita oficial del Secretario de Estado Antony Blinken a África ha estado caracterizada por las típicas muestras de paternalismo e hipocresía con que Estados Unidos suele tratar a África, pero esta vez con una sutil diferencia. Aparentemente, sus reuniones con los jefes de estado de Kenia, Nigeria y Senegal, tenían como objetivo abordar la pandemia de COVID-19, "reconstruir" una economía global más inclusiva, combatir la crisis climática, revitalizar la democracia y promover la paz y la seguridad.


El desafortunado papel de Estados Unidos en todas estas cuestiones es notorio y dificulta la condescendencia con la que ahora parece querer tratar a África. Retorciendo su argumento, y en velada referencia al ataque del 6 de enero al Capitolio, Blinken admitió ante un grupo de activistas de derechos humanos en Nairobi, Kenia, que "Estados Unidos tampoco es inmune a estos desafíos", siendo también vulnerable a la desinformación, la corrupción, la violencia política y la intimidación electoral.


El hecho es que EEUU, con el mayor número de muertes por COVID-19, se encuentra entre los países que menos han hecho para enfrentar la pandemia. Tampoco es un modelo en cuanto a la reducción de emisiones de CO2, dado que está a la cabeza de dichas emisiones. Un régimen oligárquico como el de Estados Unidos, en el que sólo los ricos tienen asegurados sus intereses políticos, no puede dar lecciones sobre democracia. Sin mencionar el hecho de que Estados Unidos es el principal responsable de la militarización del planeta con más de 800 bases en todo el mundo involucradas en innumerables operaciones militares, operaciones que son en gran parte desconocidas para la mayoría de la población estadounidense.




Aún así, Blinken se las arregló para instruir a los africanos en Nigeria sobre derechos humanos y autoritarismo. Bajo su lenguaje codificado es fácil encontrar tanto lo sustancial de la misión de Blinken, como la más flagrante hipocresía de Europa y Estados Unidos, desesperadamente preocupado por la creciente presencia de China en África. El duopolio Demócratas/Republicanos siente que Estados Unidos perdió un terreno crucial en África durante la presidencia de Trump, dada la indiferencia de éste por África y su intención de sacar las fuerzas estadounidenses del Cuerno de África.


Como prólogo al viaje de Blinken a África, los principales medios de comunicación estadounidenses, como NBC Nightly News, “informaron” sobre la preocupación de Estados Unidos por la única base militar de China en Djibouti. ¡Como si los Estados Unidos no tuvieran al menos 29 bases militares en África!


Con un estilo mafioso y en referencia a los muchos contratos que China tiene con varios países africanos para la construcción de infraestructura, Blinken sugirió que la intención de Estados Unidos es "proteger" a los países africanos para que no asuman deudas que los puedan lastrar. Los préstamos de China, sin embargo, suelen tener intereses bajos o nulos, y se llevan a cabo con una política de no injerencia en los asuntos internos del país.


La memoria sirve para estar debidamente informados y recordar los infames préstamos del FMI y el Banco Mundial, dominados por Estados Unidos y Europa, las insuperables tasas de interés con que atan a los países africanos, y las condiciones vinculadas a estas trampas, que incluyen programas de reajustes estructurales y que obligan a África y a otros países colonizados a:


Abrirse incondicionalmente a las inversiones extranjeras de corporaciones multinacionales capitalistas con escasos o nulos aranceles.

Privatizar los servicios sociales.

Reducir drásticamente o eliminar las protecciones para los trabajadores y la población local.

Eximir a las industrias extractivas de las regulaciones medioambientales.


Incluso cuando la élite estadounidense y sus correligionarios europeos brindan su ayuda sin requerir reembolso, dicha ayuda se utiliza como arma política para imponer su voluntad al resto del mundo, método bien conocido de recompensar a los aliados y castigar a aquellos que se atreven a cuestionar el orden global impuesto por la supremacía blanca.


Durante su última escala en Senegal, Blinken expresó satisfacción por sus reuniones con diversos líderes africanos, pero agregó que "nosotros [los Estados Unidos] tenemos que ser juzgados por lo que hacemos, no simplemente por lo que decimos". Tales tópicos solo podían tener peso para la clase compradora en África porque, como señala Dave DeCamp en antiwar.com, “Durante las últimas dos décadas, mientras China construía infraestructuras en África, Estados Unidos estaba ocupado construyendo bases militares y librando guerras".


Por supuesto, en la reunión del Secretario de Estado con el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, no se mencionó la guerra secreta de la CIA y el MI6 librada contra ciudadanos de dicho país por un equipo paramilitar entrenado por Estados Unidos que lleva a cabo redadas mortales contra kenianos sospechosos de trabajar con presuntos grupos terroristas. Enviar a Anthony Blinken con la misión de poner fin a la violencia en Etiopía equivale a enviar a Hillary Clinton a suavizar las tensiones en Libia. Hace sólo 6 meses, el Secretario de Estado de los Estados Unidos aludió a la intervención militar directa en Etiopía, amenazando: “Si los responsables de socavar una resolución de la crisis en Tigray no cambian de rumbo, deben contar con nuevas acciones de los Estados Unidos y la comunidad internacional".


Los millones de africanos que se manifestaron en todo el mundo el domingo pasado, en su mayoría etíopes del Cuerno de África, demuestran claramente que la intervención de Estados Unidos, en Etiopía en particular y África en general, no es bienvenida. Las soluciones centradas en las personas de los conflictos africanos requieren para su resolución procesos localizados en África y dirigidos por África, en la que el espacio para las nefastas agendas neocolonialistas occidentales está desapareciendo rápidamente.



1 comentario :

  1. Buen post, muy explicativo. USA necesita hundir África si quiere sobrevivir. La cuestión es evidente: son el 3% de la pob mundial y consume el 25% del petróleo. Pequeñas pérdidas de petróleo le afectan fuertemente. África debe caer.
    Salud!

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