Gloria
a la cucaracha que fastidia
y a la
hormiga constante —pertinaz—,
gloria
a la pulga en su ritual perfidia
y a la
rata bubónica y audaz.
Gloria
al volcán que ruge con descaro
y al
huracán que arranca las raíces,
gloria
a los cataclismos y gloria, claro,
a sus
temblores suaves y aprendices.
Gloria
a las bombas y a la guerra absurda
con
que se matan hombres y mujeres,
gloria
al rencor y a la venganza burda
que
hoy parece el placer de los placeres.
Con
tanta mala leche en nuestra historia,
no hay
mejor escondite que la gloria.
A la rata Borbónica es a la que le queda ya poca gloria de la que disfrutar. ;-)
ResponderEliminarSalud!
Muy optimista te veo.
Eliminar...¡Paz a los hombres, gloria en las alturas!
ResponderEliminar¡Cantad en vuestra jaula, criaturas!
Cantad... si la SGAE os lo permite, claro.
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