HIJO MÍO
Que soy libre, me
dicen.
Pero si quisiera tener
otro hijo
tendría que llevarlo
al Banco de la esquina
porque suya es mi
casa.
Mi niño llamaría
padre al director
y madre a la cajera
aprendería a andar
con una silla de oficinista
dormiría en un cajón
del archivador
y yo sólo sería un
pariente lejano
que le sonreiría
desde mi puesto en la cola.
Me pasaría de vez en
cuando con la excusa de ampliar la
hipoteca
sólo para ver qué
tal me lo crían
cómo le afecta el
aire acondicionado
si sabe poner un fax
y si el director le
regala un juego de sartenes
por su cumpleaños.
(De La alambrada de mi
boca – Ana Pérez Cañamares)
Líbranos, Señor, de esta Libertad
ResponderEliminarAmén.
EliminarA mi nunca me pasará eso, ¡jamás seré esclavo de un banco!
ResponderEliminar...yo meto la miseria que tengo en una caja de ahorros. :(
Salud!
Y ¿cuál es la diferencia?...
EliminarSalud!