Fragmento extraído de
una entrevista realizada a Chris Hedges (completa en inglés
aquí)
Transcripción: Arrezafe
Están robando y matando
a cualquiera que se interponga en su camino, el genocidio es un
componente intrínseco del imperialismo. He pasado 20 años de mi
vida en los confines del imperio, observando cómo funciona el
imperialismo, cómo se manifiesta fuera de las fronteras del propio
país, de supremacía blanca y de profundo desdén por la democracia.
Así pues, cuando lees sobre la Guerra del Peloponeso, del colapso de
la democracia ateniense y de la tiranía de Atenas, que esta impuso a
otros, y que finalmente se impuso a sí misma, ves que eso es lo que
hoy está sucediendo.
Los imperios siempre se
pudren desde adentro, así es como vomitan figuras como Trump. El
imperio se va minando desde adentro. Si viajas a través de los
Estados Unidos, compruebas que los puentes están colapsando,
las bibliotecas públicas están cerradas, todo lo público se
deteriora vertiginosamente. Es la incontrolada élite oligárquica
que controla todos los recursos y que vive, como en las repúblicas
bananeras, en restringidos enclaves privilegiados, mientras el resto
del país lucha denodadamente contra el desempleo y el subempleo en
niveles de subsistencia. Peligroso deterioro social que trae de
vuelta a casa las herramientas propias del imperio: la policía
militarizada, la vigilancia y el control general, los drones, la
amputación de los derechos civiles y de las libertades, como la
supresión del hábeas corpus a las personas pobres de color,
en aquellos lugares a los que Malcolm X llamó "colonias
internas", zonas económicamente deprimidas.
Así, el terror, porque
terror es la palabra correcta, es que una media de 3.3 personas son abatidas a
tiros diariamente por la policía en los Estados Unidos, casi todas
personas pobres, de color y desarmadas. De modo que, al terror
desplegado por las unidades policiales militarizadas en estas
colonias internas, hay que añadir otros dos factores: el
encarcelamiento en masa, tenemos el 25 por ciento de la población
carcelaria del mundo, dí clases en una prisión durante diez años,
y puedo constatar que el noventa y cuatro por ciento de estas
personas encerradas en prisiones ni siquiera tienen un juicio con
jurado. Esa es una forma de control social. La otra, que a menudo se
pasa por alto, son los desahucios, derivados en gran medida del
encarcelamiento de los hombres. A los pocos meses de haber sido
encarcelados, desalojan a las mujeres y a los niños de sus hogares
porque no pueden pagar las rentas a los propietarios de estos barrios
marginales. Así se destruye cualquier cohesión social dentro de la
comunidad, y es por ello que la gente dice que el sistema no
funciona. Yo digo que no es cierto, que el sistema sí
funciona: de la manera en que está diseñado para funcionar.
¿Cuándo llegarán los bárbaros?
ResponderEliminar¿Llegarán a tiempo?
Eliminarcrashoil.blogspot.com/2019/07/distopia-xi-en-verdad-heredaran-la.html
ResponderEliminarDiez años es el plazo establecido para (intentar) invertir el proceso, según el unánime cálculo de la comunidad científica.
EliminarHan transformado sus calles en campos de refugiados en que no se les provée ni de agua. A las élites les da absolutamente igual, y entienden el país como otro más de sus abrevaderos. No puedo estar más de acuerdo con este post.
ResponderEliminarSalud!
El panorama empieza a tener visos apocalípticos. Crece la cantidad de personas sin hogar y paralelamente disminuyen los servicios públicos básicos. Resultado, las calles se van llenando de orines y excrementos humanos que amenazan con epidemias, como en Los Ángeles y Nueva York. Los medios de (in)comunicación no dicen ni pío de todo esto, el capitalismo es perfecto: no se deshidrate, beba agua y póngase a la sombra.
EliminarSalud!