«Agitar el espantajo del
fascismo esperpéntico oculta la inacción absoluta del nuevo
reformismo agónico ante el fascismo real, reflejada en la
imposibilidad de utilizar las desmochadas herramientas de la
democracia burguesa para contener siquiera el embate del capital
contra las condiciones de vida de la clase trabajadora. Esa farsa
parlamentaria es el caldo de cultivo en el que la demagogia obscena
de la extrema derecha se siente a sus anchas y la mediocridad de la
esfera política campa por sus respetos. Si el estado ha quedado
desmochado por el vaciamiento de soberanía provocado por el hegemón
financiero, la excusa de utilizar a las fuerzas reformistas para al
menos contener al fascismo rampante carece de fundamento. El capital
no necesita ya –al contrario de los años 30– el brazo armado del
fascismo clásico para imponer su égida. Le basta con las camisas de
fuerza de la deuda a muerte y el potro de tortura neoliberal para
consagrar –incluso en la carta magna, véase la reforma manu
militari del artículo 135 en agosto de 2011, perpetrada por el
‘bambi’ Zapatero– su hegemonía sobre los títeres de los
hemiciclos».
02 julio, 2019
Farsa parlamentaria
Etiquetas:
Alfredo Apilánez
,
capitalismo
,
farsa parlamentaria
,
fascismo
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
Mil gracias por la publicación. Me ha hecho mucha ilusión
ResponderEliminar¿Eres Alfredo Apilánez? Pues entonces soy yo quien ha de darte las gracias por tus excelentes artículos. Un placer leerte por aquí.
EliminarNo, el agradecido soy yo por tus atenciones. Y aprovecho para felicitarte también por tu selección de textos que leo casi siempre. Un honor estar incluido. Salud
EliminarNo se puede salvar ni a uno, los partidos políticos, la partitocracia, son el cáncer de la democracia. La anomalía.
ResponderEliminarNi representan la cacareada soberanía popular, ni tan siquiera lo intentan, están mansamente entregados al capital.
EliminarHasta el fascismo de vovox es de chichinabo. Da igual que agiten banderas o lleven pulseritas, el dinero ni les va a sostener ni a volver a ayudar. Tal vez un par de millones y la atención de los medios puedan ser llamativos, pero lo único que hacen es engordar a sus líderes, debilitando el movimiento. El único poder hoy día es el ejército, y su hermano menor, la policía...y solo hasta que alcance el dinero, que esta por ver.
ResponderEliminarSalud!
Es como el Titanic, pero con una orquesta mucho peor y sin hielo (¡qué calor!).
EliminarSalud!