12 enero, 2018

Conviene recordarlo de vez en cuando... y tenerlo siempre presente.


“La voz de la rebelión”, por Agustín García Calvo

Stanislav Plutenko

Reproducimos [BABAB] un texto de Agustín García Calvo que ha compartido el Grupo de Estudios José Domingo Gómez RojasOriginalmente se publicó en mayo de 2012, en la edición n°20 de BICEL, boletín interno de la Fundación Anselmo Lorenzo.

A ver si se puede oír esto:
Por la razón y el sentido común podemos decirle a este régimen que padecemos, a todos esos planes de economía futurista que nos invaden desde lo alto, desde donde Estado y Capital (que son lo mismo en todas partes) mandan y nos mandan encima que estemos informados y preocupados, como si nos fuera la vida en lo mismo que les va a Ellos: en el futuro de su dinero, de su euro o de su dólar o de su yen o como se llame, en el futuro de las ventas demenciales de sus averiados productos, de esos que están llenando de basura los sitios donde se podría –quién sabe– vivir.
Podemos porque se puede decirle que no, simplemente que no, sin necesidad de proponer nada a cambio (ya la gente sabe por lo bajo cómo apañarse sin Ellos o puede irlo sabiendo a medida que tenga que hacerlo): sólo hay que perder un poco el miedo personal y dejarse decirlo, porque ya está bien de que nos traten como a idiotas acojonados, que tiemblan por su futuro, que no piensan más que en la seguridad (¡ja!) que puede darles una cuenta corriente, en tener para pagar y seguir comprando chismes inútiles a costa de venderse y matarse por un puesto de trabajo de los que Ellos promocionaron y crean y nos obligan a tener o no tener, como a idiotas que están llenos de eso que tanto nos animan a tener: sueños e ilusiones personales (¡ejem!), y que por tanto, no se enteran de nada de lo que están haciendo. Todos los días por todos los medios, tratan de demostrarnos que eso es lo que somos: unos auténticos individuos (Ellos dicen “personas”, que es una cosa muy santa), y que no hay más en la gente que eso.
La penuria de cada día, la miseria que vemos dentro y fuera, hay que verla –nos dicen– como si fueran el bienestar y la riqueza mismos por el miedo a perderlas, a quedarse sin ello. No hay más que ver esos lamentos que se promocionan por ahí, que hacen a tantos salir indignamente a reclamar más empleo, más educación, más sanidad pública a las calles, olvidados de que tal vez no hace mucho, antes de que les informaran sobre recortes y demás amenazas futuras, ellos mismos podían haber estado echando pestes de todo eso que llaman empleo, educación o sanidad, lo mismo públicos que privados. Es lo que está mandado pensar: que hay que dar gracias al señor y seguir así, progresando en lo mismo, porque, si no, podríamos volver a las cavernas. Pero qué pasa si en vez de engañarnos sin lo que ellos nos venden, que bien mirado, no puede ser nada de verdad bueno ni deseable para nadie. Todo el mundo sabe que son sustitutos. Sirven para llenar unas vidas contabilizadas previamente, que consisten en un tiempo vacío en que temer o esperar un futuro y otro futuro, que eso no merece llamarse ni vida, que es una existencia abstracta y sosa a más no poder. El dinero acaba con las cosas.
Para perder ese miedo, no hace falta más que dejarse pensar y decirlo, el alivio y el ahorro que sería para todo el mundo no tener que seguir contribuyendo a sostener tanta insensatez, que no haya papeles que hacer a todas horas, que no haya que ir a ningún sitio por obligación, ni trabajo ni vacaciones ni semana laboral que engorden los bancos, que no haya oficinas ni bancos ni ministerios ni más ventas de pisitos, automóviles y demás inutilidades. ¡Eso sí que sería economía de la buena, sin estados ni fronteras, la de la gente viviendo en la tierra, libre de todos esos estorbos de Estado, Trabajo, Dinero, Familia, libres del Hombre y su Historia! ¿No sentís cómo tiemblan los padres de la patria eterna, los ejecutivos creyentes en el Futuro? Quien diga que no se puede será que tiene algún interés en mentir, porque poderse, claro que se puede, que nada de verdad lo impide.
Sólo que a la gente le han dicho que algún gobierno de lo alto, algún orden tiene que haber, hecho de leyes y policías, porque si no, el caos, la ley de la selva y el comerse los unos a los otros. Pero no puede ser tan tonta la gente para creerse eso ni dejar que nadie se lo crea ¿no?, porque eso nunca se ha visto más que en fantasías o películas: el único caos y la única jungla que conocemos son éstos que han producido la administración de los estados al servicio del Dinero con toda violencia impuesta, los tenemos delante cada día sus horrores, sólo con fijarnos en el tráfico mismo. El miedo a los fantasmas de lo que podría pasar si no nos defendieran las leyes y sus fuerzas armadas de esos fantasmas que ellos mismos fabrican para asustarnos, sólo ese miedo vano, esa fe en que estamos seguros contra los fantasmas de las guerras y hambrunas que salen por televisión, parece ser más que nada lo que permite que la pesadilla real continúe.
Pero no puede hacerse creer por siempre a la gente que el terror en que “vivimos” es normal. Como decíamos al principio, aparte del miedo personal que nos han metido, vive entre la gente la razón y el sentido común que pueden decirle que no a toda esa organización del Dinero sin miedo ninguno, porque es horrible y mentirosa, y caiga quien caiga. Algún día habrá que despertar y decirlo ¿no?: pues que sea ahora. ¡Abajo la mentira!
¿O es que no se piensa que a lo mejor las mujeres y sus hombres, libres del dinero, podrían vivir y dejar vivir? Porque lo que es con Él…
Otro día seguiremos razonando, que ya se sabe que no se derriba el régimen de un soplo, pero mientras tanto cabe acá abajo corroer la fe en las mentiras que lo sostienen y dejarlo que se hunda.

¡Salud y a ello!




12 comentarios :

  1. Algún día no muy lejano, uno que nosotros mismos veremos, la masa crítica será suficiente para derribar el sistema. Sin luchas, sin violencia, sin usar sus métodos. La gente simplemente no colaborará, no apoyará al sistema y este morirá, sin más. Tampoco hay otro modo.

    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy optimista te veo, Piedra. Pero ojalá sea como dices, sin duda es una posibilidad.

      Salud!

      Eliminar
  2. Podemos. Y sin embargo no nos creen. Quizás en un mundo paralelo?. Que quizas este atravesando ese arrezafe que muestra orgulloso su descubridor en la Foto?. Quizás sea la puerta y al atravesarla veamos otra realidad y nos sorprendemos de que lo dejado atrás fue una extraña pesadilla.
    Quiero pensar que en un futuro los que vengan lo hallen con facilidad. Y vean imposible una vuelta atrás. Mientras tanto nos tocará pincharnos bastante rato.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La "vida en rosa" solamente se da en Hollywood, la vida real es más un arrezafe que una rosaleda. Conviene tenerlo presente para no llevarse amargas sorpresas.

      Eliminar
    2. Siento la mala interpretación. Aún así me resulta un buen consejo la respuesta. Gracias, de verdad.
      Si por interpretación también se puede hacer entre los matorrales diversos que pueden encontrarse en estos tipos de terrenos, ya que por extensión se conoce también a los lugares de abundante maleza, con pinchos, que ofrecen lugares cerrados y de difícil acceso. Así que bien pueden ser poblados también por de Rosal silvestre (escaramujo). En cualquier caso. La riqueza que ofrecen ambos arbustos y plantas es terrible. Frente a la bomba de vitamina C que tienen las hayas de este Rosal para prevenir catarros por ejemplo tenemos el amargor que da el cardo al comerlo debido a su componente, muy bueno para combatir afecciones hepáticas y biliar es así como un regulador de azúcar y colesterol en sangre. Tenemos en la naturaleza donde elegir en función de nuestras necesidades.
      Un buen saludo.

      Eliminar
    3. No te he mal interpretado para nada, Itxu. Al contrario.

      Saludos (siempre buenos).

      Eliminar
  3. Obviamente una reflexión. Por el "Deber de Pago" quedas automáticamente incluido y obligado a participar en la Rueda de Sufrimiento preparada para cada unx de nodotrxs y todo incautx que caiga en ella. No es negociable, no cabe la negativa, es así.
    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Interiorizar ese "no" al que alude AGC, hacerse conscientes del engaño, es ya un logro y condición previa para todo lo demás. Salvo raras excepciones, que las hay, nadie en su sano juicio disfruta estando en la cárcel.

      Salud!

      Eliminar
  4. Las religiones son mentiras compartidas que funcionan igual que las verdades dentro del grupo de los creyentes. "Fuera de la iglesia no hay salvación". La mentira se convierte en una "verdad práctica" indispensable para la vida dentro del grupo de los creyentes.

    La adoración del Dinero es también una religión, la religión más abstracta y universal. Representado por sus imágenes (que pueden cambiar: la Macarena o la Virgen del Rocío, el Dólar, o el Yuan, o el Bitcoin tienen valores mudables), subyace la Fe.

    Entonces, el proceso de descreimiento no es algo fácil, porque en la práctica nadie puede sustraerse a la llamada del muezzín a la oración, no cinco veces al día, sino permanentemente...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con fe o sin ella, todo el mundo acude a la "oración" (permanente, en efecto). Pero yo me quedo con las palabras finales de AGC: "...ya se sabe que no se derriba el régimen de un soplo, pero mientras tanto cabe acá abajo corroer la fe en las mentiras que lo sostienen y dejarlo que se hunda".

      Eliminar
  5. https://plus.google.com/+ItxuKorrikolari/posts/MUStpvehsQN

    ResponderEliminar