el
miliciano –
21/9/2018
Haciendo Estados
Unidos "grande de nuevo"
Una de las formas encaminadas a "hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande" ha sido
asegurar la precariedad salarial hasta el
punto en que la producción vuelva a ser rentable para la élite corporativa estadounidense. El crecimiento medio de los salarios reales se estancó antes de la crisis financiera mundial,
pero ha disminuido aún más desde entonces, por lo que el salario promedio en los Estados Unidos es más bajo que hace diez años. El
trabajo en prisión ha sido una fuente importante de mano de obra
barata y un medio para recortar los salarios. Los prisioneros no solo
son mano de obra barata, sino que también son más fáciles de
controlar. Las empresas son libres de evitar proporcionar beneficios tales como el seguro de salud o el pago por enfermedad. No necesitan preocuparse
por las demandas de vacaciones pagadas, aumentos salariales o
problemas familiares. En principio, el uso del trabajo penitenciario
no es muy diferente de los gulags de Stalin. Por supuesto, esto no
puede admitirse porque Estados Unidos finge ser el gran
defensor de los derechos humanos, los valores estadounidenses, etc.
La Federal Prisons
Industry Inc. en realidad publicita sus ofertas, como "crear empleos en Estados Unidos", con una larga lista de servicios que
los prisioneros pueden realizar, beneficiando a otras
industrias estadounidenses. No dicen que están explotando laboralmente a la población reclusa y que, por tanto, están contribuyendo a la reducción salarial de los trabajadores "libres".
No sorprende que "hacer
que Estados Unidos vuelva a ser grande" también implique el uso
de mano de obra foránea proveniente de países donde las condiciones son incluso
peores que en las prisiones estadounidenses. China utiliza la
mano de obra carcelaria para fabricar productos básicos que se
exportan directamente a los EE. UU. o que forman parte de productos
exportados a los EE. UU. Según una investigación del Financial
Times, China, que tiene una población carcelaria de 2,3 millones,
prácticamente igual a los EE.UU., utiliza mano de obra
penitenciaria para compensar la reducida rentabilidad de sus
manufacturas causada por el aumento de los salarios. Esto es, más o
menos, lo que argumenta la Industria Federal de Prisiones para justificar sus "servicios" en los EE.UU. Los productos agrícolas, como el ajo, los
productos de consumo, como los bolsos, y el ensamblaje de cables para
productos industriales, son ejemplos del tipo de trabajo llevado a
cabo por los prisioneros chinos. Aunque EE.UU. intenta ocultar
el hecho de que importa trabajo penitenciario chino, a menudo no se puede ocultar. Una mujer en Arizona, por
ejemplo, encontró una nota, escrita en chino, escondida en un bolso
que compró en Walmart. La nota decía:
"Los prisioneros en
la prisión de Yingshan, en Guangxi, trabajan 14 horas al día. Quien
no termine su trabajo será castigado ...ser prisionero en China es
peor que ser un perro en los Estados Unidos".
Obviamente, el preso que redacto dicha nota se dio cuenta de que su trabajo iba a ir a los Estados Unidos, pero
ignoraba que los presos estadounidenses se
encuentran en una situación similar. Otro prisionero que había
estado en la prisión de Tonghua, en la provincia de Jilin, declaró al Financial Times:
"A menudo
necesitábamos trabajar desde las cinco de la mañana hasta las nueve
de la noche para que la prisión pudiera ganar más dinero".
En China, las
prisiones funcionan como empresas, con sus propios equipos de ventas.
Así es exactamente como
se están gestionando las prisiones en los Estados Unidos, como
lo muestra el sitio web de Federal Prisons Industries mencionado
anteriormente. Pero lo que subyace a la mayor explotación de la
fuerza laboral estadounidense y mundial es la ley de la tendencia a
la caída de la tasa de ganancia. El aumento de la tasa de
explotación, la reducción de los beneficios laborales, la reducción
de las pensiones, así como los simples recortes salariales, son
formas de contrarrestar la tendencia a la baja de la tasa de
beneficio, en un intento de volver rentable la producción. Por
supuesto, el fenómeno de la caída de las tasas de ganancia no es
solo estadounidense y la crisis capitalista está golpeando igualmente a los
rivales de los EE.UU. El colapso financiero en 2008 fue
consecuencia indirecta de la caída en la tasa de ganancia. Las
empresas han estado reduciendo la inversión en producción, porque
simplemente no es lo bastante rentable, motivo por el cual han estado
invirtiendo en la especulación. ¡A diez años del último
colapso financiero, el sistema capitalista global ahora tiene diez
veces más deuda que cuando el sistema colapsó por unos $ 250
billones!
La administración Trump cree que continuar con la explotación del trabajo
esclavo en la prisión es el camino a seguir. Ha decidido revertir el
plan de la era Obama (consistente en eliminar progresivamente las prisiones
privadas) y promulgar nuevas políticas de ley y orden destinadas a aumentar
los arrestos y mantener las prisiones colmadas. Esto supone un reconocimiento implícito de que, para tratar de mantener las ganancias, la clase
trabajadora debe ser explotada aún más despiadadamente. También
otorgará más oportunidades para que donantes corporativos y
cabilderos del gobierno de EE.UU. obtengan ganancias de sus cuantiosas inversiones en este régimen de encarcelamiento masivo.
En los últimos años ha
habido campañas izquierdistas para reformar el sistema penitenciario
y poner fin al trabajo forzado. Pero esto es similar a otras campañas
reformistas, como los llamados a restaurar la vivienda social.
Simplemente, nunca sucederá bajo un capitalismo que ahora se
encuentra en su quinta década de crisis abierta. A pesar de las
garantías de políticos de izquierda como Bernie Sanders en los
Estados Unidos y Corbyn en el Reino Unido de que el capitalismo puede
ser reformado, el sistema simplemente no puede permitirse hacer
concesiones. Las promesas electorales de Sanders y Corbyn nunca se
cumplirán. No habrá educación gratuita en los Estados Unidos, del
mismo modo que no habrá desembolso de deuda estudiantil en el Reino
Unido, por poner solo un par de ejemplos.
El capitalismo se
encuentra en una etapa avanzada de su crisis. A falta de una
devaluación masiva y destrucción de capital, como ocurrió en el
pasado mediante la guerra mundial imperialista, el otro
camino abierto a tal fin es la explotación implacable de la clase
trabajadora. Esto significa recortes reales en los salarios, aumentos
en la tasa de explotación, reducciones en la provisión de
pensiones, recortes en beneficios sociales, vivienda y cuidado de la
salud, etc.
La única forma en que la
clase obrera estadounidense y mundial puede encontrar una salida a su
explotación diaria y, al mismo tiempo, deshacerse de las fábricas
penitenciarias, es poner fin al trabajo asalariado, la producción
mercantil y la ley del valor. Podemos reemplazar este sistema
podrido, que solo se preocupa por las ganancias, por un mundo de
"productores libremente asociados". Es necesario reconocer
que el capitalismo fracasó, mucho antes de su fecha de
vencimiento. ¡Acabemos con él y con el sistema salarial!
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