25 enero, 2023

Marruecos se convertirá en una enorme base militar estadounidense para contrarrestar a Rusia en África — Martin Jay

 

INTERNATIONALIST 360° - 24/01/2023

   Traducción del inglés: Arrezafe


Base Aérea Nouasseur (IATA: EVX, ICAO: LFOE) cerca de Casablanca en Marruecos, fue una base de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos desde 1951 hasta 1963.


Pudiera haber dudas sobre si Rusia está ganando la guerra en Ucrania, pero no hay duda alguna de que está ganando la guerra global contra Occidente que está comenzando en África.


Los expertos han afirmado durante meses que Ucrania ha hecho grandes avances en el campo de batalla y ha recuperado grandes extensiones de territorio que Rusia tenía. Si bien esta afirmación ha ido perdiendo validez en las últimas semanas, la mayoría de los analistas occidentales se entregan ciegos a su propio dogma negándose a mirar hacia una guerra mucho mayor que la de Ucrania, comúnmente conocida como el "sur global", aunque en realidad es "sólo el resto de el mundo” situado más allá de las fronteras de los llamados países occidentales.


Si bien la mayoría de los países de África y Asia no apoyaron la invasión de Putin, estaban más molestos por la narrativa occidental del "o estás con nosotros o contra nosotros", al que rápidamente siguió una amenaza del propio embajador de EEUU ante la ONU, quien dejó claro a África que los países que no acataran las sanciones de Estados Unidos contra Rusia serían castigados.


Sin embargo, eso no ha funcionado demasiado bien para Estados Unidos a pesar de haber eliminado los contratos de GNL (Gas Natural Licuado) en Europa, cuyos gobiernos están felices de pagar cuatro veces el precio del gas ruso ya que Washington todavía tiene unos cuantos problemas con esta nueva guerra mundial.


África está empezando a incomodar a Biden. En los últimos meses ha quedado claro que la amenaza de las sanciones ha fracasado y muchas naciones están dispuestas a convertirse en “no alineadas” y a arriesgarse o incluso a alinearse con Rusia por razones de seguridad.


Mali, una antigua colonia francesa que hasta hace unos meses albergaba tropas francesas que luchaban contra grupos terroristas islámicos, es ahora un aliado ruso de pleno derecho. Burkina Faso parece que seguirá el mismo camino. De ser así, es seguro que se producirá un efecto dominó en los países francófonos, cansados de la relación paternalista que tienen con París y la nauseabunda tutela proveniente del Elíseo. Esto no sólo comienza a preocupar a París, sino que la UE también empieza a ver los peligros de perder estos países ante Rusia y China.


También preocupa a Biden, quien, a diferencia de la UE o el Elíseo, al menos tiene los medios y la iniciativa para actuar en lugar de lloriquear como un perrillo recién castigado por su nuevo dueño.


El plan de Biden, como de tantos presidentes estadounidenses, no es original: enviar más tropas y mostrar presencia en el continente. Pero su elección del país al que enviarlas es a la vez interesante y peligrosa: Marruecos.


Joe Biden ordenó al secretario de Defensa, Lloyd Austin, que preparara un plan de emergencia para establecer una base militar-industrial estadounidense en Marruecos, informó el New York Daily News. Aparentemente, la estratagema se propuso durante una reunión de alto nivel a fines de diciembre, cuando Biden y Austin discutieron la nueva estrategia militar global de Estados Unidos.


Biden le ha dado instrucciones a Austin de que presione al Pentágono para que facilite los aspectos logísticos y legales de las inversiones de la industria de defensa estadounidense en Marruecos. Los detalles son incompletos, pero parece que Marruecos albergará compañías de defensa de EEUU, y posiblemente incluso recibirá, como Israel, ayuda militar de EEUU.


Esto no sólo sería un cambio de juego para que Marruecos muestre su musculatura en el continente, sino que también pondría al país en una posición más equilibrada respecto a Argelia, cuyo presupuesto de defensa empequeñece al de Marruecos.


Según fuentes de medios estadounidenses., antes de su reunión con Austin, Biden recibió un informe detallado del director de la CIA, William Burns, quien recientemente visitó Libia, sobre la expansión de la influencia de Rusia en África, incluidos Zimbabue, Sudán, República Centroafricana, Argelia y los países del Sahel y el Sahara. Bien podría ser que Biden sienta que, si bien es inconcebible luchar con Putin en Ucrania, las tropas estadounidenses y sus representantes podrían luchar contra ellos en África.


Para Marruecos, sin embargo, ciertamente hay un lado oscuro. ¿Debemos suponer que este nuevo plan de más tropas sobre el terreno y más equipo desactivará la amenaza de Argelia, con la que Rusia tiene una amistad formidable? O, más probablemente, ¿esto sólo aumentará las apuestas creando un escenario de guerra, completamente fabricado por la administración Biden, que en última instancia los marroquíes tendrán que afrontar por su cuenta? Sorprendentemente, el formato de “golpe y fuga” que Biden inició en Ucrania en 2014, que condujo a la guerra, junto con una estrategia similar en Taiwán, se está cultivando en Marruecos para antagonizar y amenazar a Argelia a lo largo de su larga frontera, más probable en el Sur, en el Sáhara Occidental. Sólo podemos suponer que los informes de hace unas semanas en los medios afines al estado, sobre los acuerdos de las plantas de energía nuclear acordados entre Marruecos y Rusia también forman parte del movimiento de Biden en Marruecos. Es posible que él lo vea como un doble golpe, pero como casi todo lo que toca el presidente estadounidense en el ámbito geomilitar, lo jode, en palabras del propio Obama. Es probable que Rabat haya utilizado el acuerdo con Rusia como una carta, apostando a llevarse todo el bote si EEUU aumenta su presupuesto militar más allá de los minúsculos 1.500 millones de dólares actuales. Pero al igual que la reciente chapuza de Rabat en el escándalo de los sobornos en Bruselas, que tiene más que ver con las pésimas habilidades mediáticas de la élite, es probable que el juego de EEUU los convierta en los perdedores, ya que son los muñecos de prueba de choque elegidos por Biden para su último experimento geopolítico. Recen por los marroquíes. Son buenas personas que pagarán un alto precio por ser crédulos e inseguros.


 




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