INSIDE
CHINA – 02/12/2025
Traducción del inglés:
Arrezafe
Balas:
Es bien sabido que China
posee el amplio monopolio a largo plazo sobre casi todos los metales
de tierras raras y minerales críticos.
Sin embargo, cada uno de
estos minerales plantea desafíos únicos a los países occidentales
que aspiran a construir cadenas de suministro para ellos.
El galio es ilustrativo.
Es un componente crucial para la electrónica más avanzada utilizada
en defensa y en el sector civil.
Sin embargo, el galio se
produce como subproducto de la fundición de aluminio, a partir de la
bauxita. Sólo fundiendo cientos de millones de toneladas de mineral
de bauxita para extraer aluminio, se pueden extraer unos pocos
cientos de toneladas de galio.
La mayoría de las
fundiciones en los países occidentales han cerrado, y tanto la
minería de bauxita como la fundición de aluminio están actualmente
dominadas por China, Rusia e India.
Las iniciativas para
repatriar la producción de galio a Estados Unidos adolecen de dos
defectos. Sus fundiciones nunca se molestaron en extraerlo, y para
producir galio, es necesario reconstruir las industrias de fundición
de bauxita y aluminio.
Todo el mundo es ahora
consciente del problema de las tierras raras y de que China
domina las cadenas de suministro de casi todas ellas.
Y cada una de esas
tierras raras, junto con los minerales y metales críticos, presenta
desafíos únicos y enormes para los países occidentales que desean
restablecer dichas cadenas de suministro. Además, es preciso señalar
ciertas salvedades, ciertas condiciones, porque muchos de esos
metales nunca los tuvimos en Occidente, y aún no los tenemos.
Hoy
analizamos el galio, que no es una tierra rara, pero sí crucial.
Y, al analizarlo, consideremos que los problemas a los que nos
enfrentamos al abordar el dominio chino del galio, son similares a
los de todos los demás metales.
China tiene un monopolio
virtual del galio, lo cual representa un grave problema para el
Pentágono y los fabricantes de armas. Este
informe se publicó al mismo tiempo que Pekín suspendía las
exportaciones de galio para usos duales, por lo que Washington y la
OTAN se dieron cuenta de que necesitaban reducir los riesgos de sus
cadenas de suministro. China produce el 98 % del suministro mundial
de galio proveniente de la extracción. El galio es un subproducto
resultante del procesamiento de la bauxita, principal fuente para la
extracción de minerales derivados del aluminio.

A diferencia del mundo
occidental, China cuenta con una enorme industria minera y de
procesamiento de aluminio,. Tras la extracción y fundición de la
bauxita, los ingenieros pueden extraer el galio. Pero el objetivo de
la minería de bauxita es el aluminio. Hace años, Pekín exigió a
los mineros del aluminio que extrajeran el galio, en lugar de
simplemente desecharlo, y en diez años la producción china de galio
pasó de 22 toneladas a 444 toneladas.
Cuatrocientas toneladas
no parecen muchas, y ciertamente no lo son, comparadas con el
aluminio. Pero ese aumento de veinte veces en la oferta de galio
descontroló el mercado en todas partes, y los proveedores en Europa
y Kazajistán cerraron. China quedó como el único productor
mundial.
En estos dos gráficos
vemos el problema. El primero es la cantidad de aluminio que producen
otros países desde 2005, la producción de aluminio del resto del
mundo, en conjunto, ronda los 25 millones de toneladas anuales.
China, desde 2005, pasó de 8 millones de toneladas a más de 40
millones, un aumento de cinco veces. En este gráfico se muestra la
producción mundial de galio. El resto del mundo, de nuevo en azul,
desciende a casi cero, mientras que China muestra una situación
inversa.

Así pues, ahora China lo
tiene todo: las fundiciones que solían extraer galio en los países
de la OTAN han cerrado, y el Pentágono se apresura a buscar más.
Los fabricantes de armas necesitan galio para alimentar sus
semiconductores para la defensa antimisiles, radares, guerra
electrónica y equipos de comunicaciones. Todo debido a que el galio
posee propiedades químicas ideales para esas aplicaciones: altas
temperaturas, alto voltaje y altas frecuencias no suponen ningún
problema para los chips basados en galio.
También se han
desarrollado y aplicado compuestos de galio en los sectores militar e
industrial. El arseniuro de galio se utiliza en sistemas GPS,
municiones guiadas de precisión y teléfonos inteligentes. El
nitruro de galio es necesario para los radares más avanzados, los
sistemas de defensa furtiva y antimisiles, y en los propios buques de
la Armada estadounidense. Las empresas civiles necesitan dichos chips
para torres 5G, energía solar y vehículos eléctricos, por las
mismas razones por las que el Pentágono los valora para aplicaciones
de alto rendimiento: por su eficiencia y durabilidad.
Sistema tras sistema, el
galio está en todas partes. Los chips de galio alimentan docenas de
sistemas de radiofrecuencia y radares. En optoelectrónica, en la
iluminación, LIDAR y láseres. En equipos de energía: naves
espaciales, carga rápida, centros de datos, gestión de redes
eléctricas. Y en energía limpia.
En cuando enumeramos
todas las aplicaciones que requieren galio para funcionar, entendemos
que para desarrollarlas necesitamos que China nos lo suministre o que
descubramos cómo fabricarlo nosotros mismos. Pero es el dilema del
huevo y la gallina: el galio proviene de la minería y fundición de
bauxita, y la base para hacerlo es la industria del aluminio, y no la
tenemos.
Hubo una época en que
Estados Unidos era uno de los mayores productores de aluminio del
mundo. Veintiocho fundiciones de aluminio en EEUU, operando durante
décadas, fueron
cerrando una tras otra. Aquí se muestra un gráfico de la
producción de aluminio en EEUU: en las barras verdes la producción,
y en negro los cierres de fundiciones.
La producción alcanzó
su punto máximo en 1980 y desde entonces se ha reducido a cero,
lenta pero inexorablemente. He
aquí otro gráfico: EEUU y China comparados, con el porcentaje
de la producción mundial moviéndose decisivamente en direcciones
opuestas:
Y recuerden que, de todos
modos, separar el galio del resto de los minerales de bauxita nunca
fue una industria en los Estados Unidos.
Una cosa más sobre China
y el resto del mundo, no hay buenas noticias para los contratistas
del Pentágono. China, India y Rusia suman alrededor del 70% de la
producción de aluminio. Huelga decir que los países BRICS no tienen
ningún interés en ayudar a la OTAN a construir más misiles y
aviones espias.
Pekín comprendió desde
el principio el significado de sus gigantescas operaciones de
aluminio para la obtención del galio, y lo que este representa para
todo lo que impulsará el resto de este siglo. En su plan quinquenal,
a partir de 2021, el galio fue un elemento clave de la estrategia
para desafiar tecnológicamente a Occidente.
Hoy, esa carrera ha
terminado. China disfruta ahora de ventajas de vanguardia en todas
esas tecnologías. En aplicaciones industriales avanzadas y equipos
de carácter militar, donde el dinero no supone un problema y los
ingenieros exigen galio en lugar de silicio, China ha superado con
creces a Estados Unidos, Europa y Japón.
Luego vinieron las
prohibiciones que niegan el galio chino a cualquiera que pudiera
construir algo para el Pentágono, y los fabricantes de armas y los
directores de empresas civiles empezaron a tomar conciencia de su
vulnerabilidad. De todos los metales, el galio ocupa el primer lugar
en términos de vulnerabilidad económica y potencial disruptivo,
porque gran parte de nuestros costosos productos dependen del galio,
y China puede bloquearlo fácilmente.
El informe concluye con
una serie de recomendaciones. La primera es invertir, con el apoyo
del Departamento de Defensa, en la extracción y refinación de galio
en Estados Unidos.
Y aquí cabe preguntarse
si los analistas leen sus propios informes. No se produce galio fuera
de la minería y fundición de aluminio, cosa que ya nadie hace en
Estados Unidos. Es posible que haya enormes pilas de mineral
desechado en torno a estas fundiciones abandonadas, mineral del que
nadie se molestó en extraer el galio, y de que ahora, quizás el
plan sea volver a descomponer todos esos desechos.
Pero eso es algo que
nuestros ingenieros tampoco han hecho nunca. Recordemos que Pekín
exigió a sus fundiciones de aluminio que extrajeran el galio. La
razón por la que se les tuvo que exigir —ya que no se molestaban
en separarlo dado que era un trabajo duro— es que requiere mucho
tiempo y dinero tan solo para extraer cuatrocientas toneladas de
galio de cientos de millones de toneladas de bauxita. Los productores
chinos de aluminio no creyeron que valiera la pena, así que Pekín
les dijo que o extraían el galio o perderían su licencia. Hoy, el
mundo es diferente, y se extrae todo.
Fuentes y enlaces:
The Critical Minerals to
China, EU, and U.S. National Security
https://elements.visualcapitalist.com/the-critical-minerals-to-china-eu-and-u-s-national-security/
How Much Control China
Has Over the World’s Critical Minerals
https://www.visualcapitalist.com/how-much-control-china-has-over-the-worlds-critical-minerals/
Figure 6. Global Primary
Aluminum Production, 2021
https://www.congress.gov/crs-product/R47294
Decline of U.S. Primary
Aluminum Production and the Growth of Secondary Aluminum
https://www.lightmetalage.com/news/industry-news/smelting/decline-of-u-s-primary-aluminum-production-and-the-growth-of-secondary-aluminum/
De-risking Gallium Supply
Chains: The National Security Case for Eroding China’s Critical
Mineral Dominance
https://www.csis.org/analysis/de-risking-gallium-supply-chains-national-security-case-eroding-chinas-critical-mineral
USGS critical minerals
review
https://apps.usgs.gov/minerals-information-archives/articles/usgs-critical-minerals-review-2021.pdf
A model to assess
industry vulnerability to disruptions in mineral commodity supplies
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0301420722003348
Mineral Monopoly: China’s
Control over Gallium
Is a National Security
Threat
https://features.csis.org/hiddenreach/china-critical-mineral-gallium/
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