30 marzo, 2022

Pablo González: periodista preso en Polonia “por espía ruso” del que se habla poco (o nada)

 






6 comentarios :

  1. Otra vergüenza más. Pero la gente está muy cómoda con los relatos impuestos por la OTAN y el Capital: Los valores de la Unión Europea, ja. Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es la vergonzosa versión actualizada del "Vivan las cadenas".

      Salud!

      Eliminar
  2. El grado de paranoia y filtración del nazismo en Polonia es difícil de entender en españa, porque a pesar de la dosis de infoxicación que llevamos no es nada comparado con el despliegue que allí se observa.
    España, ni la sexta, van a interceder, como tampoco intercedieron por Couso ni la activista prisionera en Israel. Esos no son Españoles según ellos, y por eso no se les trata como tales.
    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Polonia es hoy un país muy peligroso para la paz. Jamás debió incorporarse a la OTAN, como muchos políticos sensatos advirtieron. Yo me sentiría más seguro esquivando bombas en Donbass, que paseando por Varsovia.

      Salud!

      Eliminar
  3. En periodos históricos como el que estamos viviendo, en los que emergen a la superficie y se agudizan las contradicciones antagónicas del Sistema, podemos observar con mayor claridad la verdadera naturaleza de la dictadura del capital que se viste de ‘democracia’, ‘mundo libre’ o ‘civilización occidental’.

    Asistimos al espectáculo del desenmascaramiento y la caída, uno tras otro, de los mitos fabricados por la ideología dominante y sumisamente asimilados por la ‘opinión pública del mundo mundial’.

    La PROPIEDAD PRIVADA del Imperio yanqui es la única que se respeta. Por su parte el Imperio puede robar el oro de Venezuela, Rusia, Afganistán, Libia…
    O si hablamos del ‘MERCADO LIBRE’ vemos cómo se apropia del petróleo sirio, venezolano, libio, iraquí… o incluso de los contratos ‘ya firmados’ de sus dóciles lacayos franceses, submarinos con Australia o Alemania, gas con Rusia…

    A la JUSTICIA INTERNACIONAL el Imperio yanqui se la pasa por el Arco del Triunfo, no se somete a ningún tribunal internacional y sólo forma parte de organismo en los que tenga derecho de veto. Así puede fabricar guerras dónde y cuándo le convenga, instalar laboratorios de armas químicas y biológicas en países ‘soberanos’ como Ucrania, o cárceles secretas en Polonia, Guantánamo o cualquier país ‘Golfo del Golfo’.

    Y por no alargar la cosa, el incomprensible mito de ‘LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN’, queda perfectamente plasmado en la imposición del ‘discurso único’ que ha impuesto el Imperio yanqui a través de su monopolio de medios de producción y difusión de patrañas a nivel global. Sólo con el ejemplo del alevoso crimen, a cámara lenta, que se lleva una década cometiendo sobre Julian Assange, uno de los pocos informadores que se han atrevido a difundir los crímenes del Imperio yanqui y sus civilizados socios judíos, árabes y europeos, bastaría para sonrojar al más vil de los paraperiodistas. Y si hablamos de Spain, la más lacayuna y servil de las naciones que se someten incondicionalmente al Imperio yanqui, vemos cómo se respeta la libertad de expresión de un periodista como Pablo González : se le estigmatiza como espía pro-ruso, se le encarcela y se le incomunica… ¡en la otanista Polonia! ¡no en la satánica Rusia!

    En fin, esperemos que la suerte de Pablo no sea la de Couso, asesinado por un tanque yanqui, ni la de Pepe Rei a manos del fascista Garzón y su cruzada contra el terrorismo… ¿de Estado?

    Salud y comunismo

    *

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En este teatro de siniestras marionetas, el guion de la compañía siempre ha sido el mismo, el que se reescribe a conveniencia es el del publico: "Aquí aplaudan. Aquí lloren. Aquí abucheen. Aquí pateen. Aquí vitoreen...".

      La tóxica potencia de la propaganda ha llegado a tal extremo, que no basta probar y exponer que el rey va desnudo. Es la guerra llevada a todos los ámbitos sociales. Más que al "rey", es su "sastrería" la que hay que desenmascarar.

      Salud y comunismo


      Eliminar