Ciertamente, y la transparencia a retornado a las aguas de Venecia. No hay virus peor que la guerra que le hemos declarado al planeta. Gracias por pasarte por aquí, Viena.
Yo también amo el silencio en todas sus formas y con todos sus significados... pero este silencio amenazante, crudo, aplastante, tozudo como la realidad misma, también a mi me aterra. Añadido a la certeza que cuando esto se vaya acercando a un cierto final al menos momentáneo, la sociedad volverá a su vida de consumismo desquiciado y olvidadizo. No creo que seamos capaces ya como sociedad de sacar conclusiones y dar un giro priorizando al ser humano, y al medio ambiente. La avaricia nos come.
El capitalismo no educa, en el sentido de proveer conocimiento, adiestra, adicciona, adoctrina y corrompe a su narcotizada y voraz feligresía. Y si todo ello no funciona, la aterroriza.
Y mientras la gente compite, temerosa, por seguir respirando, el planeta respira un poco mejor.
ResponderEliminarEs la parte amable de un momento de desconcierto.
Salud Loam
Ciertamente, y la transparencia a retornado a las aguas de Venecia.
EliminarNo hay virus peor que la guerra que le hemos declarado al planeta.
Gracias por pasarte por aquí, Viena.
Salud!
En ese silencio está todo. Ante él soy incapaz de enlazar dos palabras juntas.
ResponderEliminarA mí me sucede lo mismo. Es un vórtice invisible e inaudible, pero pavorosamente real.
EliminarAmo el silencio del árbol, del crepúsculo, del gato, de la luna, de la mar entre sus olas.
ResponderEliminarPero hay silencios que me dan mucho miedo.
A mi este me aterroriza.
EliminarYo también amo el silencio en todas sus formas y con todos sus significados... pero este silencio amenazante, crudo, aplastante, tozudo como la realidad misma, también a mi me aterra. Añadido a la certeza que cuando esto se vaya acercando a un cierto final al menos momentáneo, la sociedad volverá a su vida de consumismo desquiciado y olvidadizo. No creo que seamos capaces ya como sociedad de sacar conclusiones y dar un giro priorizando al ser humano, y al medio ambiente. La avaricia nos come.
ResponderEliminarEl capitalismo no educa, en el sentido de proveer conocimiento, adiestra, adicciona, adoctrina y corrompe a su narcotizada y voraz feligresía. Y si todo ello no funciona, la aterroriza.
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