Jaque
al neoliberalismo – 17/03/2020
La situación de los
últimos días nos ofrece un ejemplo de una perversidad pocas veces
vista: en medio de una pandemia global la mayor superpotencia del
planeta persiste en la aplicación de una política de bloqueo y
sanciones económicas contra terceros países que impiden, o
dificultan enormemente, acceder a los medicamentos necesarios para
defenderse de la mortal amenaza del coronavirus.
La historia de la
humanidad está signada por infinidad de episodios que desnudan la
omnipresencia del mal. Caín ultimando a su hermano Abel da comienzo
a esta historia desde los albores míticos de la especie humana. A lo
largo de siglos y milenios los ejemplos abundan, en todas las
latitudes. Ninguna sociedad se libró del mal y los sufrimientos que
ocasiona. Pero la situación de los últimos días nos ofrece un
ejemplo de una perversidad pocas veces vista: en medio de una
pandemia global la mayor superpotencia del planeta persiste en la
aplicación de una política de bloqueo y sanciones económicas
contra terceros países que impiden, o dificultan enormemente,
acceder a los medicamentos necesarios para defenderse de la mortal
amenaza del coronavirus.
Entre nosotros, Cuba y
Venezuela han sido víctimas principales de esa política criminal.
Cuba viene soportando con dignidad y estoicismo ejemplares el bloqueo
integral más largo de la historia: ningún imperio, ningún déspota,
ningún tirano por cruel o bárbaro que haya sido hizo lo que
sucesivos gobiernos de Estados Unidos hicieron en contra de la isla
rebelde. A lo largo de seis décadas perpetraron en su contra, sin
pausa alguna, crímenes de lesa humanidad. Bajo Donald Trump éstos
se agravaron hasta llegar a extremos desconocidos por la amplitud y
variedad de sus intervenciones y su sistemática vocación de hacer
el mal al pueblo cubano. Políticas genocidas encaminadas a
exterminar o infligir graves daños a un colectivo, en este caso la
nación cubana, que los autoproclamados líderes del mundo pretenden
justificar aduciendo que con ellas la democracia, los derechos
humanos y la justicia florecerán en Cuba. Detrás de tan
altisonantes declaraciones se oculta un propósito inconfesable,
perseguido por Estados Unidos desde 1783 según lo dejara sentado por
escrito John Adams desde Londres. En efecto, en una célebre carta
dijo que la isla era una “extensión natural” del territorio
continental de Estados Unidos y que su anexión era necesaria para su
seguridad nacional que podía ser nuevamente amenazada por el Reino
Unido y que, por lo tanto, su independencia jamás debería ser
tolerada. O sea, hay una obsesión de casi dos siglos y medio para
apoderarse de la isla, misma que se exacerbó de modo extraordinario
en fechas recientes.
Venezuela ha sufrido
también la brutal agresión del imperio. Las “sanciones”
económicas aplicadas el estado bolivariano y a sus principales
dirigentes no tuvieron otro efecto que provocar crueles sufrimientos
a la población y causar muertes por la imposibilidad de importar
medicamentos y alimentos que o bien ya habían sido pagados o estaba
el dinero depositado en bancos europeos para financiar su compra pero
que la Casa Blanca ordenó inmovilizar. Otro genocidio de manual,
unido al robo descarado de los patrimonios de la República
Bolivariana de Venezuela en el exterior –caso CITGO, por ejemplo–
y los continuos sabotajes y hostilidades vehiculizados a través de
algunos asesinos seriales como Iván Duque y de bufones corruptos
como el “autoproclamado” Juan Guaidó, estúpido de marca mayor
que cree que los drones y los misiles de una invasión
estadounidense, en caso de producirse, afectarían tan sólo a los
chavistas dejando indemnes a sus escasos y cada vez más
desmoralizados partidarios.
Washington, que ya inició
su inexorable declinación como centro imperial, actúa como un
hampón desenfrenado que impone su ley gracias a la mortífera
eficacia de sus armas y, también, a la cobardía de gobiernos como
los de Europa y Japón que consienten sus tropelías y admiten
ovejunamente la “extraterritorialidad” de las leyes de Estados
Unidos. Creen que el Calígula neoyorquino en ningún momento se
volverá también contra ellos. La pandemia está demostrando lo
contrario y también ratifica que la maldad que encarna Donald Trump
y la dirigencia política y corporativa de Estados Unidos es
incomparable.
Nadie, absolutamente
nadie, arrojó bombas atómicas sobre dos ciudades indefensas en
Japón. Nadie sometió a otro pueblo a un bloqueo de sesenta años o
a sanciones económicas destinadas a infligir el mal a una comunidad.
En el marco de una pandemia como la actual un mínimo resto de
sentimientos humanitarios debería haber impulsado a la dirigencia de
Estados Unidos –y no sólo a Trump– a declarar la temporaria
suspensión del bloqueo y las sanciones en contra de Cuba y
Venezuela. No lo han hecho, ni lo harán. Tenía razón Oscar Wilde
cuando, hace poco más de un siglo, dijera que “Estados Unidos es
el único país que pasó de la barbarie a la decadencia sin pasar
por la civilización”.
Lo más triste de todo, es que esos criminales movidos por el mal y perpretadores del mal, han conseguido manipular la opinión pública para que crean que el mal, es Cuba, Venezuela etc.. Han conseguido propagar tanto su mal que ahora mucha gente obrera y de a pie, cree que su enemigo son sus hermanxs y es el comunismo y el que defiende la vida y la justicia e igualdad social y el bien!
ResponderEliminarDan ganas de llorar.
Salud Loam!
"Resistiré", cantan quienes apenas llevan una semana enfrentándose a esta situación. Cuba lleva 60 años resistiendo, no estaría mal que de vez en cuando saliéramos a los balcones y le dedicáramos un solidario aplauso.
EliminarDan ganas de...
AbrazoT, Mareva!
¿Nada que decir de Irán que ss uno de los países con más casos de resfriado mutante? Porque también lo tienen bloqueado.
ResponderEliminarSalud!
El autor ha defendido en múltiples ocasiones no sólo a Irán, sino a Nicaragua, a Corea del Norte y a Siria. No menciona a Irán en este artículo porque en el trata de dos países latinoamericanos, de América Latina, de donde él es oriundo.
EliminarTanto esparcir mierda ahora USA tendrá su propia medicina. USA cree que bloquea cuando lo que está haciendo es bloquearse a sí misma. Cuando esté bien arrinconada ya haremos justicia. Pero primero le daremos una lección a los capitalistas de estos lares, que los tenemos más a mano.
ResponderEliminarSalud!
Tienen las fuerzas armadas más poderosas del mundo, pero los virus y la pobreza (que ya hace estragos en USA) no se pueden combatir a cañonazos. Aunque, quién sabe, igual al Calígula Naranja de Washington ordena a la Sexta Flota que ataque al coronavirus, jajaja...
EliminarSalud!
Malagente malagente. Sus cálculos sin piedad son lo peor que ha podido pasar al mundo entero. Una élite impía y un pueblo sin educar.
ResponderEliminarLos más insensatos y obstinados depredadores del planeta.
EliminarComo siempre voy corriendo, no me había parado a leer bien la letra de la canción. Me encanta y la suscribo, y escuchándola me ha alegrado el día. Como me alegra pasar por aquí para enterarme bien de lo que no cuentan.
ResponderEliminarDeseo que estés bien y gracias por existir tú y tu blog.
Gracias, Isabel, por tu alegre y generoso comentario.
EliminarUn abrazo y salud!