19/03/2020
Fragmentos tomados del artículo: En casa y sin tocar a
los otros - Luis Bonilla-Molina
[…] El encuentro humano
articulaba y expresaba el consumo, sus modalidades y nuevas
expectativas. Basta ver toda la publicidad del siglo XX para darnos
cuenta que encuentro humano, mercancías y consumo formaban la triada
cotidiana de la sociedad capitalista.
[...] las instituciones
educativas lejos de movilizarse se paralizaron. Hablaron mucho de
transdisciplinariedad, pero siguieron operando sobre una lógica
disciplinar ya obsoleta para el gran capital
Desprovistas de una
mirada de lucha de clases, las dinámicas institucionales de las
escuelas y universidades no fueron capaces de captar que el
movimiento incesante constituye una característica de las
resistencias capitalistas. Consideraron que eran útiles como
venían trabajando y que ahora habían surgido nuevas instituciones
que harían lo que ellas no estaban dispuestas a hacer. Este fue un
error estratégico porque no percibieron que estaban dejando en manos
de otros el epicentro del conocimiento vinculado a la aceleración de
la innovación.
[...]
Coronavirus: la
pandemia del miedo
De pronto, irrumpe en el
escenario una pandemia con impacto profundo en toda la sociedad
global, el coronavirus. Para la Organización Mundial de la Salud
(OMS) ”los coronavirus son una extensa familia de virus que
pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los
humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones
respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta
enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente
Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). La COVID-19 es la enfermedad
infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más
recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran
desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en
diciembre de 2019.” (OMS, 2019)
Ya la humanidad había
presenciado con temor el surgimiento de pandemias como el H1N1 y la
epidemia de Ebola (1976-2016), con brotes intermitentes. Sin embargo,
ninguna de ellas había alcanzado la diseminación del Coronavirus.
No voy a entrar en el debate respecto a si es un virus de mutación
natural o fue creado en laboratorio, porque no dispongo de los
elementos de convicción suficientes para afirmar ni lo uno ni lo
otro. Lo que sí es cierto es que en menos de tres meses más de ciento
veinticinco países sufrieron el impacto del virus.
Pero ahí comienzan las
explicaciones que construyen una nueva hegemonía social. Se señala
que el Coronavirus se extiende fundamentalmente por el
relacionamiento humano y al entrar en contacto con superficies donde
este depositada de manera residual la cepa del virus. Se culpa a los
viajeros, especialmente de vuelos aéreos y los cruceros, de ser los
trasmisores y difusores del virus.
La sociedad capitalista
del siglo XX e inicios del XXI había convertido en un derecho
civilizatorio la movilidad humana, por lo que restringirla se
convertía en un problema. De pronto el coronavirus hace posible lo
impensable, el temor a viajar se va instalando en el imaginario
colectivo social y el número de viajeros cae drásticamente hasta
que no solo es esperado, sino exigido, que en cientos de países se
prohíba viajar. No movernos del lugar pareciera ser el meta mensaje.
Del terror a viajar se
pasa al horror por el contacto humano, como si el vecino, el amigo,
la persona que encontramos en el metro, el autobús o la calle fuera
un potencial vector, un peligro para nuestra salud. Los cimientos de
la vieja sociabilidad de la primera, segunda e incluso de la tercera
revolución industrial se ven cuestionados. La deshumanización
adquiere una nueva escala y el desencuentro se convierte en un “acto
responsable”. Se naturaliza el desencuentro humano. Podemos vivir
sin estar en contacto con los otros y otras parecieran ser el mensaje
que se instala en la civilización humana.
El horror causado por los
miles de muertos en todo el orbe hace que sectores populares y la
clase media invoquen medidas autoritarias de control. Se eclipsa la
noción democrática de la toma de decisiones por una apelación
colectiva a la “manu military”. Los estados de
alerta, emergencia y de suspensión de garantías se hacen
“inevitables” y surge el primer Estado de sitio planetario. El
autoritarismo emerge con base social, el fascismo tecnológico
de la cuarta revolución industrial es un río desbocado que se abre
paso.
Las y los trabajadores
habíamos construido una identidad de nuestra labor que nos hacía
imprescindibles y de pronto encontramos que la sociedad puede
marchar, con un nuevo modelo de organización, sin muchos de los
trabajos a los cuales estamos acostumbrados. Cobran
sentido posible y práctico las afirmaciones de Klaus Snowb, creador
del Foro Mundial de Davos, respecto a que el desembarco de la cuarta
revolución industrial traería millones de desempleos en el mundo,
porque muchos de los trabajos que veníamos realizando, asociados al
mundo del trabajo y el consumo en las tres revoluciones industriales
precedentes ya no tendrían razón de ser. Se construye la hegemonía
social respecto a que muchos trabajos son prescindibles.
Durante semanas, la
sociedad comienza a reordenarse desde la casa. Se inculca o expande el
consumo “online” o el “Delivery”. Se promueve con hechos la
nueva educación para el consumo. Millones de seres humanos entran en
contacto acelerado con algo que aún les resultaba etéreo e
incómodo: el nuevo modelo de consumo en casa.
El sueño dorado del
capitalismo cognitivo del siglo XXI se muestra en la cotidianidad.
Millones de seres humano son lanzados a la educación en casa, una
nueva experiencia que parecía imposible solo unos, años atrás,
[...] Para poder concretar el salto, se ensayan plataformas y propuestas, mientras las familias aprenden colectivamente que es posible educar en casa, sin el acompañamiento de docentes, creando confusión sobre las diferencias entre enseñar a aprender y recibir información.
[...] Para poder concretar el salto, se ensayan plataformas y propuestas, mientras las familias aprenden colectivamente que es posible educar en casa, sin el acompañamiento de docentes, creando confusión sobre las diferencias entre enseñar a aprender y recibir información.
El miedo le construyó
condiciones de posibilidad a un nuevo paradigma social. El miedo
cohesionó mentalidades y forzó a ver nuevos caminos de cruce entre
aceleración de la innovación y modelo de organización social.
Mientras tanto, en las élites superestructurales de poder, la pugna
interburguesa continua con dos escenarios posibles: guerra para
resolver las diferencias o integración del capital transnacional para
dar paso al nuevo imperio tricéfalo extraterritorial. Veremos en los
próximos meses y años (?) el curso de esta puja.
[...]
Después de la crisis
una nueva hegemonía capitalista se habrá instalado
Es previsible que en
meses se supere la pandemia del Coronavirus. El modelo de control
ensayado por China moldeará el curso de la resolución de esta
crisis colectiva en materia de salud.
Todo vivirá la
apariencia de volver a la “normalidad” pero ya no seremos los
mismos. La hegemonía sobre una nueva forma de construir las
sociedades del capitalismo de la cuarta revolución industrial ya no será utopía, sino algo posible para miles de millones de hombres y
mujeres en todo el planeta.
La nueva normalidad
estará preñada de certezas sobre la necesidad de repensar la casa,
como escenario de vida, trabajo, educación, salud, seguridad y
gobernabilidad. El mundo se nos hará incontrolable y la tranquilidad
de lo que podemos moldear tendrá en la casa un espacio privilegiado.
[...] la semilla del “nuevo” modelo capitalista ha
sido sembrada. Es hora que las resistencias anticapitalistas se atrevan a
pensar esta nueva realidad, que ya no es un teorema, sino que se nos
ha mostrado como una realidad concreta.
[...] La explotación del
hombre por el hombre no desaparecerá por el contrario adquirirá
nuevas y terribles expresiones. Las y los revolucionarios debemos, como lo hizo Marx, desde lo concreto del presente anticipar el mañana
con propuestas alternativas.
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Nota de Arrezafe: Todo el
cloro, la lejía y demás productos químicos que se están
utilizando en cantidades ingentes e incontroladas para la desinfección, van a parar
a los ya contaminados ríos, mares y acuíferos.
Y cada vez con las libertades de los ciudadanos más restringidas. Empezó el 11-S, y sigue, y sigue y sigue...
ResponderEliminarPronto caerá internet tal cual hoy lo conocemos, se priorizará como herramienta de "trabajo".
EliminarEl capitalismo es el virus letal que más mutaciones soporta y aporta
ResponderEliminar...y que más bajas causa.
Eliminar(Aunque lo he intentado, sigo sin poder publicar comentarios en tu blog)
1984....
ResponderEliminarSoy un gato, aunque todavía no tengo nombre. No sé dónde nací. Lo primero que recuerdo es que estaba en un lugar umbrío y húmedo, donde me pasaba el día maullando sin parar. Fue en ese oscuro lugar donde por primera vez tuve ocasión de poner mis ojos sobre un espécimen de la raza humana. (...) Viviendo como vivo entre humanos, he de decir que cuanto más los observo más obligado me siento a constatar su egoísmo. (...) La señorita Shirokun, la gata blanca que vive enfrente y a quien tanto admiro e idolatro, suele decirme cada vez que nos vemos que no hay criatura viviente tan despiadada como el ser humano. El otro día, sin ir más lejos, dio a luz a cuatro preciosos gatitos. Pero no habían pasado ni tres días cuando el shoshei de su casa los agarró a todos y los tiró al estanque que había al lado de su casa. Shirokun me narró toda la escena entre lágrimas, y me aseguró que si queríamos aspirar a disfrutar de algo de vida familiar, era imprescindible que nosotros, los felinos, entabláramos una guerra total y sin cuartel contra los humanos. Nuestra única alternativa era exterminarlos, acabar con ellos y con su raza entera, así de sencillo. Me pareció una propuesta bastante razonable, a la luz de los acontecimientos. (...) Yo me conformo con vivir el día a día. Cuantos menos sobresaltos, mejor. Pero les juro que los humanos no se saldrán con la suya eternamente. Tenemos que ser pacientes. Llegará un día, y espero que no tarde mucho, en que los gatos dominaremos el mundo.
ResponderEliminarSoy un gato: Fragmentos
(Natsume Soseki)