ELSUDAMERICANO
– 28/04/2020
El Covid-19 dispara la
pandemia de estúpidos
Diario La Jornada
El virus no es
inteligente, no tiene conciencia ni es reflexivo. Los seres humanos
poseen, en teoría, dichas cualidades. Sin embargo, en esta crisis,
donde es obligado ser prudentes y no buscar chivos expiatorios,
emerge una especie que se multiplica, los estúpidos.
El combate es contra
prelados, deportistas, cantantes, académicos, periodistas, premios
Nobel, científicos, políticos de tres al cuarto o expertos. Luchar
contra la estupidez constituye una necesidad vital. Hay quienes se
escudan en títulos, publicaciones o sus instituciones para decir
estupideces.
Como ejemplo, el
manifiesto de la "Fundación Internacional para la
Libertad", encabezado por Vargas Llosa, y seguido de ex
presidentes, escritores, periodistas, políticos, empresarios y
economistas, entre otros José María Aznar, Fernando Savater, Álvaro
Uribe, Macri, Zedillo, Sanguinetti, Cristiani, Jorge Castañeda,
Krause, Jorge Edwards, Albert Rivera, Esperanza Aguirre, María
Corina Machado, Cayetana Álvarez de Toledo, ex ministros,
politólogos y gente de bien, hasta más de un centenar. Ellos,
llaman la atención a un confinamiento que impide trabajar,
producir, generar riqueza, persigue políticamente, ataca la empresa
privada, la democracia liberal y la economía de mercado. El enemigo,
como siempre, la Internacional Comunista y el populismo.
En esta dirección de
estúpidos, sobresale el canciller de Brasil, Ernesto Araujo, quien,
en sincronía con el manifiesto declara que el coronavirus, camuflado
bajo la ideología de género, el cientifismo y el alarmismo
climático, es una invención del marxismo y una conspiración para
implantar el comunismo, usando la OMS a fin de consolidar un orden
sin naciones y libertades y sin espíritu.
Carlo Cipolla, uno de los
historiadores más destacados del siglo XX, escribió Las leyes
fundamentales de la estupidez humana. Cipolla abría el ensayo:
"La humanidad se
encuentra […] en estado deplorable. La especie humana posee el
privilegio de cargar con un peso añadido a los problemas cotidianos,
representado por un grupo de personas más poderoso que la mafia, que
el complejo militar industrial o la Internacional Comunista. Se trata
de un grupo no organizado, que no se rige por ninguna ley, no tiene
jefe, ni presidente, ni estatuto, pero que consigue actuar en
perfecta sintonía, como si estuviese guiado por una mano invisible,
de tal modo que las actividades de cada uno de sus miembros
contribuyen poderosamente a reforzar y ampliar la eficacia de la
actividad de todos los demás miembros".
Se refería a los estúpidos. Luego estableció cinco
leyes para explicar su comportamiento.
Primera ley:
siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número
de individuos estúpidos que circulan por el mundo;
Segunda ley: la
probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es
independiente de cualquier otra característica de la misma persona;
Tercera ley ó
‘ley de oro’: un estúpido es alguien que causa daño a
otro u otros sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o
incluso obteniendo perjuicio;
Cuarta ley: los
no-estúpidos subestiman siempre el potencial nocivo de los
estúpidos. Los no-estúpidos, en especial, olvidan constantemente
que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia,
tratar y/o asociarse con estúpidos se manifiesta infaliblemente como
costosísimo error, y
Quinta ley: la
persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.
Corolario: el estúpido es más peligroso que el malvado.
Cipolla no ha sido el
único en escribir sobre la estupidez. Jean Paul Richter dijo en su
Elogio de la estupidez (1782):
"Están demasiado
imbuidos por una sensación de superioridad que hace que la expresen
mediante el odio y el desprecio… Tendrían que no quererse tanto
para no odiar al hombre ilustrado".
Igualmente, el potencial
de los estúpidos para perjudicar a los demás, dirá Cipolla, está
en función del grado de poder y la autoridad que atesoren.
El manifiesto Vargas
Llosa es buen ejemplo de la variedad de especímenes que lo
integran. Pero Cipolla va más lejos; subraya que las acciones de los
estúpidos no se ajustan a la racionalidad:
"nos toman por
sorpresa…, incluso cuando se tiene conocimiento del ataque no es
posible organizar una defensa racional, porque el ataque carece de
cualquier tipo de estructura racional… ante comportamientos
erráticos es extremadamente difícil cualquier contraataque"…
Su conclusión es
demoledora:
"Con la sonrisa en los
labios […], el estúpido aparecerá de improviso para echar a
perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida y el trabajo,
hacerte perder tiempo…, el buen humor, el apetito… y todo… sin
remordimientos y sin razón. Estúpidamente".
En este orden, podemos
situar a Trump, Bolsonaro, Boris Johnson o Sebastián Piñera. Pero
no menos un sinnúmero de expertos a posteriori que dicen conocer las
causas y plantean soluciones a la pandemia, todos en el poder
político.
Asimismo, estúpidos que
hablan de ‘un cambio’, para mejor, en los comportamientos
sociales colectivos:
"Seremos más
responsables, solidarios y comprometidos con el ambiente. Los
corruptos mutarán en honrados, los narcotraficantes se entregarán a
la justicia, los empresarios darán beneficios a sus trabajadores,
los bancos darán préstamos a cero por ciento de interés, se
financiará la sanidad pública, se perseguirá el fraude, se acabará
con los paraísos fiscales, y por fin la cultura gozará de buena
salud. La pobreza desaparecerá, las trasnacionales dejarán de
sobrexplotar la naturaleza y las empresas contaminantes se volverán
ecológicas"…
No se puede ser más
estúpido. Recuerden: no se junten con ellos porque se contagia.
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Carlo M.Cipolla, que grande, este si que los vió venir a esta pandilla de estúpidos neoliberales. Y Vargas Llosa Porcelanosa, quien le ha visto y quien le ve.
ResponderEliminarSaludos.
Lo de esta pandilla no es en realidad nada nuevo, eso sí, chillan a poco que ven amenazados sus privilegios.
EliminarSalud!
Prestadme a un estúpido y moveré el mundo. Salud!
ResponderEliminarO dicho de otro modo, lo agitaré (Trump, Bolsonaro...)
EliminarSalud!
¡Menudo elenco! Diré con Sabina: "estaban todos menos tú"
ResponderEliminar"Tú" estará seguramente camino a Suiza.
EliminarSi tenemos que alejarnos de los estúpidos lo que tendremos es que quedaremos aislados, y eso sí que es una tontería. Tendremos que aprender a vivir con nosotros mismos.
ResponderEliminarSalud! Pablo Heraklio
También, también es conveniente distanciarse de uno mismo de vez en cuando.
EliminarSalud!
Gracias por compartir, como siempre...
ResponderEliminarComparto y cuidaos de los estúpidos!
Un abrazo, Empe. Cuídate.
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