El ministerio de Trabajo considera que pese a su labor, celadores o limpiadoras son de “bajo riesgo” y no les dotan de las medidas necesarias: “La única salida debe ser colectiva, de sanitarios y no sanitarios”. Artículo de publicado originalmente en revistalacomuna.com
Desde hace unas semanas,
estamos presenciando una situación límite sin paragón en la
historia reciente de nuestro país con la crisis del Covid-19. El
sector sanitario se ha visto hondamente afectado, llegando a su
colapso, y con él, las condiciones profesionales y laborales de los
trabajadores. El eco de la lucha de clases, es cada vez más intenso
en los pasillos hospitalarios de todo el país. Una vez más, los
profesionales de categoría inferior como son los celadores, son
objeto de múltiples ataques. Ya advertí en un artículo anterior
que los celadores, como categoría profesional, se estaban
enfrentando a una encrucijada de la que bien tendrían que salir
airosos, o no salir (1). Intenté desarrollar mínimamente el
enfrentamiento que se cierne en los centros sanitarios, y las
políticas institucionales que empujan a esta categoría profesional
al basurero de la historia. En la actualidad, la situación es más
compleja de lo que se podría prever.
Con el recorrido temporal
que tiene el Covid-19 en nuestro país, se puede observar ya con
suficiente perspectiva, que los celadores han sido uno de los grandes
perjudicados. Actualmente son considerados grupo de bajo riesgo ante
el Covid-19, al igual que el personal de limpieza. El Procedimiento
de actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales
frente a la exposición al SARS-COV-2 realizado por el Ministerio de
Trabajo, analiza diferentes escenarios de riesgo de exposición en el
entorno laboral, especificando que la actividad laboral que no
incluya contacto estrecho con una persona sintomática es de bajo
riesgo (2). Consideran al celador de bajo riesgo porque, en su
imaginario, el celador únicamente se limita al traslado de objetos y
de pacientes sin tener contacto físico. No sospechan mínimamente
que este sea el encargado de trasladar al paciente de una camilla a
la cama, el que le ayuda a bajar de la ambulancia, le levanta, le
acuesta o le moviliza junto con la Técnica de Cuidados de Auxiliar
de Enfermería (TCAE), o cualquier otra labor donde el contacto
directo es inevitable. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los
ingresados por Covid-19 son pacientes de edad avanzada, con movilidad
reducida, por lo que es necesaria la intervención del celador.
Tampoco hay que olvidar que son los últimos que despiden a los
fallecidos, trasladándolos a los mortuorios. Me hace pensar, que las
personas que han redactado el procedimiento o bien no se han
informado de las funciones del celador, o les da tanta indiferencia y
desprecio que no pretenden proteger al profesional. La sustitución
de este personal –al igual que el de limpieza– es fácil, porque
no necesita formación específica para ejercer su labor. Pero esta
política no se verá con el personal médico ni con enfermería, ya
que esta crisis ha demandado más de los que estaban disponibles, ya
que muchos de ellos habían emigrado allende nuestras fronteras,
donde se les ofrecía mejores condiciones laborales.
Esta consideración por
parte del Ministerio de Trabajo tiene consecuencias funestas para los
celadores, en protección y en prevención. Un ejemplo lo podemos
encontrar a finales de marzo cuando el Sindicato Asambleario de
Celadores de Gestión y Servicios denunció que los celadores
recibían los Equipos de Protección Individual (EPIs) únicamente
cuando les sobraba a las categorías superiores (3). Nada más leer
la noticia me recordó a El Hoyo, film dirigido por el bilbaíno
Galder Gaztelu-Urrutia. La película se desarrolla en una prisión
construida en vertical, en la que una plataforma va transportando
alimentos por pisos. Los que están en los superiores no tienen
problema en alimentarse, pero los que están en los inferiores se
mueren por inanición. También está ocurriendo que por esta
consideración de personal de bajo riesgo, se les den a los celadores
material de más baja calidad (aún más si cabe), aunque también en
otros centros, los EPIs facilitados a los trabajadores son iguales
para todas las categorías. Los celadores también se contagian, si
el Estado publicase las estadísticas diferenciando las categorías
se podría observar que es un claro grupo de riesgo. Pero a
posteriori argumentarán que haya sido por descuido o por
desinformación, porque no hayan leído el protocolo, aunque tampoco
ha habido una formación específica para ello en la mayoría de los
casos.
Esta política se
contradice con las medidas de protección en materia de seguridad
laboral y salud garantizadas por la Ley 31/1995 de Prevención de
Riesgos Laborales y en el artículo 17.1.d Estatuto Marco del
personal estatutario de los servicios de salud (Ley 55/2003, de 16 de
diciembre), poniendo nuestra propia vida y la de nuestros familiares
en peligro. De igual forma, se niega la PCR a personal sanitario o no
sanitario con síntomas leves o asintomáticos, pudiendo trasmitir la
enfermedad a personas sanas.
Para poder solucionar
esta situación, las salidas individuales o de categoría no son
validas, así que habrá que trabajar en una salida colectiva. Todos
los trabajadores sanitarios y no sanitarios compartimos problemas
comunes para afrontar esta pandemia. Se ha comprobado que las
privatizaciones y recortes realizados desde hace más de dos décadas
que de por sí llevaban a una situación límite al sector sanitario,
ha afectado enormemente la respuesta a una pandemia de estas
características alcanzando su colapso. Privatizaciones que tienen su
origen en la Ley 15/1997, aprobada por el PP, PSOE y los partidos
nacionalistas de derechas.
Ley que fue aprovechada
por estos partidos para facilitar la entrada de capital privado en un
servicio tan esencial como es nuestra salud, haciendo negocio de ella
(4). Las consecuencias son sobradamente conocidas: han provocado el
deterioro y destrucción de lo público, además de la muerte de
cientos de ciudadanos, a favor de pingües beneficios de las empresas
privadas.
La única solución
frente a este colapso, y a la mejora de las condiciones laborales y
de prevención de los celadores y todos los profesionales, y sobre
todo que no se vuelva a producir en un futuro, son las siguientes
medidas:
–Derogación inmediata de la Ley 15/1997, retornando todo lo privatizado a manos públicas.
–Sanidad pública a toda la ciudadanía sin exclusión de ningún tipo.
–Nacionalización de las empresas estratégicas del sector farmacéutico y biosanitario, además de los centros privados sanitarios y de las residencias de ancianos.
–Prohibición total de la participación de la empresa privada en cualquier aspecto sanitario.
Los trabajadores de
sanidad deben de jugar un papel fundamental para afrontar esta crisis
en la que tanto nos jugamos, defendiendo una sanidad pública y
nacionalizada. Únicamente de esta forma se podrá conseguir unas
mejores condiciones laborales y de prevención.
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1 Fernández Rincón, Javier, “Celadores en la encrucijada. Lucha de clases en sanidad”, La Comuna, 13 de agosto de 2019. Disponible en:
2 “Procedimiento de
actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales
frente a la exposición al SARS-COV-2”, 8 de abril de 2020.
Disponible en:
3 “Sindicato
Asambleario de Celadores y Personal de Gestión y Servicios denuncia
que los celadores solo reciben Equipos de Protección Individual
(EPIs) cuando sobran a médicos y enfermeros”, Publico, 27 de marzo
de 2020. Disponible en:
4 Maestro, Ángeles,
Crisis capitalista y privatización de la sanidad. El capital y sus
cómplices políticos y sociales, Madrid, Cisma, 2013.
"Siempre ha habido categorías", que decía una amiga con mucha guasa.
ResponderEliminarPero la cosa tiene maldita la gracia.
Pero, ya sabes, la culpa es siempre de los comunistas.
EliminarEl mundo es una lucha feroz entre los que no tienen nada y los que lo tienen todo. Karl Marx lo sabía. Las víctimas de esa lucha que son muchos trabajadores -y siempre los de las categorías inferiores- también lo saben.
ResponderEliminarMarx lo sabía y lo expuso con toda claridad. Será por eso que es tan denostado por la clase dominante.
EliminarUn vídeo de las terribles condiciones de trabajo de los sanitarios.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=tGZyWTaeXuY
Creo que hay poco que añadir a esto, quizás solo que ¡viva Eurasia, Estasia siempre fue nuestro enemigo, viva el gran hermano!
Empiezo a sospechar que eres un troll, y la repugnante bazofia de vídeo-montaje que nos envías confirma dicha sospecha.
EliminarNinguna de las secuencias contenidas en esa porquería corresponden a trabajadores/as de España, pero no dejan de ser un insulto para los de cualquier país.
Las secuencias que componen la mencionada vídeo-mierda están tomadas de medios tan "prestigiosos" como Hürriyet, periódico conservador turco propiedad de Doğan Media Group, próximo a Erdogan, y de Fox News, que representa a la más arcaica y extrema derecha norteamericana.
Si esta es tu "solidaria" aportación a la línea de este blog, será preferible que, en adelante, te la ahorres.
Creo que hay poco que añadir.
Gracias por la censura, el pensamiento único debe instaurarse.
EliminarTranquilo, no te trolearé más.
¿Censura? He publicado todos tus comentarios. ¿Dónde está la censura?
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